Al final todos mueren

4/10
Al final todos mueren (España, 2013).
Dirección: Javier Botet, David Galán Galindo, Roberto Pérez Toledo, Pablo Vara, Javier Fesser.
Intérpretes: Manuela Vellés, Javier Botet. Andrea Duro, Alejandro Albarracín, Ismael Fristchi.
Música original: Marc Jovani, Alejandro Ventura.
Fotografía: Alberto Morago, Paco Cintado, Juanjo Verga, Víctor Benavides.
Idioma: Español.
Duración: 110 minutos.

Final del mundo Low Cost

La ficción cinematográfica sigue explotando el filón del fin del mundo, explorando el tema desde los más diversos ángulos. Al final todos mueren retoma una idea que tuvo su auge a finales del siglo pasado: un meteorito que impacta contra La Tierra. Aunque el tono esté mucho más cercano al intimismo de filmes como Melancolía o 4:44 Last Day On Earth. El título ya anticipa que no hay salvación posible. Así, siguiendo la senda de los trabajos de von Trier o Ferrara, se nos muestra un microcosmos dentro del desastre mundial.

Aunque en este caso no sea una, sino cinco, las pequeñas historias que nos muestran sendos directores. Un trabajo colectivo que, como ocurre siempre en este tipo de títulos, ofrece un resultado desigual. Con prólogo y epílogo firmado por Javier Fesser -que imprime su reconocible firma- son Roberto Pérez Toledo y David Galán Galindo los que aprovechan mejor los escasos recursos.

El telón se abre con 42 días antes del impacto, dirigido y protagonizado por Javier Botet. Este trabajo tiene la particularidad de desarrollarse justo tras conocerse que a la humanidad le queda algo más de un mes de existencia. Ambos tienen que reajustar su realidad, aunque dentro de una situación "peculiar" y con poco margen de maniobra. Un trabajo que acaba siendo monótono y que explota la vertiente de thriller malsano, aunque sin llegar a impactar demasiado.

Y del más oscuro pasamos directamente al más optimista. Roberto Pérez Toledo dibuja con Los románticos del fin del mundo un panorama en la que la gente aprovecha sus últimos días para buscar el amor. Es lógico buscar con más ahínco aún algo que se lleva buscando toda la vida. Brillante idea de partida con desarrollo desigual que nos regala algún que otro momento brillante.

En 8 días para el impacto Pablo Vara presenta la confrontación ente la lucha por la supervivencia y mantener una actitud civilizada hasta el final. Con algún trauma de fondo, a este segmento le falta algo de fuerza. Por último, David Galán Galindo nos regala con El hombre del mañana, una pieza llena de humor y referencias al mundo del cómic. En ambos cortometrajes hay referencias más o menos directas a situaciones de caos o saqueos.

Es algo que hace muy bien la película como conjunto, dibujar con bastante precisión el panorama general a partir de lo particular, sin mostrar nada más allá de cuatro pequeños espacios. Es ahí donde se agudiza el ingenio al máximo, y la escasez de medios se convierte en virtud. Aunque esa misma escasez también impone algunas limitaciones importantes muy difíciles de salvar.

Manuel Barrero Iglesias