Primer día del Festival, y decidimos empezar fuerte. Siete películas para una jornada que nos deja tiempo para casi nada más. Pero esto es Sitges. Uno llega fresco, y hay que aprovechar. ¿Y qué nos deparó la primera jornada? Un par de directores que usan la temática zombie para construir (al menos intentarlo) otro tipo de relatos. Un film que repite los esquemas del último cine apocalíptico. Un drama indie con dos actrices en estado de gracia. Y tres nombres propios: Neil Jordan vuelve a los vampiros. Jafar Panahi vuelve a rodar en casa. Y Peter Greenaway vuelve...a lo suyo.
Por Manuel Barrero Iglesias
Contracted (Eric England. Estados Unidos, 2013) Panorama
No sabemos muy bien qué nos quiere contar Eric England en este film de terror, que parece querer acercarse al retrato psicológico e intimista. El film nos muestra cómo es el progresivo deterioro de la protagonista tras ser infectada con un virus agresivo (los peligros de ser lesbiana y tener una de sexo con un extraño). El problema es que cuando se pretende dar algo de credibilidad y realismo (dentro de lo posible), los personajes deberían comportarse con mucha más lógica. Pero ninguno de ellos parece ver el deterioro de Samantha (ni siquiera ella misma). Si la intención del director era ésa, no comprendo el propósito. Unas interpretaciones bastante cercanas a la parodia, completan un cuadro desconcertante. Si se pretendía hacer algo serio y profundo, ¿por qué está todo tan cercano a lo grotesco y lo cómico?
Byzantium (Neil Jordan. Reino Unido, 2012). Sección Oficial Especiales
Pareciera que Neil Jordan quisiera devolverle la dignidad al género vampírico, tan devaluado en los últimos tiempos. El director nos presenta una versión femenina (y modernizada) de Entrevista con el vampiro. Con la elegancia caracteriza al británico, la película es -en el fondo- otra vuelta más sobre las relaciones madre/hija. Jordan consigue el objetivo a medias. Si bien el film tiene ese halo inteligente y sofisticado, tampoco da para mucho esta revisión del mundo de los vampiros que se pierde en eternos flash-back.
Colonia V (Jeff Renfroe. Estados Unidos, 2013). Panorama
Estamos ante otro de esos filmes post-apocaliptícos, en el que los pocos humanos que quedan intentan sobrevivir como pueden. Nada nuevo aporta al subgénero, dedicándose a coleccionar secuencias llenas de tópicos. De hecho, Renfre comienza con el estudio (nada muy elaborado) psicológico de los personajes, pero termina buscando refugio en la acción más convencional, que termina por adueñarse de la película. A veces efectiva, otras rutinaria, pero nunca consigue darnos nada realmente estimulante.
Estamos ante otro de esos filmes post-apocaliptícos, en el que los pocos humanos que quedan intentan sobrevivir como pueden. Nada nuevo aporta al subgénero, dedicándose a coleccionar secuencias llenas de tópicos. De hecho, Renfre comienza con el estudio (nada muy elaborado) psicológico de los personajes, pero termina buscando refugio en la acción más convencional, que termina por adueñarse de la película. A veces efectiva, otras rutinaria, pero nunca consigue darnos nada realmente estimulante.
Antisocial (Cody Calahan. Canadá, 2013). Panorama
Otra pelicula que recurre a la infección zombie para dar una vuelta de tuerca a la actualidad. Desde el inicio, queda claro que el film es un alegato contra las redes sociales. Calahan lleva ese discurso hasta el extremo, siendo repetitivo y demasiado obvio. Falta mucha sutilidad en un trabajo que explota la estructura de cinco personajes encerrados en una casa. En ese sentido, muy parecida a Wither (ganadora de la primera edición de Nocturna), el director juega con la amenaza exterior y también con el riesgo de la interior. Lo dicho, una colección de lugares comunes para tratar de construir una historia "original", pero que es llevada con mucha torpeza.
