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viernes, 9 de mayo de 2014

Documenta Madrid 2014: Nepal Forever

Nepal foreva (Aliona Polunina. Rusia, 2013)


Por Román Puerta Ardura

La historia de estos dos dirigentes del partido comunista de San Petersburgo que nos cuenta Alina Polunina en clave de comedia documental es, ante los espectadores occidentales, un juego, a ratos infantil, a ratos cercano a lo burlesco. Para ojos de cierta población rusa que añora el pasado comunista ,el relato de estos dos convencidos de su pasado reciente, y cuya vuelta supondría un hipotético regreso del esplendor ruso, puede resultar hasta atractivo.

Este documental nos presta una máscara para ver una realidad superada por la realidad política mundial. Los personajes son desdibujados por la directora hasta el límite del ridículo pero sin dejar de tener una mirada comprensiva y cariñosa hacia ellos.

El comunismo, en Rusia, o en Nepal, se ha transformado, al igual que cualquier práctica política en el mundo, hasta extremos que desdibujan cualquier coherencia personal en su desarrollo. Y estos dos patéticos personajes que nos presenta Alina Populina y, que tenemos que recordar son reales, son la representación de un mundo donde han desaparecido referentes ideológicos y políticos.

Así este documental resulta gracioso en su planteamiento por el infantilismo de sus protagonistas, pero alcanza un cierto tono de enquistamiento en el desarrollo de la historia que se alarga innecesariamente en redundancias, repeticiones y desviaciones de la trama principal.

La profunda preocupación de los dirigentes rusos por el devenir del comunismo en el vecino Nepal, se torna en cómica, casi esperpéntica. No llegamos a entender que puedan seguir existiendo estos “miembros del Consejo de la Ciudad de San Petersburgo” y que se crean realmente lo que están haciendo. Pero la directora toma bien el pulso a la historia porque ella misma se toma a broma la misma.

Esos encuentros con los maoístas y con los marxistas leninistas nepalíes me recuerdan, en algo, al patetismo de los personajes de The Act of Killing. Personas que se creen realmente lo que han hecho, lo que piensan, lo que pretenden para el futuro pero que a la vista de una cierta parte de la humanidad parecen personajes de un tebeo o de un cómic, clowns de una realidad superada en el mundo hiperdesarrollado de occidente o del sudeste asiático.

Populina se mete en la piel de estos dirigentes preocupados por el futuro del legado de Lenin y nos transmite ese patetismo con varios episodios realmente hilarantes, como la visita a la embajada de Corea para dar las condolencias (a todo el que pasa por delante) por la muerte del máximo dirigente de ese país (sin desperdicio cada una de las escenas dentro del recinto diplomático), las entrevistas con los presidentes de los 2 partidos comunistas nepalíes enfrentados no sé sabe muy bien por qué o el mítin espontáneo de uno de ellos por las calles nepalíes vociferando la unión de todos los trabajadores del mundo e intentando que el conductor del rickshaw se suba al carromato como cliente, pero comete algún error grave en el control del tiempo narrativo que perjudica la comprensión de dónde estamos en cada momento.


Así podemos llegar a considerar, finalmente, Nepal forever como una parodia de una realidad y unos personajes que, sacados de un rincón del mundo donde se están “cociendo” en la actualidad muchos futuros, demuestran su comunismo confundiendo el legado de Lenin con la realidad inescrutable de Putin o criticando a su antiguo dirigente Ziugánov, reivindicando un legado de izquierdas. Estos dos dirigentes son representantes de un pasado reciente pero que parecen salir de la prehistoria política histórica. Hasta sus propios compatriotas les echarán en cara su patético mitin en la plaza repartiendo condecoraciones robadas. Pero lo que no se les puede echar en cara es su intensa capacidad de ser fieles a sus propios ideales ni a la directora el representarlos tal como son, una reliquia del pasado. Pero ya sabemos por la experiencia histórica que las reliquias se pueden convertir de la noche a la mañana en modernidad vintage. 

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