Transformers: Age of extinction (USA, 2014)
Dirección: Michael Bay.
Intérpretes: Mark Wahlberg, Stanley Tucci, Kelsey Grammer, Nicola Peltz, Jack Reynor, Titus Welliver, T.J. Miller.
Guión: Ehren Kruger.
Música original: Steve Jablonsky.
Fotografía: Amir Mokri.
Montaje: Roger Barton, William Goldenberg, Paul Rubell.
Duración: 165 min.
Luego no te quejes, ¡que ya sabes a lo que vas!
Por David Sancho
Michael Bay vuelve a escena con otra entrega de la saga Transformers, tras ese pequeño descanso que se tomó en forma de peliculilla de tres al cuarto. Se ve que debió quedar muy contento con el trabajo de Mark Wahlberg porque ahora lo convierte en protagonista de esta nueva secuela.
Se trata básicamente de más de lo mismo; una historia que da muchas vueltas para no decir nada, chistes facilones y un derroche de efectos especiales. Aquí las verdaderas estrellas son el equipo de efectos especiales. La mitad de la película no es más que un plano fijo con muchas cosas metidas por ordenador. Y lo cierto es que lo efectos están logradísimos, lo cual era totalmente predecible, aun habiendo algún que otro croma bastante indigno de la, por otro lado, impecable factura técnica de la película.
La sensación que uno tiene cuando ve la película es que no te están intentando contar nada, más bien se trata de un anuncio muy caro de casi tres horas de duración. Todo es muy bonito, muy agradable, pero a la vez predecible y desesperante. Realmente cansa ver 165 minutos de efectos especiales si no hay nada detrás.
De lo más bochornoso de la película es la poca delicadeza con la que hacen el product placement. Desde Stanley Tucci bebiéndose un cartón de leche china en una azotea mientras su vida corre peligro a Mark Wahlberg bebiéndose una cerveza en medio de la batalla. Y estos son simplemente dos ejemplos, pero hay muchos más. Con la recaudación de las películas anteriores me cuesta creer que les haya costado reunir el dinero para llevar a cabo la película, por lo que solo me queda pensar que se trata más bien de una completa falta de interés en hacer una película en condiciones. Esto está exclusivamente hecho para ganar dinero y se conseguirá cueste lo que cueste.
El nuevo reparto funciona porque no molesta. Hacen lo que se les ha dicho, por muy ridículo que esto pueda ser. Pobre Stanley Tucci, víctima de las mayores tonterías del guión. Wahlberg cumple como héroe de acción cuarentón con hija a cargo, mientras que ésta es lo suficientemente atractiva como para atraer adolescentes. Así que todo bien.
Como casi siempre en este tipo de películas, sobra prácticamente una hora de metraje, y se hace realmente duro aguantarla cuando se acerca la recta final, incluso siendo ahí donde se concentra la mayor parte de la acción. Demasiados momentos en los que parece que la cosa va a terminar para acabar dándonos cuenta de que la tortura todavía está lejos de haber finalizado.
Parece poco probable que nos libremos de una quinta entrega, a pesar de que los números en taquilla parece que van a estar muy lejos de los de la anterior. Michael Bay está empecinado en convertir la saga Transformers en su gran legado cinematográfico y no hay quien le haga bajarse del burro, y mientras nosotros pagamos el pato.
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