Por Donatello Romanazzi
La
Vida de Adèle (también conocida como Blue is the warmest colour) es una película dirigida por Abdellatif
Kechiche (Venus Noire, Cuscús, La Faute à Voltaire) ganadora de la Palma de Oro en el último
Festival de Cannes.
El Argumento.
Adèle es una chica cuya vida y sexualidad cambian cuando conoce Emma. El amor y
la felicidad harán que Adèle se convierta en una mujer pero cuando su relación
se viene abajo estará obligada a volverse a encontrar a sí misma.
Cinematografía:
Sogian El Fani
Cámara:
Canon EOS C300
Objetivos:
Angenieux Optimo 28-76mm T2.6
Ratio:
2.35:1
Formato:
MPEG-2
Tras
trabajar en sus obras anteriores, Sofian
El Fani (Cuscús, Le Fil, Paris la Metisse) repite como director de Fotografía para Kechiche
en La Vida de Adèle. La película, más que ser una historia entre dos
homosexuales -como todos se esperan-, es una mirada a lo que pasa cuando te
enamoras, independientemente del género o de la orientación sexual. En este
sentido, La Vida de Adéle es casi un
documental sobre las emociones de Adèle, desde el amor y la felicidad hasta el
miedo y el sufrimiento; la cinematografía refleja y realza perfectamente este
punto.
La
elección de la Eos C300 junto con el
uso de sólo una lente (aunque se trate de un zoom) está justificada por la
manera en que se ha rodado: una cámara al hombro sigue a los personajes como en
un documental; por eso la C300 y el zoom Angenieux ofrecían la funcionalidad y
el peso ideal para este propósito. Además, el C-Log de la Eos funcionó bastante
bien, vista la bella imagen ofrecida, para nada dura (como normalmente suele
ser la imagen digital).
El objetivo Angenieux se ha
usado normalmente en su longitud focal más larga y con una
abertura de diafragma bastante grande: la profundidad de campo es muy corta,
los personajes están aislados del fondo y a menudo salen de foco cuando se
mueven, causando problemas al foquista (que hizo un gran trabajo, por cierto).
Hay
una clara preferencia por los primeros
planos: la razón no es sólo querer acercar los personajes al espectador; el
motivo principal es el siguiente: la película habla de las emociones de los
personajes, y éstas se expresan y comunican a través de la cara, y el gran
trabajo de las dos actrices hizo que fuera una elección fácil rellenar el
encuadre con sus caras y miradas.
La luz es -como era de
esperar- naturalista, de acuerdo con la historia y la manera de
rodarla. Ventanas, puertas y luces diegéticas son utilizadas como fuentes de
luz principal, reforzada y suavizada. Sobre todo en la primera parte de la película,
hay una preferencia por la luz principal trasera, aunque los personajes nunca
se vuelven siluetas, ya que la exposición se equilibra con luces de relleno
frontales.
La Vida de Adèle ha
sido traducida en inglés como Blue is the
Warmest Color (El azul es el color más cálido) por una razón: el uso de este color a lo largo de todo el
film, algo que es cinematográficamente muy interesante. Normalmente el azul
viene asociado con la frialdad y la distancia en lugar de la calidez (a la cual
se asocian el amarillo y el naranja), mientras el color que representa el amor
es el rojo. El director de fotografía y el director dieron la vuelta a esta
relación psicológica y fueron más allá. Hay que recordar que el azul es también el color de la libertad
y del futuro: es justamente la libertad lo que busca Adèle cuando ve por
primera vez a Emma, la libertad de
expresar sus sentimientos. Es lo que
representa el color del cabello de Emma; ella es el futuro para Adèle. Es
por eso que, en el bar gay, la primera cosa que vemos de Emma es su pelo azul saliendo
desde la oscuridad; es por eso que, la primera vez que Adèle y Emma hacen el
amor, las sábanas de la cama son azules.
También
es interesante la manera en que el azul se
empieza a desvanecer a la vez que la relación de Adèle y Emma se viene
abajo: por ejemplo, apenas emergen los primeros problemas y dudas, vemos como
el pelo de Emma es ahora rubio, o el color del mar donde nada Adèle es de un
azul lavado. Lo mismo pasa con los pequeños pero importantes detalles en cada
escena: al principio del film podemos ver una fotografía de Nueva York tomada
en la hora después del atardecer, con una fuerte tonalidad azul, cuando Adèle y
Emma vuelven a encontrarse, hacia el final de la película, podemos ver algunas
fotografías de Nueva York en el bar donde quedan: están en blanco y negro.
Además,
en una de las escenas finales, Adèle viste un vestido azul (cargado de
simbolismo) cuando asiste a la inauguración de la exposición de Emma,
probablemente en el último tentativo de reconquistarla; cuando se marcha, su
vestido azul es el único objeto con color en un entorno gris y desaturado.
La Vida de Adèle es
una película maravillosa, en la cual Kechiche
retrata como nadie hasta ahora por lo que pasamos cuando nos enamoramos; la
cinematografía es simple pero eficaz y resalta la historia a través de pequeños
e importantes detalles.
Que tal!!! Mi visita a esta página fue meramente un encuentro maravilloso, ya que tras estar buscando información sobre Blue is the warmest color o La vie d´ Adéle me encontré con estas maravillosas palabras más que acertadas al describir los significados simbólicos que dicha película trae implícitos. Y mi comentario es para FELICITAR inmensamente al autor que me hizo apasionarme aún más por el film; que me hizo emocionarme y muchas sentir muchas más cosas. Gracias ... Y admito que no dejo de visitar esta página para leer una y otra y otra vez tan gratas palabras.
