Prisioners (Estados Unidos, 2013).
Dirección: Denis Villeneuve.
Intérpretes: Hugh Jackman, Jake Gylenhaal, Viola Davis, Maria Bello, Terrence Howard, Paul Dano, Melissa Leo.
Guión: Aaron Guzikowski.
Música original: Jóhann Johánnsson.
Fotografia: Roger Deakins.
Montaje: Joel Coax, Gary Roach.
Idioma: Inglés.
Duración: 153 minutos
La guerra contra el terror
Denis
Villeneuve se descubrió al mundo con Incendies, película que nos mostraba a un
director de mucho talento. A pesar de las trampas poco honestas, aquel trabajo
tenía un buen puñado de virtudes que llamaron la atención de la comunidad
cinéfila. No ha tardado en dar el salto a Hollywood el director canadiense,
quien estrena dos filmes en 2013. La muy arriesgada –coproducción entre España
y Canadá- Enemy, y esta Prisioneros
realizada dentro de la industria norteamericana.
Está
claro que Villeneuve se mueve como pez en el agua dentro del thriller
psicológico. Prisioneros tiene ese
aroma que desprenden obras como Mystic
River o Adiós pequeña, adiós. Esa
tensión contenida, que nos martillea constantemente sin que nunca podamos
respirar tranquilos. Y siempre aderezado con algún que otro dilema moral. En este
caso, es evidente que la tortura ocupa gran parte del discurso.
Podríamos
establecer un paralelismo entre la actuación del protagonista y la que muchas veces han empleado las fuerzas gubernamentales
en Estados Unidos. ¿Es justificable torturar a alguien para evitar males
mayores? Recordemos que Bigelow expuso el tema intentando ser lo más aséptica
posible. Pero a La noche más oscura
se le escapaba algún tufillo patriótico, los torturados que aparecían siempre
merecían serlo. Aquel film no defiende esa práctica como tal –hay momentos de
gran alienación por parte de los que la ejercen-, pero sí que se ningunea a
esos que son vejados sin ningún motivo.
El
personaje de Paul Dano representa esa defensa del torturado como víctima. Aunque
indirectamente esté implicado, y finalmente dé alguna pista clave para
descubrir al cerebro de la operación. No en vano, Alex Jones es un adulto que
no es capaz de razonar como tal, alguien que no es plenamente consciente de sus
acciones.
Aparte
de esta lectura, Prisioneros (tampoco
es gratuito el título) es ese thriller que nos lleva hasta las entrañas de la
América profunda y sus oscuridades. Villeneuve nos lo cuenta con mucha
elegancia, volviendo a demostrar que es un excelente realizador (no se pierdan Enemy). Se agradece que se tome su
tiempo, y que cuide cada detalle de la puesta en escena. Sin embargo, un guion
demasiado deficiente desluce mucho la brillantez de otros aspectos. Demasiados cabos
sueltos y mucho golpe de efecto sin sentido que impiden que nos encontremos
ante una obra redonda.
Manuel Barrero Iglesias
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