Casting (Jorge Naranjo. España, 2013)
El largo que podía ser corto
Por Andrea Morán
Por Andrea Morán
Plantarse frente a una cámara y ser otro sin dejar de ser tú. Esta era la premisa que manejaba el realizador Jorge Naranjo en una serie de tres cortometrajes que han desembocado en la escritura de su primer largo, Casting. Este prometedor punto de partida se mantiene en la película para componer un retrato de jóvenes actores que pasan el día ensayando por parejas una prueba de cámara. Como suele ocurrir en las historias corales, Casting adolece de un desequilibrio en las tramas, ya sea por la composición de estos emparejamientos o por los motivos dramáticos que se interponen entre ellos. Lo que en los cortometrajes era un fogonazo de verdad, en la película tiene un desarrollo débil y predecible. Aun así, cuando los personajes son llevados al límite (los monólogos frente a cámara son un buen ejemplo), la película recupera la fuerza y la sinceridad por la que destacaban los anteriores trabajos de Naranjo. También el perfil de la producción, similar al de los proyectos surgidos de la iniciativa Littlesecretfilm (sin que eso signifique nada malo, todo lo contrario), le permite cierta despreocupación técnica que juega a favor de la frescura que persigue.
Queda la duda de si estas mismas historias y estos mismos personajes hubieran brillado más en otro formato, como el de la ficción seriada. Ya lo hizo David Trueba en ¿Qué fue de Jorge Sanz? y David Navarro en Nada que celebrar, dos aproximaciones más ácidas y punzantes a la hora de retratar el día a día de los actores en España.
El tercero (Rodrigo Guerrero. Argentina, 2014)
Tres (no) es multitud
En muchas películas se especula de manera más o menos explícita con la fantasía del trío. Contrariamente, pocas veces se hace desde un ángulo positivo en el que, más allá de los encuentros sexuales, se ofrezca la posibilidad de que una pareja de tres sea una opción viable como otra cualquiera. Uno de los pocos ejemplos recientes en los que podíamos verlo es en la alemana Three -3- (2010), de Tom Tykwer. Siguiendo esta línea, el director argentino Rodrigo Guerrero lleva la idea un paso más ya, porque en este caso el ménage à trois es homosexual.
El prólogo de El tercero, constituido a base de conversaciones de chat bastante subidas de tono, alternadas con imágenes de películas porno, anticipa muy poco de lo que vamos a ver después: un casi imperceptible pero profundo estudio de personalidades a través de larguísimos planos, con los actores, entre los que existe una química casi palpable, aguantando estoicamente la mirada fija de la cámara. Las conversaciones irán dando paso a los gestos, y los gestos culminarán en un acto sexual tan sugerente como el resto de las escenas, erótico pero sobre todo romántico, como revela ese abrazo conjunto final en la cama. Pocas veces un plano fijo había mostrado tanta ternura hacia sus personajes. Comprendemos así que hemos asistido es al nacimiento de una historia de amor diferente, la cual se refleja en la cara de Fede (fantástico Emiliano Dionisi), que no puede, aunque lo intente, quitar de su cara una ingenua sonrisa.
La tumba de Bruce Lee (Canódromo Abandonado. España, 2013)
Seattle huele a queso
Por Miguel Montañés
Vamos a ver. Por una parte está la sinopsis. Por otra, Canódromo Abandonado. La sinopsis: una pareja viaja a Seattle para, hacer un curso de coaching corporativo ella, y visitar la tumba de Bruce Lee él. Ella trabaja en la tienda de golosinas de un centro comercial y quiere progresar. Él es un fanático de las artes marciales. Las cosas, es obvio, no salen como ellos pensaban. Canódromo Abandonado: un colectivo de majaras formidables que llevan años dando de comer a Internet vídeos disparatadísimos montados la mayor parte de las veces a golpe de imágenes de archivo y loquendo. Mezclemos ambas cosas.
Vaya. Pues no termina de funcionar, ¿eh? Julián, Lorena y Aaron lo hacen bastante bien como actores. Hay diálogos buenos. Hay algunos diálogos realmente buenos, de hecho. Pero la perplejidad que provocan sus vídeos habituales —de una duración mucho más reducida, claro— aquí queda diluida en la trama que sirve para vehicular la historia. Una trama “seria” vestida de situaciones absurdas en la que se transparenta la ausencia de contenido realmente estimulante. Es complicado dar el salto al largometraje. Sobre todo si tu estilo es el que es. Canódromo Abandonado se la han jugado y les ha salido regular. Pero seguro que durante el proceso han aprendido alguna que otra lección que podrán aplicar en el futuro
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