ResponderEliminarSinceramente, para que se hagan películas lésbicas como ésta prefiero que no se haga ninguna… porque mucho decir que visibilizan y normalizan pero parece que nadie ve que en realidad estamos en lo de siempre: las relaciones entre mujeres se convierten en objetos de morbo masculino y en escenitas degradantes de tetas y coños antes que en cualquier otra cosa, y eso es más un retroceso que un avance.
ResponderEliminarSoy lesbiana y estoy muy harta de escuchar tantas alabanzas absurdas a esta película que no es más que el desahogo pornográfico de las obsesiones de un director déspota. Fui a verla ilusionadísima porque el cómic me había encantado y tenía las esperanzas de encontrarme con algo igual de bueno o quizá mejor, pero no puedo expresar mi sorpresa al encontrarme tamaña basura… Quince minutos de porno lésbico completamente gratuito e injustificado que ensucian el resto del metraje y actúan a modo de llamada de atención desesperada (así como llamada a la recaudación, a la audiencia y a la crítica masculina) para disculpar tres horas insustanciales, desaprovechadas y vacías, con lo que podía haber dado de sí una temática inicial tan fantástica. El director sólo se preocupó de rodar tijeras y cunnilingus, no hay rastro de la profundidad de la novela gráfica, de su estética cautivante, de su buen gusto, de su sensibilidad, de su despliegue en cuanto a temas y motivos… sólo sexo explícito, poses ridículas y morbo facilón para arrastrar a la gente a verla y convertirla en vouyers.
Sin esas largas escenas de sexo la película habría ganado en dignidad y fuerza, precisamente es contraproducente a su causa este excesivo regodeo. En lugar de estas escenas (o de gran parte de ellas) se podría haber aprovechado metraje e incluir, por ejemplo, una escena de ataque homófobo de los que están tan tristemente vigentes en Francia u otros países europeos, eso sí contribuiría a una mayor sensibilización del público y no una escena como la de las tijeras con la que la película cae en el ridículo, se descalifica a sí misma y le da la razón a quienes afirman que es pornografía mostrada sólo con el propósito de excitar. ¿Cuál es la intención si no de regodearse de tal manera? ¿Si no vemos ocho orgasmos no entendemos la pasión entre ambas protagonistas? ¿O la “necesidad” de meter estos quince minutos de sexo salvaje era porque si no nadie aguantaría tres horas soporíferas viendo a una actriz con cara de empanada? Mucho más importante y vital para la trama era la escena suprimida en el montaje final de los padres de Adèle echándola de casa cuando la pillan en la cama con Emma, que en el cómic marca un punto de inflexión importantísimo en la vida de la protagonista y así debería haber sido igualmente en la película para entender mejor su desamparo y su soledad. ¿Por qué se suprimió entonces? ¿Para darle más minutos al sexo? Resulta incomprensible.
Me pregunto cómo es posible que nadie (o muy pocos) vean lo que es en realidad esta película: una fantasía pornográfica de un director heterosexual, basándose en un juicio apriorístico de cómo follan dos lesbianas que no es más que su propio deseo puesto en imágenes (y además tiránicamente, en plan “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo mientras babeo). De haber sido dos hombres los protagonistas (o un hombre y una mujer), el director jamás se habría recreado así en una escena sexual entre ellos y la película no habría sido tan brillante para los críticos. Si la pareja hubiera sido heterosexual y si el sexo, aunque realista, hubiera sido tratado de manera más sutil, de esta película ni se habla. Y mucho menos se la premia. Pero claro, a los críticos heterosexuales les ha gustado mucho y por eso ganó Cannes…
ResponderEliminarPor eso, lo que me escama de todo esto (aparte de que me es imposible simpatizar con un señor que ha hecho que sus actrices se sientan poco menos que abusadas…) es que el director ha reducido una historia compleja sobre el amor, la amistad, la intimidad… en una larguísima escena de sexo hecha desde el punto de vista de un observador masculino que reduce a las lesbianas y a las mujeres en general en objetos hipersexualizados cuyas prácticas sexuales deben ser aquellas que despiertan los deseos del público. Como siempre, se reduce a las mujeres (lesbianas o no) a lo mismo. Objetos. Objetos con los que vender, comerciar, excitar… objetos masturbatorios y poco más.
Esta película no hace ningún favor a la causa homosexual, más bien todo lo contrario.
Si me extiendo tanto y me expreso con tanta vehemencia es porque quiero que mi punto de vista (que es el de muchas lesbianas también) ayude a entender por qué tanta indignación justificada con esta película, por eso insisto en dar explicaciones de lo que considero que es un enfado lógico (el que también siente la propia autora del cómic) y no una pura histeria “porque sí”.
ResponderEliminarRecomiendo encarecidamente la lectura del cómic original para que cualquiera compruebe la diferencia por sí mismo en todo cuanto afirmo: claro que hay sexo, de hecho nadie niega la necesidad de que lo haya, pero está tratado de una manera completamente diferente: con buen gusto, sensibilidad y respeto. Son escenas estéticas y realistas, no tan facilonas, exageradas y burdas como en la película, donde la mirada masculina y casi onanista se delata por sí sola. La autora, Julie Maroh, también expresó su indignación al respecto. Conste, insisto, que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica para después querer tomar al espectador por tonto, hacerse el ingenuo y pretender venderlo como “arte”. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un hombre heterosexual.
