The Legend of Hercules (Estados Unidos, 2014)
Dirección: Renny Harlin.
Intérpretes: Kellan Lutz, Gaia Weiss, Scott Adkins, Roxanne McKee, Liam Garrigan.
Guión: Sean Hood, Daniel Giat, Renny Harlin, Giulio Steve.
Música original: Tuomas Kantelinen.
Montaje: Vincent Tabaillon.
Idioma: Inglés.
Duración: 99 minutos.
Músculos sin cerebro
Renny
Harlin tuvo su momento de gloria en los 90, época en la que casi cualquier
producto de acción encontraba su sitio entre el público. La jungla 2: Alerta
roja (1990), Máximo riesgo (1993), La isla de las cabezas cortadas (1995) o
Memoria letal (1996) fueron sus títulos más sonados. No, no es cine de alta
calidad. Incluso hay algún estrepitoso fracaso, como la aventura pirata
protagonizada por Geena Davis. Pero también hay algún trabajo a reivindicar,
como la trepidante cinta de acción montañera de Stallone.
El
caso es que nunca dejó de ser un director de acción de segunda fila, que con el
cambio de siglo ha ido cayendo cada vez más en el olvido. Muchos de estos
subproductos intrascendentes realizados en los últimos años ni siquiera se han
estrenado en nuestro país. Hércules. El origen de la leyenda es el film más notorio
del director en la última década (así de mal está la cosa).
Los
réditos en la taquilla americana no han sido gran cosa, y es que el aire de
serie B es demasiado evidente. La película nace a la sombra de la acción
musculada que puso de moda 300 (ya el referente es cine de bajos vuelos). Sin
la energía visual de Snyder, Hércules se limita a copiar de forma abusiva la
ralentización en las secuencias de lucha. Eso y los lamentables efectos
digitales hacen inviable cualquier tipo de encanto visual.
No
nos vamos a detener en cuestiones obvias, como el guión o las interpretaciones.
Se puede hacer una película divertida por muy burdos que sean estos elementos. La
clave está en el grado de la solemnidad con la que el autor afronte el asunto. Harlin
parece querer escapar de ella todo el tiempo, pero nunca se atreve a hacerlo. Al
final queda algo intermedio que ni es serio, ni se toma a broma. Una tibieza
que hace de este film algo aburrido hasta lo desesperante. Lo de malo ya se da por supuesto.
Manuel Barrero Iglesias
No hay comentarios:
Publicar un comentario