Las subtramas románticas han sido utilizadas desde tiempos remotos para amenizar el cine de género, cuyo foco principal suele estar en otro lugar. Pero hay ocasiones en las que el romance se apodera del discurso principal, incluso en historias en las que la ciencia-ficción aparece como gran reclamo. Es el caso de las dos películas que aquí nos ocupan. The Station se convierte en una reflexión sobre la madurez del amor, mientras Extraterrestrial versa sobre el más impulsivo amor juvenil. Relaciones sentimentales rodeadas por seres peligrosos, sean animales mutantes o extraterrestres.
Por Manuel Barrero Iglesias
The Station (Marvin Kren. Austria, 2013)
Aires de serie B soplan en este trabajo que se atreve con mutaciones imposibles. Animales de las más diversas especies que se combinan para dar lugar a seres letales. La película es una combinación de varios elementos bastante bien ensamblados. Las dosis de humor están presentes gracias a una ministra muy peculiar. Un personaje básico para comprender la naturaleza de un trabajo al que nunca hay que tomar completamente en serio. La serie B también está muy presente en el diseño de las criaturas, así como en los efectos de maquillaje. Y es que a pesar de los toques humorísticos y amorosos, lo que ocupa la mayoría del metraje es la creación de la atmósfera de tensión adecuada. Algo que Marvin Kren consigue sin brillantez, pero con solvencia.
Pero decíamos que el film tenía una potente historia de amor detrás, escasa en minutos, pero fuerte en simbolismo. El protagonista es un hombre destrozado por una ruptura que nunca comprendió. El reencuentro con aquella a la que no ha olvidado le dará la oportunidad de matar un amor putrefacto (encarnado en la figura del perro). La película habla de la dificultad que conlleva cortar una relación sentimental. Hay que tener la madurez suficiente para acabar con algo que está viciado. Pero a la vez el film deja una puerta abierta a la esperanza, entendiendo que de ese antiguo amor corrompido puede nacer uno nuevo. Un amor mutante en el que los sentimientos se transforman.
Extraterrestrial (The Vicious Brothers. Canadá, 2014)
La madurez no es precisamente la característica que mejor define a los protagonistas de Extraterrestrial respecto a su comportamiento en la relación de pareja. Aunque uno nunca sabe si el discurso de la película es irónico o estamos ante una historia de amor empalagosa como la que más. En los albores del film presenciamos una pedida de mano llena de romanticismo patético, incluidos anillo y pose de rodillas. Ella aspira a irse a estudiar fuera y en sus planes no entran boda e hijos con su novio de siempre. Así que lógicamente no acepta. Pero los acontecimientos (una invasión alienígena) hacen que él se juegue la vida por salvar la de ella. En el último tramo del film la pasión adolescente se desborda, aunque queremos suponer que los Vicious Brothers se están burlando de ese tipo de relación fomentada por la ficción juvenil. De lo contrario, estaríamos hablando de la ridiculez en su máxima expresión.
Por lo demás, la película es una amalgama de referencias sin orden ni concierto. Comienza con un grupo de jóvenes que van a pasar un fin de semana en una cabaña en el bosque, para continuar con homenajes al cine de extraterrestres de todos los tiempos. Incluso un mito de la serie b Michael Ironside tiene su papel, cuya función es introducir el elemento conspiranoico. En todo este embrollo no sale demasiado bien parada la película, que se limita a copiar elementos de allí y aquí, y cuya última parte se les escapa de la mano a sus directores.
Pero decíamos que el film tenía una potente historia de amor detrás, escasa en minutos, pero fuerte en simbolismo. El protagonista es un hombre destrozado por una ruptura que nunca comprendió. El reencuentro con aquella a la que no ha olvidado le dará la oportunidad de matar un amor putrefacto (encarnado en la figura del perro). La película habla de la dificultad que conlleva cortar una relación sentimental. Hay que tener la madurez suficiente para acabar con algo que está viciado. Pero a la vez el film deja una puerta abierta a la esperanza, entendiendo que de ese antiguo amor corrompido puede nacer uno nuevo. Un amor mutante en el que los sentimientos se transforman.
Extraterrestrial (The Vicious Brothers. Canadá, 2014)
La madurez no es precisamente la característica que mejor define a los protagonistas de Extraterrestrial respecto a su comportamiento en la relación de pareja. Aunque uno nunca sabe si el discurso de la película es irónico o estamos ante una historia de amor empalagosa como la que más. En los albores del film presenciamos una pedida de mano llena de romanticismo patético, incluidos anillo y pose de rodillas. Ella aspira a irse a estudiar fuera y en sus planes no entran boda e hijos con su novio de siempre. Así que lógicamente no acepta. Pero los acontecimientos (una invasión alienígena) hacen que él se juegue la vida por salvar la de ella. En el último tramo del film la pasión adolescente se desborda, aunque queremos suponer que los Vicious Brothers se están burlando de ese tipo de relación fomentada por la ficción juvenil. De lo contrario, estaríamos hablando de la ridiculez en su máxima expresión.
Por lo demás, la película es una amalgama de referencias sin orden ni concierto. Comienza con un grupo de jóvenes que van a pasar un fin de semana en una cabaña en el bosque, para continuar con homenajes al cine de extraterrestres de todos los tiempos. Incluso un mito de la serie b Michael Ironside tiene su papel, cuya función es introducir el elemento conspiranoico. En todo este embrollo no sale demasiado bien parada la película, que se limita a copiar elementos de allí y aquí, y cuya última parte se les escapa de la mano a sus directores.
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