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martes, 14 de octubre de 2014

Crónicas: Sitges 2014. Día 7

Por Manuel Barrero Iglesias


Alleluia (Fabrice du Welz. Bélgica, 2014)
Oficial Fantàstic Competición


Hace un par de años Ben Wheatley consiguió el premio al mejor guión en Sitges con Turistas, película que narraba las "aventuras" de una peculiar pareja. Unos Asesinos natos sin glamour, donde Chris arrastra a Tina en una espiral de violencia sin sentido. En Alleluia es ella -una magnífica Lola Dueñas- la que ejerce esa violencia, mientras él se deja llevar. estamos ante otra pareja de gente aparentemente normal que esconde un mundo interior aterrador.

Michel es un hombre con la habilidad de complacer a cualquier mujer que se le ponga por delante (lo que aprovecha para luego estafarles). Gloria no va a dejar escapar a ese hombre, incluso si tiene que aceptar su rol de gigoló. Aunque a la hora de la verdad no se toma demasiado bien los escarceos de su hombre con otras mujeres. Alleluia es un film de atmósfera enfermiza -lejos del humor negro que tenía la mencionada Turistas-, en la que contemplamos el horror retratado de forma fría y seca. La austeridad en la puesta en escena hace crecer la sensación de realismo, culminando con un clímax final ejemplo de cómo filmar un asesinato. Sin adornos y con la máxima crudeza. Una pena que otras secuencias violentas no causen el mismo efecto.


L'altra frontera (André Cruz Shiraiwa. Epaña, 2014)
Oficial Fantàstic Competición

Las buenas ideas no hacen buenas películas. El cine está lleno de ocurrencias brillantes incapaces de ir más allá. Una hipotética guerra, con sus refugiados, y una tierra de nadie. Todo muy parecido a muchas situaciones del mundo actual. Al autor se les ocurre mezclar ese punto de partida dramático con la frivolidad de un reality show. Un concurso en el que el ganador de cada semana consigue un visado y en la que los perdedores son expulsados a su suerte. La crítica sobre la banalización del sufrimiento humano se queda ahí, en la ocurrencia. El discurso es evidente y antiguo.

De hecho, la película entra en una contradicción evidente, cayendo en aquello que se supone critica. L'altra frontera es poseída por el espíritu reality, y lo que importa es quien consigue ganar o no, creando tensión artificial (a veces, de manera absurda). Parece que ese es el único fin de un guión al que no se le atisba ni una gota de credibilidad. Las reglas del juego no quedan claras (a pesar de que una voz las repite de forma insistente), y no se entiende el sistema de clasificación y eliminaciones. Como decimos, todo parece puesto ahí para que podamos ver los conflictos entre los protagonistas. Y es que una buena idea no basta. Pensándolo bien, lo mismo ni la premisa era tan ocurrente.

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