Tened por seguro que si Kechiche hubiera dirigido “Brokeback Mountain” o una historia de amor con dos hombres como protagonistas, ni de coña se habría recreado tanto. Es por este cúmulo de circunstancias por el que las lesbianas nos sentimos tan ofendidas: se nos reduce siempre a lo mismo, al mismo papel de objetos destinados a dar placer o morbo a la audiencia… Es curioso que las mayores alabanzas procedan, justamente, de hombres heterosexuales; las mujeres, heteros o lesbianas, la ponen bastante peor y son mucho más críticas. Será quizá porque la cosificación sexual de la mujer es algo tan enquistado en nuestra sociedad, en todos los ámbitos, lo tenemos tan admitido, que ni se permite darle la vuelta cuando alguien lo cuestiona (y entonces, de hacerlo, se nos tacha de histéricas, mojigatas o estrechas de mente, como si confundiéramos “abiertos de mente” con “necesidad de mostrar sexo explícito”) y, como siempre, se visibiliza a las lesbianas sólo para la consecución del placer masculino; se las muestra como objetos sexuales en la pantalla con la hipócrita excusa de que es necesario ver esas escenas pornográficas para entender la vida de la protagonista. Y así, la vida de Adèle se queda reducida a “La vida sexual de Adèle”. Una película fácil, vulgar, pornográfica, con todo lo que podía haber dado de sí (no se dedica apenas atención a la lucha interior de la protagonista, a los conflictos con sus padres y amigas ni la solución a los mismos, no se incide en la necesidad de una mayor visibilización y normalización, etc.)… Creo sinceramente que Kechiche no quiso desarrollar con la misma extensión y profundidad ningún otro tema más que el sexual, disfrazando tal cantidad exagerada de escenas pornográficas bajo tres horas de “cine” y “arte”. El director parece que sólo se dirige a un público específico para que alabe su obra. Podía haber hecho una verdadera maravilla, pero se dejó cegar por el recurso más fácil y explícito. Es verdaderamente una lástima.
Vamos por partes. Me parece perfecto que no te guste la película por los motivos que sean. Incluso que la tomes como bandera en tu lucha a favor del lesbianismo integrista. Lo que ya me parece menos loable es que vayas copiando exactamente la misma soflama en todos los sitios en los que se habla de "La vida de Adèle".
ResponderEliminarEl artículo que ha escrito Donatello es una maravilla, en su análisis del uso de la fotografía. Podrías tratar de rebatir algo de lo que se dice en el artículo (si es que lo has leído, claro).
Tampoco entiendo muy bien que te erijas en la representante del colectivo lésbico. Si tus amigas y tú os sentís ofendídisimas con la película (allá con vuestros motivos), yo conozco otro buen puñado de lesbianas a las que la película les ha encantado. Y no por ello, son menos lesbianas o menos mujeres que tú.
Te doy un dato. En esta página hacemos una votación para elegir la mejor película del año, y la ganadora fue "La vida de Adèle". Hubo 10 personas que la eligieron como la mejor película del año. Y entre ellos, había 6 hombres y 4 mujeres. La proporción no parece la misma que tú defiendes. Es más, entre los votantes hombres, al menos la mitad eran homosexuales. Algo que desmonta la teoría de que la película está hecha para el disfrute de hombres heterosexuales.
De momento, lo dejo aquí, porque tu argumentación tiene tantas lagunas que me llevaría todo el día tener que responder punto por punto.
Un saludo, y gracias por escribir, aunque sea spameando.
Manuel Barrero Iglesias,
redactor jefe de Tierra Filme.
Muchas lesbianas estamos muy hartas y muy indignadas de escuchar tantas mentiras sobre esta película precisamente por la hipócrita y pobre defensa con la que se la justifica. Si alguien quiere hacer porno, que lo haga, pero que no lo justifique haciendo ver que defiende algo o a alguien y sobre todo que se atreva a llamarlo por su nombre y a no disfrazarlo de otra cosa. Está claro que a los hombres heterosexuales el tema lésbico les encanta y les atrae muchísimo, pero se les ve mucho el plumero para que luego lo nieguen con tanta hipocresía... Lo que ha rodado Kechiche no es arte, es simplemente pornografía para canalizar sus propias fantasías y disfrazarlas a través de tres horas de "pasión", "filosofía de los cuerpos" y "sensibilidad", y si algo me molesta especialmente en esta vida es que traten de venderme una moto falsa o que quieran hacerme comulgar con ruedas de molino.
ResponderEliminarNos ha costado mucho que a las lesbianas se nos respete (y aún nos sigue costando diariamente) para que nos tengamos que ver expuestas de este modo y se nos visibilice sólo para fomentar el mito erótico frente al público mayoritariamente masculino, lo cual además resulta de muy mal gusto y muy frustrante, porque sentimos que es como si al exponer nuestro disgusto nos increparan: "¡Encima que os visibilizamos y de una manera artística además, os quejáis cuando deberíais aplaudir, sois unas histéricas y unas puritanas!". Es casi como cuando las mujeres se ven "obligadas" a agradecer ese piropo que reciben por la calle sin haberlo pedido. Sinceramente creo que el día que veamos penes en pantalla con la misma frecuencia con que vemos coños y tetas podremos empezar a hablar de igualdad... y hasta que no vea una película de este mismo director que se recree durante diez minutos en dos hombres gays practicando un “justificadísimo” y “bellísimo” sexo anal seguiré pensando que Kechiche es un vulgar onanista y sólo ha buscado plasmar su propia fantasía y la de muchos hombres.
Y lagunas ninguna, creo que todo lo que digo lo he argumentado razonablemente bien.
Y tampoco me erijo en voz de ningún colectivo, nada más lejos de mi intención, sólo me parece oportuno denunciar lo que a mí me parece obvio y evidente: la utilización, como siempre, del sexo lésbico con propósitos comerciales y puramente gratuitos, y la mentira que después todo el mundo se traga. Igual si repetimos mil veces que estas escenas son artísticas y no pornográficas se convierte en verdad... ¡Y todas las lesbianas somos unas fanáticas que nos ponemos histéricas por una sola vez que se nos ha utilizado para dar morbo! Los heterosexuales sí que deben saber de discriminación y de que se les visualice sólo con el fin de excitar al personal...
ResponderEliminarSigues sin hacer ni una sola referencia al excelente artículo de Donatello. Previsible.
ResponderEliminarPasas por alto el hecho de que la película gusta a todo tipo de público. Hombres y mujeres, heteros y homosexuales.
Dices que no te eriges en voz de ningún colectivo cuando antes afirmas: "Nos has costado mucho que a las lesbianas se nos respete para que..". Vuelves a da por hecho que Kechiche no os respeta y os usa solo como objeto sexual. Vuelvo a repetir que esa es tu apreciación. Yo conozco una buena cantidad de lesbianas a las que la película les ha gustado MUCHO. Y te vuelvo a repetir, ni son menos lesbianas que tú, ni menos mujeres. Y ellas no se han sentido ofendidas, incluso alguno se siente identificada. Tu interpretación puede ser más o menos acertada, pero lo que no se puede convertir es en voz de un colectivo. A ti, personalmente, te molesta la película. Vale. Pero no hables de ofensa a un colectivo, por ahí no paso.
Dices: "la utilización, como siempre, del sexo lésbico con propósitos puramente comerciales...". El sexo, en general, se suele usar como reclamo comercial y gratuito. Pero el lésbico, el heterosexual, el gay...Quizás, (y esto es solo una impresión, y te pido disculpas si me equivoco), tengas una visión tan reducida del mundo que piensas que el sexo como reclamo solo se hace con las lesbianas. Y muy ciega tienes que estar para no ver que se hace (y yo diría que mucho más) con gays o heterosexuales. Desde luego, lo que no va ayudar a que se "normalice" nada es esa actitud victimista. Por cierto, en ese "como siempre", quiero saber cuáles son todas esas películas que os utiliza para el morbo.
¿Sabes qué película es "El desconocido del lago"? En ella se muestra el sexo entre hombres sin ningún tapujo. ¿Conoces la película "9 songs"? Una película que retrata una historia de amor heterosexual, y lo hace a través de escenas explícitas de sexo. Pero explícitas de verdad. Con penetración, mamada y cunilingus. Pero un cunilingus de verdad, en el que se ve todo, no como el de "La vida de Adéle".
Me hace mucha gracia que denomines el sexo que hay en "La vida Adèle" como pornografía. ¿Has visto alguna vez porno? En la película de Kechiche el sexo es muy light. A mí me gusta ver sexo lésbico explícito en una pantalla de cine. Igual que me gusta ver sexo hetero o sexo gay. Me gusta que se acabe con la mojigatería que impera en el cine comercial, y mostrar sexo sin pudor es algo que yo agradezco. De hecho, para mí el problema de las secuencias sexuales de "La vida de Adèle" es que son demasiado suaves. Yo no me las creo, pero porque creo que no está toda la carne en el asador. La intención es buena, pero la ejecución es más discutible. Por eso me gusta tanto el tratamiento sexual de "El desconocido del lago" o "9 songs", porque no hay trampa ni cartón. Hay sexo de verdad. Por cierto, no te he visto escribir sobre el uso que se hace de hombres gays, mujeres heteros u hombres heteros como objetos sexuales para calentar al personal.
Sé que es difícil de entender para alguien que pone por delante su militancia sexual ante el análisis fílmico. Pero deberías aceptar que a los que nos gusta la película, nos gusta por motivos cinematográficos. ¿Quién eres tú para decir por qué nos gusta la película o por qué no? A mí me gusta mucho el retrato de la relación. Como se detiene en momentos cotidianos (incluido el sexo), con secuencias muy largas (no solo las sexuales), y luego como usa la elipsis en la que se esconden momentos importantes. Y me encanta la evolución del personaje de Adèle, y esos primeros planos en los que llora y come. Y repito, los momentos sexuales son los que menos me gustaron, pero por no conseguir su propósito de realismo. Por cierto, que resumas la película como "La vida sexual de Adèle"...son 180 minutos, en el que (como mucho) un 10% de ese tiempo se dedica al sexo. Me parece que la que le está dando más importancia al asunto eres tú. Si esa secuencia te impide ver lo que hay en el resto del film, quizás tendrías que mirarlo.
ResponderEliminarEn resumen. Me parece perfecto que le exijas a Kechiche una película con secuencia entre dos hombres similar a Adèle. Sería fantástico. Y me gustaría ver cómo vas por todos los blogs del mundo soltando tu indignación porque a los hombres se les trata como objeto sexuales. Aunque me da a mí que eso no va a pasar. Pero yo le aplaudiré la valentía (y espero que le salga mejor). Me parece muy bien que te sientas ofendida con la película, estás en todo tu derecho. Pero lo que me molesta de tu argumentación es que tú decidas que el film es una ofensa a las lesbianas, así en general. Y por otro lado, que tú nos digas a los demás los motivos por los que nos gusta la película. Igual que tú tienes tu criterio, los demás tenemos el nuestro. Y ya te digo que ni yo, ni muchísimos otros, amamos "La vida de Adèle" por la famosa secuencia. Por no hablar de las muchas mujeres que también salieron encantadas con la película. Si empezaras respetando el criterio ajeno, quizás se te podría tomar un poco más en serio.
Muchas gracias por escribir, esta vez de verdad.
Un saludo,
Manuel Barrero Iglesias,
redactor jefe de Tierra Filme.
No va a pasar, efectivamente, porque una película así con dos hombres no va a rodarse jamás, ese es el triste mundo en el que vivimos.
ResponderEliminarEsta película está llena de tópicos machistas y muestra una ignorancia absoluta sobre la realidad homosexual y lésbica, pero claro, como lo que prima y gusta siempre es la carnaza, pues se concede a la audiencia lo que pide, y ya si eso encontraremos argumentos para escudarnos hábilmente en que "son tres horas" y que "se le dedica la misma atención y duración a todas las escenas", etcétera. Es una ceguera interesada e insoportable. El tema de la justificación a toda costa del sexo explícito es un tema que me parece muy cansino de puro evidente. Es más: creo que forma parte de una corriente pseudoprogresista que confunde tías en pelotas con apertura de mente. Y no me lo trago: una tía desnuda en una peli de autor está tan desnuda como una tía desnuda en una peli de Pajares. De hecho, la actitud del cine de Pajares me parece más honesta...
Te aseguro que lo que expongo no es ninguna "pataleta" ni ninguna militancia, es puro sentido común para que no me tomen el pelo. Creo haber analizado y explicado suficientemente bien los motivos, el sentido y la forma de comercialización que ha tenido la película (por si te queda alguna duda más, puedes también ser testigo del barato y gratuito pseudoerotismo de las fotos promocionales). Existen multitud de alternativas y estrategias a la hora de comercializar una obra. Implicar y ofender a una serie de personas, e incluso a la autora de la obra literaria, es un mal recurso que demuestra, además, mucha prepotencia e interés por parte del director, preocupado más en vender un producto por el camino más burdo y facilón, reduciéndolo a un mero espectáculo morboso para llamar la atención, que en extraer y saber plasmar un mensaje más profundo.
En ningún momento digo (no lo he afirmado nunca ni puedes deducir eso de mi opinión) que el sexo sobre. El sexo puede ser explícito y necesario en una película, claro que sí, pero cuando se muestra de manera tan evidentemente morbosa pues mira, hay que estar ciego para no ver de qué palo va realmente el director y cuál es su intención al hacerlo. Así que si el sexo se ve tan degenerado (con respecto al cómic) y vulgarizado como aquí pues sí, me sobra, porque ver unas tijeras de 10 minutos no creo que me aporte nada al resto del argumento, ni a mí ni a nadie, salvo mera excitación o morbo. Dices que está bien que se rueden escenas así para romper la mojigatería del público. Pues lo siento pero yo lo veo así, no creo que esté bien hacer de las prácticas sexuales lésbicas un constante objeto de fijación morbosa para los espectadores (véase también "Room in Rome"). No me pidas que no juzgue así al director si el propio director se ha delatado tan fácilmente.
ResponderEliminarNo hagas trampas y menciones "El desconocido del lago" como reverso a las escenas lésbicas de "La vida de Adèle", porque en la primera los encuentros sexuales no duran ni dos minutos y toda la película, además, se argumenta en torno a las relaciones sexuales clandestinas, cosa que en Adèle no sucede: se supone que el sexo no es el principal pilar de la película ni su motor de arranque.
Estas escenas causan tanta indignación (a mí por lo menos) porque en ellas el director está lejos de ser ingenuo o esteta al haberlas rodado, sino morboso. Ni las lesbianas practicamos tan frecuentemente las tijeras (de hecho es una postura poco común y que está más presente en las fantasías heteros que en nuestras prácticas reales) ni desde luego tampoco follamos así la primera vez, como dos actrices porno que ya lo supieran hacer todo. No seamos inocentes, por favor: nuestra indignación radica en el hecho de que la mirada de este director es bastante hipócrita, porque nos quiere vender unas escenas sexuales supuestamente filmadas con realismo, belleza y sensibilidad cuando lo que vemos es pura recreación pornográfica con fines comerciales. El sexo lésbico vende, y eso el director lo sabía y por eso lo ha explotado, por eso todas las justificaciones de estas escenas nos parecen cuentos y engaños bastante perversos. Quizá no haya sido tu caso, no lo pongo en duda, pero creo que muchos tíos han visto la peli sólo buscando las escenas porno, es más, esas escenas ya aparecen insertadas desgraciadamente en muchas páginas porno de internet o incluso el vídeo entero de 10 minutos se puede encontrar fácilmente si se quiere ver porno lésbico.
Cuando una película se estrena, el principal reclamo es necesariamente el director, los actores, la calidad de la misma o la recaudación obtenida en otros países. Nada de eso concurre en el caso de esta película, puesto que todos sabemos muy bien cuál ha sido el reclamo: la temática lésbica y las escenas de sexo, y así lo han aireado en todos los periódicos, artículos y críticas. Afirmar que la importancia o el éxito de “La vida de Adèle” se debe a otros motivos es cuando menos cuestionable, ya que si quitamos el componente lésbico, el principal reclamo, la historia no destaca por nada, no cuenta nada especial. Si sustituimos a una de las chicas por un chico, la película habría pasado completamente desapercibida. Precisamente se ha hablado tanto de ella por ser dos mujeres, prueba a cambiar a una de ellas por un chico a ver qué te queda… pues con una historia de lo más normal y corriente, nada de amor extraordinario. Para ver el ascenso y degradación de una pareja prefiero antes con películas como “Blue valentine” o “Revolutionary Road”, que son mucho más profundas y las interpretaciones de sus protagonistas muchísimo más ricas en matices. De modo que no nos hagamos los suecos.
¿No va a pasar en este triste mundo? Una película argentina llamada "El tercero" en la que hay una secuencia de sexo homosexual que dura casi media hora. Tíos en pelotas. Treinta minutos. Supongo que eso también forma parte de una pseudoprogresía.
ResponderEliminarAl menos en esta última respuesta dejas de erigirte en representante de las lesbianas del mundo. Sigues despreciando al público al que le gusta la película, pero bueno, al menos eres más comedida.
En general, tu exposición ahora es menos dogmática, aunque sigue siendo muy parcial. Ahora te centras más en el análisis de la película, y eso me gusta. Aunque no esté de acuerdo con muchas de las cosas que dices, puedo llegar a entender alguna cosa de tu punto de vista. Pero creo que usas un excesivo radicalismo en el análisis, y es una pena que no escuches otras perspectivas. A mí también me chocó lo de las famosas tijeras. Y sí, estoy de acuerdo en que el sexo no está bien retratado. Pero ese es un problema del cine en general, en el que es muy difícil retratar el sexo con naturalidad. Me remito de nuevo a "9 songs", película en el que el sexo es mucho más explícito y mucho más natural que en Adèle.
En cuanto a los propósitos de la película (o de la famosa secuencia), la forma de venderla, etc. puede ser que tengas parte de razón. No lo sé, a mí no me parece mal que se muestre una secuencia de 10 minutos con dos lesbianas en la cama. Repito que la forma de hacerlo no me convence (en momentos puntuales de esa secuencia sí veo verdad). Tu punto de vista es interesante, pero no creo que el resto de la historia sea de lo "más normal". O lo es tanto como "Blue Valentine" o "Revolutionary Road" (dos películas que me gustan mucho, la primera algo menos que Adèle y la segunda algo más que Adèle). Que tú no le veas valores cinematográficos a la peli de Kechiche, no quiere decir que no los tenga. Y presuponer que la gran mayoría de analistas (o espectadores) nos dejamos llevar por 10 minutos de sexo lésbico es también, cuanto menos, discutible. Puede haber gente que haya ido a verla por el morbo, pero no recibe el aplauso entusiasta por esa razón. Tú misma das la respuesta: "Habitación en Roma". Película con alto contenido sexual entre lesbianas que tuvo una muy tibia acogida entre crítica y público. Que la película se venda como eso, o que haya tíos que vayan a verla buscando el morbo, no significa que la película sea mala o buena. O que se reduzca solo a eso.
Sí, el reclamo de una película son directores y actores...pero cuando en una película hay más contenido sexual de lo normal, también se convierte en reclamo. Ahí está Nymphomaniac de Lars von Trier. Película en la que podemos ver un buen número de pollas de todos los colores y tamaños, por cierto.
Dogmática no he querido ser en ningún momento, sí vehemente porque me alucina un poco tener que dar explicaciones sobre lo que me parece algo tan obvio. Evidentemente estoy de acuerdo con mostrar escenas sexuales en las películas que traten sobre historias de amor y/o pasión, pero de verdad, llegar al punto de la escena de las tijeras, además de incomodar, irrita, y mucho, porque más bien parece el sueño de un pajillero que una escena justificable para la evolución de los personajes. Lo siento, es lo que siento y tengo que expresarlo así, me violentó mucho porque me sacó completamente del resto de la película. Por eso, todas las demás razones que me den: que si son escenas necesarias, bellas, poéticas, etc., me parecen cuentos chinos que no ven más allá de una serie de pruebas evidentes para despertar polémica y atraer audiencia: su duración exagerada, su regodeo en las diferentes posturas que parece indicar una preocupación exacerbada en mostrar cómo follan dos lesbianas y solucionarle así la duda al espectador, su cariz exhibicionista que se demuestra en un lenguaje de cámaras completamente distinto al visto hasta ese momento en la película (de repente el plano, que hasta ahora se ha centrado únicamente en el rostro de Adèle, se expande para mostrarnos el espectáculo completo sin ahorrar ningún detalle), y, sobre todo, insisto, por esa necesidad gratuita e injustificada de mostrar de forma bastante fácil y vulgar lo que no había razón para que durase tanto y que si es así es por puro deseo de despertar morbo en el público. No veo (repito) la necesidad de haber rodado unas escenas de tal calibre si no es porque detrás llevan una intencionalidad comercial.
