Recorriendo la carrera

Por Paulo Campos

Si ya decía en anteriores editoriales que para ser guay en esto de los premios cinematográficos los de New York y los de Los Ángeles se ponían en sus nombres el término “Circle”, imaginaos el caché que da en que seas votante del American Film Institute, institución que hace cosas muy bonitas y sanas; y luego se pasan el día haciendo listas de las mejores comedias, la mejor película de guerra, la mejor película donde Meryl Streep no mire al lado superior derecho del encuadre buscando inspiración antes de ponerse a llorar,... etc. Pues con estos mimbres cada año eligen un top ten de las mejores películas que han visto, y digo bien, que han visto, no que se han estrenado. Porque, curiosamente, coinciden con las nominadas un mes después en los Oscar -salvo una o dos diferencias-, lo que indica, una vez más, la intención de ser la tan deseada -y horripilante- acepción de antesala de los Oscar.

Este año como lo del Institute da pie a hacer lo que les sale del higo, pues en su Top 10 han incluido a 11 películas, que se lo cuentas a Renée Zellweger y del susto hasta parece que se le mueve un músculo de la cara. Pues sí, once películas nominadas, once productoras que ven recompensados sus esfuerzos en promocionar su película, que no es lo mismo que en hacer una buena película en todos los casos.

Los críticos y sus asociaciones continúan su idilio con Boyhood y Birdman, que a la espera de los sindicatos, verdaderos puntos de inflexión en la carrera, son las favoritas de la misma. Tras ellas, Selma como película importante para cumplir con la cuota de derechos civiles, ahora que en USA está de moda matar negros desarmados por parte de la policía y que jueces blancos, con jurados blancos en base a leyes hechas por blancos, los absuelvan. Se ve que esta gente no vio 12 Years a Slave, bueno, no la vieron ni ellos ni casi nadie.

Unbroken, Into the woods, Interstellar costaron mucha pasta como para que los empollones del Institute no las metan entre sus favoritas, a pesar de recibir menos halagos críticos de lo esperado. The Imitation Game tenía que estar si o si, porque detrás está Harvey Wenstein y como no le votes te mete en la cama la cabeza de cualquier director indie que tiene bajo su cartera haciendo mierda para luego él mismo montarla a su gusto, estrenarla en enero y decir que ese director es un fracaso.

La cuota indie del IFA (el Institute, no es súper del barrio) parecía destinada a Whiplash, y así ha sido. Pero no está sola, Nightcrawler (titulada en España con el ochentísimo título de Primicia mortal) ha mojado en estos premios, aunque me da la sensación de que es Hollywood "trolleando" a Jake Gyllenhaal, para que se crea alguien y luego abandonarlo durante otros cinco años en el más profundo Prince of Persia.

Cuando Clint Eastwood estrena dos película en un año quiere decir dos cosas: una, que su mujer lo echa de casa y se entretiene haciendo película. Y dos, que una de ellas será buena. Como este año hizo Jersey Boys no queda más cojones que American Sniper sea un puta obra maestra, por compensar y eso. De momento tiene nominación por ella.

Foxcatcher emerge de las tinieblas, porque ni dios le estaba dando un solo premio, para anotarse un tanto con su presencia en esta lista. Lo necesitaba porque parecía que era la película idónea para comerse la carrera y hasta le está ganado la alegría de la huerta Ida.

Esta es la lista de la American Film Institute, que suele acercarse muy mucho a los nominados en la categoría reina de los Oscar. Pero como no vivimos sólo de Institutes me detendré ahora en los más cool del la carrera, ellos son Los Angeles Film Critics Circle. De siempre los más rebeldes de los grandes grupos críticos, siempre con tendencia a premiar interpretaciones, sobre todo femeninas, que no están en la carrera; pero que mola mucho decir a tu colega de los Southeastern Film Critics que votaste como mejor actriz secundaria a una polaca en una película de época, en blanco y negro y en un idioma extraño, entre neoyorkino y batusi.

Las sorpresas de este año fueron muchas, no tanto en película o dirección donde Linklater y su bendita criatura arrasaron, y Wes Anderson vio recompensada su maravillosa The Grand Budapest Hotel, sino en los premios de interpretación porque premiar a Tom (serás muy buena persona pero me paras un día en la calle y te doy, o toda mi pasta o litro y medio de gel de baño) Hardy por Locke es raro, aunque no inmerecido. Premiar a Patricia (todavía flipando que la tontunada de Linklater sea esta bestialidad, alguien debió decírselo desde la tercera dimesión de Medium) Arquette como actriz cuando todos lo hacen como secundaria es más jefada que Michael Fassbender haciendo... cualquier cosa, el que mola, mola y si sabe que mola, pues mola más. Y ya premias a Agata Kulesza por Ida es el plan sacarse la chorra y tatuarse el título entero de Birdman y quedar sitio para el de la próxima de Almodóvar escribiendo en Times New Roman del 24.

Boston y los Boston Online, Washington D.C, New York Online, Online Film Critics son otras de las asociaciones que ya han dado sus premios, alargando el amor por Boyhood, Birdman y The Grand Budapest Hotel; pero también diciendo “Vemos más pelis y somos frees like a bird premiando”. Así Under the skin, Snowpiercer, Calvary, asoman la cabeza haciendo de esta carrera una de las más divertidas de los últimos años.

Llegó ayer día 10 un punto álgido de la carrera, las nominaciones al gremio de actores que tienen, según ellos, un 125 % de efectividad de cara a las nominaciones a los Oscar. Esto es que si no nominan a alguien que ellos sí hacen es porque ya no es necesario, todos tenemos tan claro que es un winner que ya no hace falta que lo sea realmente. En los últimos años, desde que se dedican a intentar adivinar los Oscar y votando de cara a ver si Wenstein o Rudin los ven casualmente mandando un mail votando a quien él les ha “sugerido”, casi todos los nombres deben ir buscando qué trapito llevar por la alfombra roja de los Premios de la Academia. Y atención, atención, porque hoy jueves a eso de las tres de la tarde todos delante del ordenador para admirar el despropósito de las, únicas, irrepetibles, frikísimas, adorables, nominaciones a los Globos de Oro cuyos votantes deben estar ahora descansando del cuelgue y coma etílico con el que, según los estatutos de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, deben de ejercer su voto.