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viernes, 11 de julio de 2014

Omar

4/10
Omar (Palestina, 2013).
Dirección y guión: Hany Abu-Assad.
Intérpretes: Adam Bakri, Leem Lubany, Samer Bisharat, Iyad Hoorani, Essam Abu Aabed.
Fotografía: Ehab Assal.
Montaje: Eyas Salman.
Idiomas: Árabe, hebreo.
Duración: 96 minutos.


Espía como puedas

Por Manuel Barrero Iglesias

The Green Prince (Nadav Schirman, 2014) nos cuenta la historia de dos hombres que establecen un estrecho vínculo de amistad a pesar de un entorno hostil. Deberían odiarse, pero simbolizan un encuentro imposible, el de dos pueblos condenados al enfrentamiento atroz. Uno, hijo de un importante líder de Hamás captado por Israel para ser espía. El otro, su supervisor. Ambos acaban comprendiendo que el camino que lleva a la paz va en dirección contraria al que marcan sus dirigentes.

La posibilidad de ejercer como espías es ofrecida a muchos de los presos palestinos, aunque no siempre el resultado es tan gratificante. Que te destrocen la vida o traicionar a tu gente. Difícil elección. Incluso existe la posibilidad de que optes por la traición, tu entorno se entere, y tu vida se vaya por el retrete de todas formas. Las autoridades israelíes usan su fuerza para acorralar al individuo, a la vez que tienden una mano de -en muchas ocasiones- falsa amistad. Ante esta tesitura se encuentra el protagonista de esta película, un joven que participa en el asesinato de un soldado israelí.

Su lucha tiene una múltiple dimensión, difícil de alcanzar. Por un lado, se mantiene fiel a los suyos, mientras por el otro trata de no renunciar a su vida en compañía de la mujer que ama. El equilibrio es tan delicado que incluso pone en riesgo su honorabilidad ante su gente. Aunque al final sea precisamente uno de lo más cercanos el que acabe por traicionarle. Durante este viaje Omar aprende que hay buenos y malos a ambos lado del muro, y que la capacidad humana para hacer daño es intrínseca a la especie, independientemente de el dios al que se le rece.

Por desgracia, la película se pierde en un tramo final lleno de golpes de efecto. Un carácter tramposo que apuesta por el efectismo en detrimento de la veracidad. La complejidad de su planteamientos merecían más capacidad reflexiva y no tanta búsqueda del impacto emocional. Porque al final lo que consigue el director es que la atención se desvíe de lo realmente importante.








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