Wild (Estados Unidos, 2014).
Dirección: Jean-Marc Vallée.
Intérpretes: Reese Witherspoon, Laura Dern, Gaby Hoffman, Michiel Huisman, Thomas Sadoski.
Guion: Nick Hornby, sobre la autobiografía de Cheryl Strayed.
Fotografía: Yves Bélanger.
Montaje: Martin Pensa, Jean-Marc Vallée.
Idioma: Inglés.
Duración: 117 minutos.
Frío autodescubrimiento
Por Miguel Delgado
La naturaleza como poético medio de liberación y autodescubrimiento es una constante en un mundo tan globalizado y cosmopolita como el actual. Lo hemos visto en ejemplos recientes en el mundo del cine, siendo la obra más destacada de este subgénero Hacia rutas salvajes, el trabajo de Sean Penn que consiguió alabanza casi unánime. Hace poco también pasaba por las pantallas, esta vez sin mucho ruido, El viaje de tu vida de John Curran, protagonizada por Mia Wasikowska. Dos adaptaciones de hechos reales, del mismo modo que el nuevo trabajo de Jean-Marc Vallée -tras conseguir reconocimiento por Dallas Buyers Club- trasladando a imágenes la biografía de Cheryl Strayed, que recorrió más de mil kilómetros del desierto de Mojave para poder superar problemas y adicciones, como no, encontrarse a sí misma.
La película está siendo reconocida en las galas de premios por el trabajo de Reese Witherspoon, siendo la principal rival de la por otra parte imbatible Julianne Moore. La actriz, que también ejerce labores de producción, no tiene en la protagonista un papel tan destacable como el vaquero enfermo de VIH que interpretaba Mathew McConaughey en la anterior película de Vallée, pero ejerce sin problemas de alma de la cinta, estando la historia centrada en ella en todo momento. Forma una Cheryl Strayed convincente, con momentos difíciles, sobre todo en los concurridos flashbacks. Ya había demostrado su valía como actriz, y aquí cumple con la cabeza bien alta. En este sentido, ningún problema. El resto del reparto no le hace sombra, ni por papeles ni por actuaciones, que tampoco es que sean despreciables. Laura Dern ha sido nominada también al Oscar, aunque tampoco ofrece nada espectacular.
Estilísticamente Jean-Marc Vallée vuelve a caracterizarse por un estilo sobrio y un uso de la cámara en mano que sirven como acompañamiento de los personajes, sin grandes alardes técnicos ni postales preciosistas. Da un paso más respecto a la televisiva puesta de escena mostrada en anteriores trabajos, pero tampoco hay mucho que destacar. Donde si encontramos juegos estilísticos más evidentes es en el sonido, con un inteligente y particular uso de las canciones, jamás en primer plano, siempre de fondo resonando desde lo profundo de la mente de la protagonista. También se intenta adentrar en la mente de esta mujer en el uso de los flashbacks, con numerosos cortes y repeticiones. El problema de esto es que acaban cayendo en la redundancia, lastrando el ritmo y haciéndose la película algo pesada por momentos.
Tampoco es que la historia que cuenta termine de alcanzar grandes cotas de relevancia. El guión de Nick Hornby repasa sin más los elementos que llevaron a Strayed a emprender su viaje, y la experiencia en sí, con su aceptación y superación, sin lograr un calado hondo en el espectador que la observa, algo que tampoco consiguen finalmente sus imágenes. Obviando las referencias al guía espiritual de la cultura india (a pesar de no hacer alusión directa), en forma de un espantoso zorro digital, poco hay que llegue al fondo poético pretendido siempre en estos viajes. No hay duda de que para esta mujer fue algo necesario y vital, pero eso jamás llega a salir por la pantalla hacia las butacas.
En definitiva, Alma salvaje es una película decente y sin evidentes taras, pero se queda lejos de apasionar; y quitando tal vez la labor de Witherspoon, tampoco tiene elementos que destaquen por encima de la normalidad. Se ve, se disfruta (con mayor o menor moderación), y se olvida fácilmente.
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