Por David Sancho
Family Tour (Liliana Torres. España, 2013)
Lili, una española afincada en Méjico, vuelve a casa por vacaciones. Los años fuera han vuelto la relación con sus padres y hermana algo distantes. Desubicada, Lili afronta continuas visitas a diversos familiares que no hacen más que acentuar el hecho de que este ya no es su hogar.
La película resulta lenta y poco concisa la mayor parte del tiempo, pero la intención de hacerla parecer un documental y la elección del reparto –la directora utiliza a Nuria Gago para darse vida en pantalla y la rodea de su propia familia- , potencia esa sensación de desarraigo de la protagonista. Siempre como fuera de lugar, gracias a una sensación de realidad muy marcada que a su vez juega en su contra al generar una gran distancia interpretativa entre protagonista y secundarios, posiblemente salvable con la elección de otra actriz amateur para el papel principal. Lo fácilmente que uno se identifica con la protagonista es la mayor virtud de la película, aunque se dan situaciones variopintas y de excesivo bizarrismo, la película no deja de resultar cercana.
El film no resulta fallido pero tampoco es un gran acierto. Genera ciertas expectativas para futuros trabajos de su directora, pero a su vez desconfianza. Sólo el paso del tiempo despejará las dudas.
Toastmaster (Eric Boadella. España-Estados Unidos, 2013)
Un chico que quiere hacer un documental sobre su tío, un tipo al que no conoce pero que parece haber sido un peligroso miembro de la mafia armenia, mientras que su tío lo único que pretende es transmitirle sus habilidades a la hora de hacer brindis.
La premisa es entre interesante y absurda. La parte de la mafia podía dar para mucho, pero el tema de los brindis le quita seriedad y añade hastío.
La película nunca encuentra su tono, a ratos parece comedia, pero nunca hace demasiada gracia, y a ratos parece querer tirar hacia el drama, pero nunca se consigue dotar a la película de la carga dramática suficiente como para mantener el interés. La recta final consigue recuperarse ligeramente, pero ya es demasiado tarde para que el resultado no sea pobre.
A la postre, propuesta medianamente interesante en su planteamiento pero con un desarrollo excesivamente irregular que acaba por lastrar la película en exceso.
#Real Movie (Pablo Maqueda, 2013)
Realizar una película es un proceso largo y complicado, y soy de los que piensa que añadirle aun más dificultades en forma de Manifiesto Dogma 95 o #Littlesecretfilm no es más que añadir dificultades y reducir las opciones de que la película en cuestión sea cuando menos disfrutable. En el caso de Dogma las cosas salieron bastante bien, pero tras ver una sola película perteneciente a #Littlesecretfilm, mis esperanzas de que de aquí salga algo positivo son muy reducidas.
Tal vez esté siendo injusto y luego haya gente que consiga hacer obras destacables rodadas en un solo día e improvisando diálogos, pero es que de #Real Movie hay poquito que rascar.
Su primer problema es el exceso de ambición. Grabar un thriller en 24 horas es una muy mala idea. La tensión brilla por su ausencia en esta película, las actrices intercalan buenos momentos con otros bochornosos (sin duda fruto de la falta de tiempo para repetir tomas), los diálogos improvisados no llegan al aprobado… podría seguir, pero tampoco es cuestión de hacer sangre. Aunque la película me parece fallida, reconozco que con tales limitaciones tampoco se le podía pedir mucho más.
Espero encontrarme en el futuro películas que me hagan cambiar de opinión acerca de este modelo de producción, pero por ahora me mantengo pesimista.
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