Dirección: Ryuchi Yagi, Takashi Yamazaki.
Intérpretes (voces): Wasabi Mizuta, Yumi Kakazu, Subaru Kimura, Tomakazu Seki, Satoshi Tsumabuki.
Guión: Takashi Yamazaki, sobre el manga de Fujio F. Fujiko.
Idiomas: Japonés.
Duración: 126 minutos.
¿Quién no quiso un gato cósmico?
Por Alberto Gallardo
¿Quién no quiso un gato cósmico?
Por Alberto Gallardo
Llega a los cines -tras arrasar en Japón- una nueva aventura cinematográfica de uno de los personajes más queridos de la animación japonesa. Stand by me Doraemon nos cuenta los orígenes de la relación entre el célebre gato cósmico y su fiel amigo Nobita Nobi, que hacen una promesa para no separarse nunca y viajan en el tiempo para cambiar su mundo. La película rescata por supuesto a personajes como Gigante, Suneo y Shizuka, el gran amor de Nobita.
La trama cabalga entre el presente y un futuro que los protagonistas intentarán cambiar, tras el anuncio de un tataranieto de Nobita que le visita para advertirle de que su porvenir será un desastre para él y su familia. En el fondo, no es más que un nostálgico bonus track para fans de la serie animada, uno más que añadir a una treintena de largometrajes que ha protagonizado Doraemon. Aunque en esta ocasión cuenta con una animación más ambiciosa y sofisticada que puede justificar su estreno en la gran pantalla, incluso fuera de las fronteras de su país de origen.
El estreno español de Stand by me Doraemon cuenta además con el dudoso aliciente de un doblaje mediático a cargo de la cantante Alaska y su pareja, el polifacético (por decir algo) Mario Vaquerizo, que ponen las voces adultas de Nobita y Shizuka. También se estrenará en catalán, en este caso con Marc Clotet. Pero no es este el espacio para debatir la conveniencia de este discutible, y al parecer inevitable, intrusismo de estrellas invitadas en el mundo del doblaje animado.
En definitiva, la película aporta poco a la propia historia de Doraemon, a pesar de coleccionar guiños y apariciones de la práctica totalidad de los personajes del universo creado por el dúo Fujiko Fujio hace más de cuarenta años. Es como el típico regalo navideño que te hace sonreír cuando lo recibes, pero va irremediable a parar al cajón de los trastos. Y si además su estreno se produce a la vez que el de Big hero 6, lo tiene más que difícil para hacerse un hueco en la memoria de los fans de la animación, por mucho que hayan seguido con interés las andanzas del gato cósmico.
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