Seguimos
avanzando en el Festival Europeo de Sevilla y van apareciendo candidatas al
palmarés, que se conocerá este sábado, junto con algunos inevitables patinazos.
Repasamos a continuación lo más destacable entre lo visto en los últimos días
en el certamen andaluz que está ofreciendo una calidad media bastante elevada
hasta el momento, aunque sin esa gran obra que nos haga rendirnos ante los
programadores.
Por Alberto Gallardo
Mr.
Turner (Mike Leigh, Reino Unido) - Sección Oficial
Excepcional
trabajo artístico el que pone en imágenes Mike Leigh en su nueva película, la
biografía del pintor británico William Turner. Sin embargo, el desarrollo no se
libra de tópicos propios del género y aunque el personaje tiene interés, este
no se sostiene durante las largas dos horas y media de metraje en las que la
interpretación a base de gruñidos de Timothy Spall llega a fatigar. Más
interesantes resultan los personajes femeninos del entorno del protagonista
aunque no estén del todo desarrollados.
Peculiar
película en la cual se nos muestra cómo una pareja de heroinómanos se las
ingenian por conseguir dinero para continuar su interminable espiral de
adicciones y malvivir en los callejones de Nueva York. La protagonista del film
es además la autora del libro autobiográfico en el que se basa una historia
impactante de desarrollo irregular y con un desenlace abrupto que no deja
indiferente.
Leviathan (Andrey Zvyagaintsev, Rusia) - Sección Oficial
Una
de las favoritas de la prensa dentro de la sección competitiva es esta interesante
historia que engancha con su trama sociopolítica, digna de un filme noir norteamericano. Aunque está
ejecutada con mano maestra, su guion se pierde en el psicologismo en su segundo
tramo, cayendo incluso en algunos lugares comunes que perjudican el resultado
final de un film pese a todo tristemente veraz y recomendable, que se reserva
una abierta crítica a las instituciones políticas y religiosas.
Negociador (Borja Cobeaga, España) - Special
El
realizador vasco toma como base un tema delicado como el terrorismo y la
negociación política llevada a cabo por el Gobierno español en 2005 con los
líderes de ETA y lo trasforma en una comedia casi costumbrista, donde el humor
tiene el equilibrio necesario para que la película funcione y haga sonreír a su
audiencia pese a la gravedad del contexto. Magnificos Carlos Areces como
mandamás etarra y Ramon Barea en su reinterpretación del socialista Jesús
Eguiguren.
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