Por Donatello Romanazzi
Gravity es la última película de Alfonso Cuarón (Hijos de los Hombres, Harry Potter y el Prisonero de Azkaban, Y tu Mamá también), un film de ciencia ficción que nos lleva al espacio con Sandra Bullock y George Clooney.
La
trama. Mientras se encuentran fuera del Shuttle reparando un satélite, un
inesperado y trágico acontecimiento destruye el shuttle: la ingeniero medico
Sandra Bullock y el astronauta veterano George Clooney tienen que buscar la
manera de volver a la tierra.
Cinematografía:
Emmanuel Lubezki
Cámara:
Arri Alexa
Objetivos:
Zeiss Master Prime
Ratio:
2.35:1
Formato:
ARRIRAW
Emmanuel
Lubezki (Hijos de los Hombres, El árbol de la vida, To the Wonder, Ali)
demuestra, una vez más, ser uno de los mejores directores de fotografía del momento,
y esta vez eligiendo el formato digital, en lugar del celuloide habitual, y
enseñando que es todo un maestro también de la luz artificial. Aunque haya
mucho trabajo de CGI (casi todo lo que se ve en pantalla es falso) la cinematografía
de Gravity es absolutamente increíble.
El
planteamiento de luz que hace Lubezki es, como de costumbre, muy natural: como
nos esperaríamos, utiliza el sol como fuente de luz y luz principal, tanto en
las escenas en el espacio como en los interiores del Shuttle: pero también utiliza como
fuentes de luz a las estrellas y a La Tierra, esta última como un gigante
reflector de la luz solar. Lubezki no tiene miedo de de mostrar la luz del sol
tal y como es, es decir muy dura, así que en la imagen tenemos sombras
profundas, un contraste bastante alto y, a veces, zonas con altas luces
quemadas o casi sin detalles: el resultado no es solamente visualmente bello, sino que además confiere una atmósfera muy natural, que es uno de los elementos
que hacen sentirnos en el espacio con Bullock y Clooney.
La
dificultad con la que se encontró Lubezki fue el tener que combinar sus luces
con el trabajo de CGI: las únicas cosas reales en pantalla son las caras, todo
lo demás (incluso manos y piernas) son imágenes generadas por ordenador; los
personajes no están quietos, flotan en el vacío o se mueven y cambian de
dirección en el espacio, así que la luz tenía que combinar perfectamente con el
fondo: una velocidad diferente en movimiento de luz y fondo, un contraste
diferente o una densidad equivocada hubiera roto la atmósfera de naturalidad, y
la película no hubiera funcionado tal y como lo hace. Para facilitar las cosas
Lubezki creó una caja de pantalla de LED y se grabó colocando los actores en
ella: los LEDS proyectaban los fondos de las escenas, iluminando los actores y ofreciendo
referencias visuales que una pantalla verde (lo habitual para este tipo de
trabajo) no puede ofrecer.
El
otro elemento en la cinematografía de Gravity que ayuda a llevarnos al espacio
es el movimiento de cámara. La cámara no para de moverse y flota suavemente
alrededor de los personajes, dándonos la impresión de ausencia de gravedad. Ese
movimiento fue conseguido gracias al Bot&Dolly, una grúa robotizada con 10
ejes de rotación que se movía con los fondos de las pantallas LED para engañar
el ojo y hacernos creer que los actores se mueven cuando realmente están
parados.
El
uso exclusivo de objetivos angulares también ayuda a hacernos sentir en el
espacio: estamos dentro de la acción, cerca de los actores y, a veces, tomamos
su lugar en algunos planos subjetivo y vemos lo que ellos ven a través de la
visera del casco. Notable es la segunda secuencia de la película en la que la
cámara se acerca lentamente a Sandra Bullock y termina entrando en su casco para
volverse en cámara subjetiva.
Todos los planos, al puro estilo Cuarón, son planos secuencias. La primera escena,
por ejemplo, dura casi 20 minutos e introduce al espectador al vacío del
espacio y a la ausencia de gravedad, sensación que se mantiene a lo largo de
todo el film: es muy interesante ver como la tensión y la angustia se mantienen
con planos tan largos (cuando normalmente se consigue el mismo efecto fragmentando
la acción en múltiples planos).
Aunque
Gravity esté llena de CGI (no, no soy mu fan de ello) es una película con una
estética excelente, cuya cinematografía es un banquete para los ojos y, vista la
tendencia de los últimos años, estoy bastante seguro que gane los Oscars de
este año. Es una lástima que sea sólo puro entretenimiento y lo deje todo
masticado para el espectador; también creo que hubiera funcionado mucho mejor
si el espectador hubiese conectado y simpatizado con los personajes, cosa que
nunca ocurre.
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