Cuarta jornada en Sitges con dos comedias mediáticas. Machete Kills y The World's End pronto se estrenarán en las salas comerciales. Cosa que no sabremos si ocurrirá con Coherence, un magnífico thriller con un guión muy imaginativo. También de Estados Unidos llega We are what we are, film que une canibalismo con fanatismo religioso en la América profunda. Y dos filmes asiáticos, uno de India y otro de Corea del sur.
Moonsoon Shootout (Amit Kumar. India, 2013). Sección Oficial Competicion
Por Manuel Barrero Iglesias
Moonsoon Shootout (Amit Kumar. India, 2013). Sección Oficial Competicion
Cuatro vidas en un instante. Así se podría llamar este film que juega con la variable de qué hubiera sucedido si tomásemos una decisión en lugar de otra. Lo más interesante que nos propone este trabajo es que cualquiera de los caminos elegidos hubieran tenido complicaciones posteriores. No se cumple eso tan cinematográfico de que hacer "lo correcto" se premia. Los recovecos entre el bien y el mal, lo justo y lo justo, el fin y los medios son infinitos. Una intrincada red en la que uno nunca sabe cuál es la mejor opción. Un thriller con ritmo, pero que a veces es casi tan naïf como su protagonista.
Machete Kills (Robert Rodrguez. Estados Unidos, 2013). Sección Oficial Galas
Está claro que el personaje funciona mucho mejor como chiste de corta duración. Y un fake trailer es mucho más divertido que los largometrajes. Esta segunda entrega no difiere mucho de su predecesora. Algunos pocos momentos muy divertidos para un conjunto que da la sensación general de aburrimiento. Eso sí, hay un par de detalles que honran a Robert Rodriguez. El empeño en seguir dando protagonismo a un hispano que ronda ya los setenta años en Hollywood. Y el que entre locura y locura, sea capaz de repartir estopa a los gobiernos estadounidense y mexicano.
Está claro que el personaje funciona mucho mejor como chiste de corta duración. Y un fake trailer es mucho más divertido que los largometrajes. Esta segunda entrega no difiere mucho de su predecesora. Algunos pocos momentos muy divertidos para un conjunto que da la sensación general de aburrimiento. Eso sí, hay un par de detalles que honran a Robert Rodriguez. El empeño en seguir dando protagonismo a un hispano que ronda ya los setenta años en Hollywood. Y el que entre locura y locura, sea capaz de repartir estopa a los gobiernos estadounidense y mexicano.
We are what we are (Jim Mickle. Estados Unidos, 2013). Sección Oficial Competición
Parece que el canibalismo se ha puesto de moda, y aquí tenemos otro ejemplo (que versiona otra película reciente). La América profunda y el fanatismo religioso van otra vez de la mano para construir otro relato más sobre la trastienda estadounidense. El film posee un ritmo pausado que se acaba rompiendo con un clímax repleto de clichés y decisiones absurdas. El viaje a la locura no es lo suficientemente impactante, y el retrato familiar no es lo bastante profundo. Así que el film se queda a medias de todo.
Parece que el canibalismo se ha puesto de moda, y aquí tenemos otro ejemplo (que versiona otra película reciente). La América profunda y el fanatismo religioso van otra vez de la mano para construir otro relato más sobre la trastienda estadounidense. El film posee un ritmo pausado que se acaba rompiendo con un clímax repleto de clichés y decisiones absurdas. El viaje a la locura no es lo suficientemente impactante, y el retrato familiar no es lo bastante profundo. Así que el film se queda a medias de todo.