ResponderEliminarGracias por mencionar una película, Nymphomaniac, que sirve mucho como ejemplo de todo lo contrario precisamente porque es bastante más honesta en cuanto a propósitos y objetivos, ya que no miente al presentarse a sí misma: “FORGET LOVE” es su frase de presentación y en ningún momento reniega de sus escenas pornográficas o de sexo explícito. Al contrario, las reconoce, las asume y las admite como principal reclamo. Pero Kechiche hace todo lo contrario, muy hipócritamente: rueda escenas claramente pornográficas y de bastante mal gusto y nos las quiere hacer tragar no sólo como necesarias sino como demostración de la pasión más auténtica. Pues por eso yo no paso, lo siento mucho, no quiero que se me tome por idiota. Si has leído el cómic (que te recomiendo para que veas por ti mismo la diferencia), comprobarás que las escenas de sexo no tienen nada que ver. Son explícitas, sí, pero no se recrean injustificadamente ni ofrecen morbo gratuito no resultan tópicas o insultantes. Son naturales, sugerentes y estéticas. En la película no veo más que tetas bamboleantes y posturas ridículas propias de un vídeo de Youporn, aunque seguramente fueron de más ayuda para ganar la Palma de Oro que sus trascendentales diálogos y su profundísimo guión... oh, el viejo truco del sexo explícto, oh, cuánta valentía, oh, premiémoslo.
Para concluir, simplemente añadir que al arte, al menos como yo lo entiendo, y el verdadero talento de un director, está en su capacidad para mostrar algo verídico sin tener que echar mano de los recursos más fáciles, sino sugiriéndolos o al menos no haciéndolos tan absurdamente explícitos. La película habría ganado así en fuerza, poder de sugerencia, universalidad y sobre todo mensaje, sin quedarse en una superficialidad tan vacua y concesiva.
ResponderEliminarNo he leído el cómic aún. Lo tengo pendiente, y estoy a la espera de que me lo preste una amiga (que es lesbiana, y a la que la película le entusiasmó). Ella ha podido comparar, y la película le encanta. Hago hincapié en esto para incidir en la idea de que hay múltiples perspectivas para analizar la película.
ResponderEliminarDe hecho, tengo que ver de nuevo la secuencia famosa (no lo he hecho desde que fui al cine a ver la película), para poder analizarla con tanto detalle. Y es posible que tengas razón. Por lo que recuerdo, hubo algún momento aislado que sí me pareció verdadero, alguno que trataba de ser auténtico pero no lo conseguía, y alguno forzado como el de las tijeras.
Bien, eso no desacredita el resto de la película. Ni a aquellos que nos gusta. Me gusta mucho que se defiendan las cosas con vehemencia, pero también me gusta que se respete los criterios que difieren del propio. Hasta ahora, algo que no habías hecho, poniendo a los fans de Adèle como una horda de salidos que se dejan deslumbrar por unas tijeras.
En estos últimos mensajes, me alegra que muestres la misma vehemencia para defender tu postura sin tener que menospreciar la opinión de otros (aunque no hayas podido evitar meter lo de la Palma de Oro). A mí me encantan los debates apasionados, con posturas enfrentadas. Siempre creo que son más ricos, y que son de los que más partido se puede sacar. Todo este debate me ha hecho (y me hará) reflexionar más sobre la película. Pero lo que no me parece correcto es menospreciar la opinión del interlocutor, solo porque no ve las cosas desde tu punto de vista. Pienso que siempre hay que tratar de ponerse en la posición del otro, y desde ahí (con toda la vehemencia que sea necesaria) defender tu postura. En ese momento tu mensaje puede empezar a llegar de verdad el destinatario. De la otra forma, lo único que vas a provocar es rechazo.
Esta vez me ha encantado tu exposición, esté o no de acuerdo con ella.
Un saludo.
Manuel Barrero Iglesias,
redactor jefe de Tierra Filme.
Ya, si puedo entenderlo, pero es que no puedo respetar que alguien quiera hacerme tragar una moto tan grande plasmando su propia fantasía pueril en pantalla grande y bautizándola como arte y encima prtender que me guste o que lo que hace es loable. Las lesbianas (y las mujeres en general) tenemos qe aguantar tantas tonterías todos los días, tantos acosos, abusos, faltas de respeto, burlas y menosprecios que cualquier cosa puede colmar el vaso, y entonces, claro, somos unas histéricas... ya está bien, ningún hombre puede hacerse a la idea de lo que tenemos que hacernos respetar, y más aún siendo lesbianas. Quizá en este caso Kechiche haya pagado por él y por todos sus compañeros, pero sigo pensando que mi desprecio (y el de otras muchas lesbianas que conozco y piensan lo mismo, sin ser mis "amigas", como tú dices) se lo ha ganado a pulso, y también que sin tanta provocación esta película no habría causado tanto entusiasmo en la crítica, de hecho habria pasado bastante desapercibida.
ResponderEliminarQue Kechiche se haya ganado tu desprecio a pulso, te vuelvo a decir que me parece perfecto. En tu interpretación de la obra está ese uso depravado de la mujer lesbiana. Normal que te parezca repugnante. Lo que no me parece adecuado es que extiendas tu desprecios hacia los que sí apreciamos esta obra. Me parece una actitud muy poco tolerante. Y la tolerancia se predica con el ejemplo, no gritándola.
ResponderEliminarTienes razón. Ningún hombre puede hacerse a la idea del sufrimiento de las mujeres. Ni un hetero del de los homosexuales. Ni un español del sufrimiento de un inmigrante subsahariano. Nadie me puede reprochar eso, porque son cosas que no se eligen. Y aunque no pueda entenderlo en toda su extensión, lo intento. Y trato de luchar contra esas (u otras) injusticias con todo lo que puedo. Ya te lo decía antes, es cuestión de ponerse en la piel de los demás. Y particularmente, el tema del lesbianismo es algo que me toca muy, muy de cerca. Y te puedo asegurar que la defensa que hago de esa opción sexual es de gran vehemencia (bueno, como la de la homosexualidad masculina). No por ser admirador de "La vida de Adèle" se es menos feminista. Me vuelvo a repetir: hombres y mujeres (tanto homos como heteros) muestran su admiración por la película.
Te voy a dejar el enlace de un corto que trata el tema del lesbianismo. Es muy corto, sobre dos minutos y medio, y muy sencillo. Lo dirijo yo -es decir, un hombre heterosexual- y estoy muy interesado en conocer tu opinión sobre el mismo.
https://www.youtube.com/watch?v=un-QkouLGKo
Una vez más, gracias por tus comentarios. Un saludo,
Manuel Barrero Iglesias
No puedo cambiar mi opinión sobre "La vida de Adèle" ni sobre Kechiche, sobre todo habiéndome impactado tan positivamente el cómic de Maroh (la cual, recordemos, también ha expresado furibundamente su opinión negativa sobre lo que ha hecho este hombre con su obra, y con toda la razón...), sigo pensando que la suya es una visión muy cosificadora aprovechada y morbosa sobre las lesbianas y que con el diamante que tenía entre las manos podría haber hecho una obra verdaderamente maravillosa pero se quedó en lo fácil, lo cual me parece muy muy triste, y más todavía que se le defienda... Pero tu corto me ha encantado. Es sencillamente genial. Enhorabuena.
ResponderEliminarEsta es la película más machista que he visto en mi vida... Además de ser un bodrio de película, aburridísima, interminable, deshilvanada y absurda, tiene la desfachatez de frivolizar hasta extremos increíbles con las relaciones homosexuales entre mujeres. Toda ella me parece una predecible y tópica fantasía masculina además de perversa, tanto ella como sus intenciones, porque me parece repugnante cómo se abusó de estas dos actrices jóvenes por parte de un director ávido de morbo. Creo que no hacía ninguna falta mostrar tantísimo sexo y que si se hizo así fue únicamente para buscar polémica y audiencia, que se cargaron una novela original extraordinaria en función solo de la búsqueda de esta fantasía masculina heterosexual, que si hubieran sido dos hombres los protagonistas no habrían ido tan lejos las escenas de cama y tampoco la película habría sido tan alabada ni tan premiada y que de hecho si fue así fue porque los críticos (hombres heterosexuales, recordemos, en su mayoría) la valoraron más con los genitales que con el cerebro, ya que objetivamente es una historia bastante mediocre que no aporta nada.
ResponderEliminarSobre ella se ha discutido mucho sobre que si no es pornográfica, que si las escenas sexuales son gratuitas o no, que la historia original fue escrita por una mujer lesbiana y un hombre heterosexual se ha encargado de degradarla (cosa en la que estoy de acuerdo), que si en realidad está mostrando la realidad de cualquier relación, no sólo homosexual, blablablá. Pues que nadie se lleve a engaño, puesto que como suele decirse, “la respuesta más obvia es siempre la correcta”: la película puede parecer pornográfica y tener escenas gratuitamente morbosas, pero ES realmente una película pornográfica y gratuitamente morbosa.
Volvemos sobre lo mismo...
ResponderEliminar¿Por qué tantas lesbianas estamos en contra de esta película? Aquí enumeramos las razones:
ResponderEliminar- Fomenta tópicos machistas y morbo gratuito.
- Vulgariza impunemente la maravillosa obra original, #Elazuleselcolormascalido, de #JulieMaroh, y la sexualiza convirtiéndola en basura.
- Reduce la imagen de las lesbianas a mera pornografía para hombres y la relación entre ellas a una frívola fantasía machista.
- Cosifica y explota a las actrices, #LeaSeydoux y #AdeleExarchopoulos, para hacer de ellas simples objetos masturbatorios.
- Ningunea todos los temas profundos del cómic original, así como su buen gusto y sensibilidad, sacrificando su importancia para centrarse únicamente en la explicitud de unas larguísimas escenas sexuales totalmente innecesarias para la trama.
- Intenta convencer al espectador de que estas escenas son imprescindibles para entender la vida de la protagonista, y en cambio no se regodea ni la décima parte con las escenas de cama heterosexuales (también supuestamente importantes para entender la vida de la protagonista y su evolución).
- Convierte la visibilización y normalización lésbica en puro morbo para voyeurs y pajilleros.
- #AbdelatifKechiche demuestra una total falta de respeto hacia la idea original concebida por la autora.
- Es una película mediocre premiada y alabada injustamente sólo por su reclamo sexual, sin el cual la historia no destaca por nada y habría pasado completamente desapercibida.
- Es ofensiva para las lesbianas, utilizadas una vez más para lo mismo de siempre: la consecución del placer masculino.
- Toma por idiota al espectador queriendo venderle una supuesta gran historia de amor que no es más que vulgar pornografía.
- Desaprovecha un fantástico material original y lo que podía haber sido una valiosa y memorable obra de referencia queda reducida al reclamo fácil y comercial.
- Todo lo anterior se corrobora también con las eróticas fotos promocionales y la sexualizada campaña de publicidad.
Qué aburrimiento....
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