Por Manuel Barrero Iglesias
The Guest (Adam Wingard. Estados Unidos, 2014)
Oficial Fantàstic Competición
Lo primero que debemos dejar claro es el carácter lúdico de la nueva propuesta de Adam Wingard (Tú eres el siguiente). Su dramática premisa (compañero de soldado muerto que visita a la familia del difunto) da paso al suspense con un personaje principal demasiado perfecto. En la tradición de Mr. Ripley, este David resulta irresistible para todo aquel que se cruza con él, aunque siempre hay un oscuro secreto detrás. Pero Wingard convierte el suspense en comedia, pasando de rosca las secuencias en las que muestra las habilidades de su protagonista. Y precisamente es ese espíritu festivo el que hace The Guest un trabajo estimulante.
No debemos olvidar el uso que Wingard hace de elementos como la música o los escenarios (atención al clímax final), que ponen en el film las necesarias dosis de personalidad. Porque si hablamos de argumento, no hay nada original (tenemos en salas ahora Los tontos y los estúpidos, en la que también hay personaje turbio tras apariencia arrebatadora). Lo que hace de The Guest una grata sorpresa es la poca seriedad con la que se toma a sí misma. Y lo bien ejecutada que está la puesta en escena de esta broma macabra.
Lo primero que debemos dejar claro es el carácter lúdico de la nueva propuesta de Adam Wingard (Tú eres el siguiente). Su dramática premisa (compañero de soldado muerto que visita a la familia del difunto) da paso al suspense con un personaje principal demasiado perfecto. En la tradición de Mr. Ripley, este David resulta irresistible para todo aquel que se cruza con él, aunque siempre hay un oscuro secreto detrás. Pero Wingard convierte el suspense en comedia, pasando de rosca las secuencias en las que muestra las habilidades de su protagonista. Y precisamente es ese espíritu festivo el que hace The Guest un trabajo estimulante.
No debemos olvidar el uso que Wingard hace de elementos como la música o los escenarios (atención al clímax final), que ponen en el film las necesarias dosis de personalidad. Porque si hablamos de argumento, no hay nada original (tenemos en salas ahora Los tontos y los estúpidos, en la que también hay personaje turbio tras apariencia arrebatadora). Lo que hace de The Guest una grata sorpresa es la poca seriedad con la que se toma a sí misma. Y lo bien ejecutada que está la puesta en escena de esta broma macabra.
The Satellite Girl and Milk Cow (Jang Hyung-yun. Corea del sur, 2014)
Anima't
En Oriente (y casi podríamos decir que en el mundo entero), los reyes de la animación tienen nombres y apellidos japoneses. Pero una cinematografía tan emergente como la coreana empieza también a exportar también sus productos animados. El prestigioso Yeon Sang-ho (The King of Pigs, The Fake) ya se ha paseado en festivales de medio mundo con sus filmes -crudos y sin concesiones-, renunciando a esa magia tan característica del cine oriental. Sin embargo, Hyung-yun sí que acude a esa tradición con una película que se se mira en los grandes referentes japoneses.
La misma concepción de los tres personajes principales es toda una declaración de intenciones. Un satélite averiado viaja a La Tierra y se convierte en chica, un músico que se convierte en vaca víctima del desamor (aquellos con el corazón roto se convierten en animales), y el Mago Merlín es un rollo de papel higiénico. Las transformaciones físicas tan presentes en la animación oriental (recordemos Ranma), y que ofrece infinitas posibilidades en las relaciones que se establecen entre personajes tan dispares. The Satellite Girl and Milk Cow es una película con varios momentos brillantes de gran inventiva, pero que en su recta final se desvía hacia la seriedad de una historia de amor que quita protagonismo al surrealismo.
En Oriente (y casi podríamos decir que en el mundo entero), los reyes de la animación tienen nombres y apellidos japoneses. Pero una cinematografía tan emergente como la coreana empieza también a exportar también sus productos animados. El prestigioso Yeon Sang-ho (The King of Pigs, The Fake) ya se ha paseado en festivales de medio mundo con sus filmes -crudos y sin concesiones-, renunciando a esa magia tan característica del cine oriental. Sin embargo, Hyung-yun sí que acude a esa tradición con una película que se se mira en los grandes referentes japoneses.
La misma concepción de los tres personajes principales es toda una declaración de intenciones. Un satélite averiado viaja a La Tierra y se convierte en chica, un músico que se convierte en vaca víctima del desamor (aquellos con el corazón roto se convierten en animales), y el Mago Merlín es un rollo de papel higiénico. Las transformaciones físicas tan presentes en la animación oriental (recordemos Ranma), y que ofrece infinitas posibilidades en las relaciones que se establecen entre personajes tan dispares. The Satellite Girl and Milk Cow es una película con varios momentos brillantes de gran inventiva, pero que en su recta final se desvía hacia la seriedad de una historia de amor que quita protagonismo al surrealismo.
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