Coherence (James Ward Byrkit. Estados Unidos, 2013). Sección Oficial Competición
Una muestra más de que se puede hacer muy buena ciencia-ficción con muy pocos elementos. Ocho actores, casi una única localización, y mucha imaginación. El autor se preocupa en dar al discurso elevadas dosis de realismo, con unas interpretaciones muy logradas, y llevando la cámara al hombro en todo momento. Una cámara inquieta -a veces, demasiado- que pretende crear esa sensación de nerviosismo en el espectador desde el principio. Quizás hubiese convenido ser un poco más paciente. En cualquier caso, Byrkit se saca de la manda un guion muy ingenioso para construir un thriller con unos niveles de tensión muy elevados y momentos realmente turbadores. Una película que mantiene el nivel, y que no se agota en la ocurrencia brillante (algo que no resulta nada sencillo). Una obra que habla sobre uno de los grandes miedos del ser humano: el que tenemos a nosotros mismos.
Una muestra más de que se puede hacer muy buena ciencia-ficción con muy pocos elementos. Ocho actores, casi una única localización, y mucha imaginación. El autor se preocupa en dar al discurso elevadas dosis de realismo, con unas interpretaciones muy logradas, y llevando la cámara al hombro en todo momento. Una cámara inquieta -a veces, demasiado- que pretende crear esa sensación de nerviosismo en el espectador desde el principio. Quizás hubiese convenido ser un poco más paciente. En cualquier caso, Byrkit se saca de la manda un guion muy ingenioso para construir un thriller con unos niveles de tensión muy elevados y momentos realmente turbadores. Una película que mantiene el nivel, y que no se agota en la ocurrencia brillante (algo que no resulta nada sencillo). Una obra que habla sobre uno de los grandes miedos del ser humano: el que tenemos a nosotros mismos.
Azooma (Lee Ji-seung. Corea del sur, 2012). Focus Asia
El argumento se acerca de forma peligrosa al telefilme de venganzas, aunque el director consigue hacer un producto decente gracias a unos cuantos elementos muy logrados. Principalmente, una estructura narrativa atractiva que se engrandece gracias a un magnífico montaje. La crítica al machismo y a las instituciones tira por el camino directo y menos sutil. Pero debo reconocer que ese final cercano al gore me divirtió. Rompe con el tono general del film, lo cual no es necesariamente malo. Todo el aire de dramón de sobremesa se disipa con esa secuencia brutal.
El argumento se acerca de forma peligrosa al telefilme de venganzas, aunque el director consigue hacer un producto decente gracias a unos cuantos elementos muy logrados. Principalmente, una estructura narrativa atractiva que se engrandece gracias a un magnífico montaje. La crítica al machismo y a las instituciones tira por el camino directo y menos sutil. Pero debo reconocer que ese final cercano al gore me divirtió. Rompe con el tono general del film, lo cual no es necesariamente malo. Todo el aire de dramón de sobremesa se disipa con esa secuencia brutal.
The World's End (Edgar Wright. Reino Unido, 2013). Sección Oficial Galas
Otra vez vuelve Wright a hacer comedia con el cine de género, algo que puso de moda él mismo, apuntándose al carro un buen número de realizadores. De hecho, este film tiene dos elementos claves en común con Grabbers (vista el año pasado también en Sitges). Invasión alienígena y alcohol (no en vano, estamos en Reino Unido). The World's End basa gran parte de su gracia en el carisma de su protagonista, quien tiene algunas líneas de diálogos muy divertidas. Cuando llega el giro en el guión, el film pierde en frescura y gana en sentimentalismo. De hecho, el discurso acaba siendo más conservador de lo que uno espera de una comedia de este tipo. Eso sí, el epílogo nos deja un buen sabor de boca.
Otra vez vuelve Wright a hacer comedia con el cine de género, algo que puso de moda él mismo, apuntándose al carro un buen número de realizadores. De hecho, este film tiene dos elementos claves en común con Grabbers (vista el año pasado también en Sitges). Invasión alienígena y alcohol (no en vano, estamos en Reino Unido). The World's End basa gran parte de su gracia en el carisma de su protagonista, quien tiene algunas líneas de diálogos muy divertidas. Cuando llega el giro en el guión, el film pierde en frescura y gana en sentimentalismo. De hecho, el discurso acaba siendo más conservador de lo que uno espera de una comedia de este tipo. Eso sí, el epílogo nos deja un buen sabor de boca.
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