Otra pelicula que recurre a la infección zombie para dar una vuelta de tuerca a la actualidad. Desde el inicio, queda claro que el film es un alegato contra las redes sociales. Calahan lleva ese discurso hasta el extremo, siendo repetitivo y demasiado obvio. Falta mucha sutilidad en un trabajo que explota la estructura de cinco personajes encerrados en una casa. En ese sentido, muy parecida a Wither (ganadora de la primera edición de Nocturna), el director juega con la amenaza exterior y también con el riesgo de la interior. Lo dicho, una colección de lugares comunes para tratar de construir una historia "original", pero que es llevada con mucha torpeza.
Closed Curtain (Jafar Panahi. Irán, 2013). Noves visions
El director iraní vuelve a arreglárselas para dirigir, a pesar de la prohibición que pesa sobre él por parte del gobierno iraní, que tampoco le permite salir del país. Como en Esto no es una película, estamos ante un trabajo que supone un grito de desesperación ante una situación injusta. El autor vuelve a rodar confinado entre cuatro paredes, y de nuevo recurre al continuo juego de metáforas. Metalenguaje para saciar las ganas de hacer lo que más le gusta en el mundo: cine. Como en su anterior film -aunque menos inspirado que áquel- la mayor virtud de Closed Curtain es su propia existencia.
El director iraní vuelve a arreglárselas para dirigir, a pesar de la prohibición que pesa sobre él por parte del gobierno iraní, que tampoco le permite salir del país. Como en Esto no es una película, estamos ante un trabajo que supone un grito de desesperación ante una situación injusta. El autor vuelve a rodar confinado entre cuatro paredes, y de nuevo recurre al continuo juego de metáforas. Metalenguaje para saciar las ganas de hacer lo que más le gusta en el mundo: cine. Como en su anterior film -aunque menos inspirado que áquel- la mayor virtud de Closed Curtain es su propia existencia.
Goltzius & the Pelican Company (Peter Greenaway. Reino Unido, 2013). Noves visions
Greenaway sigue a lo suyo. Ajeno a modas y tendencias, construye su filmografía, singular donde las haya. En este caso, la representación de varios relatos bíblicos sirven de marco para un juego de espejos, en el que se entremezclan las pequeñas obras con la vida de actores y componentes de la corte. El film continuamente hostiga la doble moral conservadora, a la vez que celebra la sensualidad de la Biblia. Visualmente arrebatadora y como es marca de la casa, intelectualmente muy enriquecedora.
Greenaway sigue a lo suyo. Ajeno a modas y tendencias, construye su filmografía, singular donde las haya. En este caso, la representación de varios relatos bíblicos sirven de marco para un juego de espejos, en el que se entremezclan las pequeñas obras con la vida de actores y componentes de la corte. El film continuamente hostiga la doble moral conservadora, a la vez que celebra la sensualidad de la Biblia. Visualmente arrebatadora y como es marca de la casa, intelectualmente muy enriquecedora.
The Wait (M. Blash. Estados Unidos, 2013). Noves visions
Un drama íntimo que retrata de forma peculiar ese período de adaptación que transcurre tras una perdida. Con imágenes envolventes e inequívoco tono indie, el director nos va adentrando en los estados de ánimo de unos personajes algo perdidos. Especialmente, esas dos hermanas a las que dan vida unas estupendas Jena Malone y Chloë Sevigny. El trabajo actoral es uno de los puntos fuertes de un film que tiene una de las secuencias sexuales más creíbles que yo recuerde. Un trabajo, a veces algo cursi, lleno de sensibilidad y magnetismo.
Un drama íntimo que retrata de forma peculiar ese período de adaptación que transcurre tras una perdida. Con imágenes envolventes e inequívoco tono indie, el director nos va adentrando en los estados de ánimo de unos personajes algo perdidos. Especialmente, esas dos hermanas a las que dan vida unas estupendas Jena Malone y Chloë Sevigny. El trabajo actoral es uno de los puntos fuertes de un film que tiene una de las secuencias sexuales más creíbles que yo recuerde. Un trabajo, a veces algo cursi, lleno de sensibilidad y magnetismo.
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