Hearat Shulayim (Israel, 2011).
Dirección y guión: Jospeh Cedar.
Intérpretes: Shlomo Bar-Aba, Lior Ashkenazi, Aliza Rosen, Alma Zack, Micah Lewnsonh.
Música original: Amit Poznansky.
Fotografía: Yaron Scharf.
Montaje: Einat Glasser-Zarhin.
Idioma: Hebreo.
Duración: 103 minutos.
No
hay mucho que destacar durante la primera mitad del film, que se apega a la
comedia ligera –algo anodina- que nos presenta un relato típico. Estamos
ante la eterna historia del escritor resentido porque no ha obtenido
reconocimiento público. Alguien que ha dedicado toda su vida a una obra que
siente le ha sido robada.
El
desprecio que tiene a sus colegas se transforma en orgullo cuando al fin es
designado para ese premio que tanto anhela. Es entonces cuando se produce el
giro que despierta el interés en el espectador. Una magnífica secuencia que
multiplica el absurdo de la discusión, con el del espacio en el que se
desarrolla. El director consigue un efecto doblemente cómico en el momento más
conseguido del film.
A
partir de entonces, Pie de página gana en acidez. Se opta por explotar el
enfrentamiento paterno-filial, colocando al hijo en una postura muy incómoda.
La soberbia del progenitor no le permite disfrutar del éxito de un hijo que le ha superado en reconocimiento público.
Una
película que habla de la necesidad de reconocimiento y de las envidias, en este
caso, familiares. Una comedia efectiva, con un par de muy buenos momentos dentro de un conjunto más bien amable.
Manuel Barrero Iglesias
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