“Es la visión del espectador la que define al personaje”
Se estrena ahora en España la película alemana La conspiración del silencio, que habla
de forma ficcionada de cómo fue el proceso que desembocó en los Juicios de
Frankfurt, un tema poco conocido en general para el gran público. Dirigida por
el debutante Giulio Ricciarelli, el filme está protagonizado por Alexander Fehling,
uno de los actores alemanes más importantes de su generación, que el pasado
viernes recibió además el Bayerischer Filmpreis por su interpretación en esta
cinta. Fehling estuvo presentándola en Madrid y charló con nosotros sobre la
misma y su contexto en el cine alemán actual, su personaje y su
interpretación.
La conspiración del silencio habla de una época de negación y
olvido dentro de la historia de Alemania. ¿Conocías el tema de los Juicios de
Frankfurt ya de antes?
En Alemania sabemos mucho en general sobre la Segunda Guerra
Mundial, el Holocausto, Auschwitz… Pero, aunque pueda resultar chocante, no se
conoce prácticamente nada sobre este período de silencio, ni sabíamos que iba a
ser un proceso de descubrimiento tan largo. Por ejemplo, yo sabía mucho más
sobre los procesos de Nuremberg y casi nada de Frankfurt o sobre el fiscal
general Fritz Bauer…
Su personaje, Johann
Radmann, es una representación de los fiscales que llevaron a cabo las
investigaciones previas a los juicios. ¿Cómo lo definirías?
No me gusta definir al personaje. No puedo decir quién es
Johann, porque creo que cada persona es un puzle sin terminar. Ni siquiera
describiría mi mejor amigo, porque eso sería pretender saberlo todo de él. Lo
que yo sé de mi personaje es lo que hace y lo que dice, lo que viene en el
guion. El resto lo pone el espectador, es su visión la que lo define.
¿Cómo tomaste la
decisión de protagonizar la película?
La tomé muy rápidamente, la verdad. Leí el guion, y me
pareció muy convincente e interesante, aunque todavía no estaba terminado. Para
entonces ya estaba apasionado. Después tuve un primer encuentro con Giulio
(Ricciarelli), y ahí vimos también que nos entendíamos.
¿Y cómo te
preparaste? ¿Fue diferente a otros personajes que has interpretado?
Es difícil de decir, porque yo siento que cada preparación
de un personaje es distinta. Quizás lo más diferente con respecto a este
personaje es que tenía la conciencia de tener que aprender mucho, y por tanto,
investigar mucho también sobre el proceso, la vida de Fritz Bauer y de la gente
en la Alemania de los años 50: cómo vivían, cómo se movían, cómo era la
relación entre hombres y mujeres, cómo hablaban… Estuve hablando con profesores
de historia, y también le hice muchas preguntas a Gerhard Wiese, uno de los
verdaderos fiscales de entonces, que hoy tiene 83 años. Era un papel en el que
era importante saber.
Ya que mencionas al
fiscal Gerhard Wiese, tengo entendido que estuvo presente en el rodaje…
Sí, es cierto que vino un día al rodaje, y estuvimos
saludándole y hablando con él. Fue genial y muy emocional. Pero en un momento
dado me puso un poco nervioso su presencia, porque para interpretar el papel de
manera más pura, necesitaba sentirme libre y tener la cabeza más despejada. Así
que le dije a Giullio: “No estaría mal si
hasta la pausa él pudiera esperar fuera del set, porque no me puedo concentrar”
(Risas)
La conspiración del silencio es la primera película de Giulio
Ricciarelli. No es la primera vez que protagonizas el filme de un director
novel en tu país. ¿Cuál es la diferencia entre trabajar con ellos y con
directores más experimentados?
Tener más experiencia no quiere decir que un director sea
mejor que otro. A mí lo que realmente me interesa en la historia que se quiere
contar y el personaje que me dan para que interprete. Hay directores con
experiencia que son terribles, y otros noveles que son muy buenos. Yo también
soy joven, y disfruto mucho creciendo y buscando juntos, como ocurrió con
Giulio, que tiene mucho talento y un don muy especial.
El cine alemán habla
mucho de su pasado. ¿Crees que este tipo de películas se hacen simplemente como
productos cinematográficos de entretenimiento con una historia interesante, o
tienen la responsabilidad de ser, además, documentos en cierta medida
pedagógicos para el espectador?
Para nosotros, una prioridad era ser muy rigurosos,
históricamente hablando, con todos los datos y personajes, salvo con en el mío,
en el que hay más libertad. Lo que sucede después ya no está tanto en nuestra
mano. Creo que los ojos del espectador se abren si les gusta lo que ven. Para
que esto ocurra, lo primero tiene que ser es una buena película, que enganche. El
cine es la base.
¿Qué te ha aportado tu
participación en La conspiración del
silencio?
Como actor, me ha aportado un trabajo muy satisfactorio, y
el encuentro interesante con otros intérpretes y con Giulio. Desde luego, he
aprendido muchísimo: sin esta película no hubiese tenido la motivación especial
para estudiar y aprender sobre el tema. Y finalmente, el hecho de poder
presentar la película en Toronto, o aquí en Madrid, y poder intercambiar
impresiones como ahora sobre ella, es algo por lo que estoy muy agradecido.
¿Cuál ha sido su
recepción en Alemania?
La aceptación en Alemania ha sido muy buena, tanto del
público como de la crítica, e incluso a desencadenado un pequeño debate sobre
esa época de la que se sabe tan poco.
¿Y cómo piensas que
será la recepción española?
Espero que le vaya bien, pero creo que eso es algo que
puedes valorar tú mejor que yo (Risas).
Entrevista realizada en el Goethe Institut de Madrid,
el 19 de Enero de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario