The Drop (EStados Unidos, 2014)
Dirección: Michaël R. Roskam.
Intérpretes: Tom Hardy, James Gandolfini, Noomi Rapace, Mathias Schoenaerts, John Ortiz.
Guión: Dennis Lehane.
Música original: Marco Beltrami, Raf Keunen.
Fotografía: Nicolas Karakatsanis.
Montaje: Christopher Tellefsen.
Idioma: Inglés.
Duración: 106 minutos.
(Anti)Héroe discreto
Por Manuel Barrero Iglesias
Estamos ante una película encuadrada en esa categoría que podríamos llamar thriller melancólico: seres que deambulan por la pantalla con su tristeza a cuesta, mientras los asuntos turbios salen a su encuentro. En la línea de Drive (también con director europeo), alejada de su uso de la vioelncia, pero confluyendo en un protagonista silencioso y enigmático. Excepcional trabajo de Tom Hardy -quien parece tomar el relevo de Ryan Gosling-, quien consigue encontrar el tono justo para que su personaje funcione, evolucione y sea creíble.
La entrega vuelve sobre el eterno dilema de los límites del bien y del mal, de las ambigüedades morales. ¿Es posible que un asesino demuestre mucha más integridad que alguien que no lo es? ¿Hasta qué punto se le puede excusar dependiendo de las circunstancias? El dilema lo construye el director con habilidad, tejiendo una trampa en la que el espectador no tiene más remedio que identificarse con el protagonista. Trucos tan evidentes como la introducción del perro -o la misma construcción del guión-, pero que resultan muy efectivos. De todas formas, el autor nunca deja de comprender la perspectiva de otros personajes, tratando de no hacer juicios de valor. Es el caso de Marv -inmenso James Gandolfini-, un pobre diablo que está ante su última oportunidad de hacer algo importante.
Los bajos fondos de Nueva York aparecen en pantalla sin ningún glamour. Aunque más que un retrato del crimen organizado, estamos ante un dibujo de la periferia del mismo. Gente que casi se ve arrastrada a participar en asuntos turbios. Entre el daño colateral y la atracción por el dinero, los personajes se dirigen sin remisión hacia su destino trágico. Tampoco falta el personaje femenino con la habilidad para atraer problemas. Elecciones amorosas erróneas y un rostro castigado por la dureza de la vida. De nuevo, la melancolía, que no para de colarse entre las imágenes del film.
De entre todos los tópicos que pueblan este trabajo, quizás sea la Nadia de Noomi Rapace el más evidente. Otra vez la mujer como complemento de los masculino, en un personaje que parece servir para subrayar la empatía con el protagonista. Una película que ya hemos visto muchas veces, pero el director se las apaña para darle cierta entidad. Usando ese tono sobrio que realza la tristeza del relato, La entrega es cine negro de calidad.
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