The
Returned (España-Canadá, 2013).
Dirección:
Manuel Carballo.
Intérpretes:
Emily Hampshire, Kris Holden-Ried, Shawn Doyle, Claudia Bassols.
Guión:
Hatem Khraiche Ruiz-Zorrilla.
Música
original: Jonathan Goldsmith.
Fotografía:
Javier Salmones.
Montaje:
Guillermo de la Cal.
Idioma:
Inglés.
Duración:
98 minutos.
Mi
novio es un zombi
Hace
tiempo que vengo pensando en esto. Lo he hablado con mis amigos.
Debería haber un premio -una categoría en los Oscar,
cualquier cosa- que premiara a las mejores premisas.
Independientemente de que el guión no esté al mismo nivel que el
punto de partida. El planteamiento de Retornados
podría optar a este galardón perfectamente.
Dentro
del género de zombis (zombis, infectados, zombis infectados o
cualquier otra nomenclatura) hace falta a estas alturas aportar algo
diferente. Una visión nueva. Retornados lo consigue. Un virus
terrible se ha propagado entre la sociedad contagiando a todo aquel
cuya sangre entra en contacto con la sangre de quien lo padece. Si el
enfermo no recibe tratamiento médico, en cuestión de horas se
transforma en un ser tremendamente agresivo y desprovisto de
raciocinio que se alimenta de carne humana. Un zombi de toda la vida,
vamos. Un zombi post-Romero, al menos. Al que estamos acostumbrados
últimamente. El gran hallazgo de Retornados es ese
tratamiento médico.
Porque
la pandemia puede controlarse. Está controlada, de hecho. Una
inyección diaria de cierta proteína mantiene a este sector de la
población dentro de la tranquilizadora categoría de personas
normales. Todo está bien. No hay peligro. Existe cierta
desconfianza, naturalmente, pero la situación se encuentra dominada.
Hasta que, oh-oh, empiezan los problemas, y con ellos, el verdadero
arranque de la historia. La proteína es cara. Y escasa. El Gobierno
ha decidido paralizar las investigaciones que podrían dar con la
vacuna definitiva. Vaya, a qué me recuerda esto.
Desde
un inicio tan esperanzador, la película avanza de manera bastante
fluida, sí, pero con tendencia a la baja. Ojo. Los aportes de
Retornados son muchos y muy interesantes en
cualquier caso. Reflexionar sobre la naturaleza humana a golpe de
pulp es todo un arte. Los retornados son tan parecidos a nuestros
enfermos de sida o a los judíos enviados a campos de concentración
durante la Segunda Guerra Mundial que uno no puede evitar pensar qué
ocurriría si una situación así tuviera lugar en la vida real. Con
toda probabilidad, los acontecimientos se desarrollarían de una
manera muy similar a como lo hacen en la pantalla. Eso siendo
optimistas. Porque, de acuerdo, puede que hasta el momento no
tengamos zombis, pero contamos con todos los demás ingredientes.
Miguel
Montañés
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