"Nunca hago entrevistas a los personajes, se tienen que expresar espontáneamente"
Con
su cuarta película ha conseguido llevarse el León de Oro en Venecia
(2013). Gianfranco Rosi (50 años) comenzó su carrera con Boatman
(1993), película situada en el Gangés. Hasta quince años después
no presentó Below Sea Level (2008), su siguiente film. El
sicario: Room 164 (2010) fue su siguiente trabajo, en el que
entrevistó aun narcotraficante responsable de cientos de muertes.
Con Sacro Gra (2013) nos descubre parte del mundo que rodea el
gran anillo de autopistas alrededor de Roma. Toda una vida dedicada
al documental, un formato con el que el director no ha parado de
buscar y experimentar. En la charla que tuvimos con él nos dio
algunas de las claves en su manera de trabajar.
Por Manuel Barrero Iglesias
-Una
de las cosas más interesantes de la película es que muestra una
Roma que no se ve habitualmente en el cine.
Para
mí era una Roma totalmente desconocida. La circunvalación es una
pesadilla para los romanos, es casi imposible imaginarse que
alrededor de ese anillo viven tres millones. Lo difícil ha sido
anular esa idea. Porque la película no cuenta la historia de esos
tres millones, sino la de seis personas. Y ni siquiera cuenta su
historia, porque es una película que no tiene trama, no tiene un
comienzo y un final, solo hay pequeñas referencias. He estado
frecuentado a estos personajes dos años, y ha sido difícil
encontrar el momento que pudiera sintentizar todo el tiempo pasado
con ellos. Lo más interesante no es entender si es documental o
ficción, sino la verdad de cada historia que se cuenta en la
película. De estas personas no sabemos nada, y nunca sabremos nada,
están como suspendidas. El desafío más importante ha sido crear
una estructura narrativa sin que hubiera una narración. Por lo tanto
es lo opuesto a documentar algo.
-¿Cómo
fue el proceso de elección de las personas que aparecen en la
película?
Son
personas con las que ha habido una atracción muy fuerte, intelectual
y emocional, a las que he frecuentado durante mucho tiempo. Lo que
ocurre dentro de mí es un gran deseo de escuchar historias y
encontrar personajes, pero no hago un casting. No pienso que
determinada persona vaya a ser parte de la película, y tampoco sé
qué momento puede ser parte de la película. Pero de repente se
presenta un momento en el que me doy cuenta de que puede convertirse
en personaje cinematográfico. Al botánico lo frecuenté durante dos
años, y para mí era un lugar de relax. Hablaba con él de muchos
temas: filosofía, historia, política...El personaje me atraía
mucho, pero no sabía como podía entrar en la película, porque es
un personaje muy complejo. Nunca hago entrevistas a los personajes,
se tienen que expresar espontáneamente. Entonces un día me llama
desesperado diciéndome que las palmeras han sido afectadas por una
enfermedad. Pasé todo el día con él, y era como estar al lado de
alguien que se estaba muriendo. Cuando llega la puesta de sol decido
que tenía que grabar ese momento de alguna manera. Él me habló de
los ruidos que escuchaba en las plantas, entonces puse un micrófono
en ellas y descubro un mundo increíble. Cuando él se pone los
cascos se sorprende, porque nunca había escuchado así los ruidos.
Ahí entra en escena el documentalista y comienzo a filmarlo. Luego
me alejo y le digo que me describa lo que está escuchando. Y él
empieza ese monólogo increíble que ningún escritor sería capaz de
escribir. Dos años con él para grabar un día y medio. Todas las
historias son un poco así. Mucho tiempo con ellos, y poco rodando.
Puedo trabajar así porque trabajo solo. Si tuviera un equipo de
cámara, sonido, etc. sería imposible hacerlo.
-Me
gustaría saber cómo fue la filmación de las partes del edificio
que vemos desde fuera. ¿Cómo llegó a la conclusión de que debía
poner la cámara ahí?
Alguien
me habló de ese edificio, ocupado por personas sin hogar, y que está
al lado de la autopista. Pregunté si podía pasar y mirar. Un día
me llevaron a la azotea a través de una escalera anti-incendio. Me
fijé en cuatro apartamentos muy pequeños, todos iguales. Muy
precarios. Empecé a pensar quién podría vivir en un lugar como
este y cómo la toma se podía mover de un lugar a otro. El espacio
era el mismo y solo cambiaban los personajes. Era como los nichos de
un cementerio. Llamé a sus puertas y me encontré con estas cuatro
familias. Todas eran personas extraordinarias, y cada uno de ellos
podría haber sido un personaje de una película. Entonces pasé
tiempo con ellos, les escuchaba y hablaba con ellos. Casi se habían
olvidado de que les estaba filmando. Entonces les pregunté si podía
ir a la azotea para grabar. Desde allí, yo les veía muy bien a
ellos, pero ellos no me veían a mí. Pero no estaba espiándoles,
estaba todo preparado, el sonido y tal.
-Ha
dicho en alguna entrevista que para usted es doloroso rodar, ¿en qué
sentido?
También
hacer entrevistas es doloroso...pues porque lo que más me gusta de
mi trabajo es encontrar a las personas, escucharlas. Me relajo mucho
cuando paso tiempo con ellas. Cuando decido que hay que empezar a
rodar y uso la cámara, sé que algo va a cambiar. Por mi parte y por
la de ellos. La interacción cambia. Cuando llega ese momento ya no
son personas, se convierten en personajes. Por lo tanto, todo lo que
digan puede ser utilizado en su contra. O a favor.
-Intuyo
que el rodaje de sus películas supondrá para usted toda una
experiencia vital, ¿que le aportan?
Para
mí cada película es la primera y la última. Cuando hago una
película, es importante descubrir un lenguaje nuevo. Por lo tanto,
cada vez es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y compromiso. De
hecho, solo he rodado cuatro películas y todas son muy distintas
entre ellas. El documental me gusta mucho porque me permite
experimentar mucho más que la ficción. Para mí es una forma de
vida. En el momento en el que empiece a aburrirme querrá decir que
ya no puedo seguir haciendo cine. Nunca sé qué historia voy a
contar. Siempre hay un comienzo, una idea de lo que voy a contar,
pero nunca sé cómo va a acabar. La película se va formando sobre
la marcha, gracias a los momentos que surgen por casualidad y que
luego se convierten en necesarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario