El extraordinario viaje de T.S. Spivet

7/10

The Young and Prodigious T.S. Spivet (Francia – Canadá, 2013)

Dirección: Jean-Pierre Jeunet.

Intérpretes: Kyle Catlett, Helena Bonham Carter, Robert Maillet, Judy Davis, Callum Keith Rennie, Julian Richings, Jakob Davies, Dominique Pinon, Niamh Wilson, Amber Goldfarb.

Guión: Jean-Pierre Jeunet, Guillaume Laurant; a partir de la novela de Reif Larsen.

Música original: Denis Sanacore. 

Fotografía: Thomas Hardmeier. 

Montaje: Hervé Schneid.
Idioma: Inglés.

Duración: 105 minutos.

El fabuloso destino del niño perdido

Por Miguel Montañés

Tras Micmacs (2009) -su cinta, tal vez, más inadvertida-, dice Jean-Pierre Jeunet que no le apetecía embarcarse en otro guión original. Quería adaptar algo. Algo que le emocionase y que pudiera hacer suyo para llevarlo a la pantalla. Salvando las distancias (geográficas, principalmente) y el marco en que se desarrolla la acción, la historia de Reif Larsen parece ideada si no por, sí para Jeunet. No es de extrañar que el novelista nacido en Massachusetts haya declarado que cuando vio Amélie (2001) se sintió como si alguien hubiera estado hurgando en su cabeza. 

Tecumseh Sparrow Spivet (Kyle Catlett) ha salido a su madre (Helena Bonham Carter), una meticulosa entomóloga que vive únicamente para sus insectos. Aunque él es más de cartografía y de inventar cosas. Al padre (Callum Keith Rennie), un vaquero que pertenece a otra época, ha salido Layton, mellizo de T.S. Ambos son tan diferentes como pueden ser dos niños de diez años. Pero se compenetran y encuentran la manera de jugar juntos. Gracie, la hermana adolescente, no ha salido a nadie. Lleva mal lo de vivir en un rancho en medio de Montana y sueña con alfombras rojas y flashes. Gracie es, sin duda, el personaje más estereotipado del film y una de las flaquezas del guión. No hay mayor problema. El resultado funciona. Y, qué diantres, llega a conmover. 

Cuando el joven Spivet descubre que la máquina de movimiento perpetuo sigue siendo uno de los desafíos sin alcanzar para la ciencia, se pone manos a la obra y envía su proyecto al Instituto Smithsonian de Washington. A cuenta de esto, es invitado a presentar su diseño allí. Todos están asombrados con el grado de perfección del aparato. Y eso que todavía no saben que a su creador aún le faltan varios años para empezar a afeitarse. Así que el chaval emprende el viaje sin decirle nada a su familia. Una familia compuesta por peces fuera del agua (a excepción de Layton, al que a la postre tampoco se le permite disfrutar de un mundo en el que es feliz), siendo T.S. el único miembro que se atreve a perseguir su sueño. Aunque el sueño podría no ser lo que parece después de todo. La road movie de Jean-Pierre Jeunet sale bien parada sin renunciar al característico sello del francés.