Por Donatello Romanazzi
El
Mayordomo es la última película de Lee Daniels (Precious,
El Chico del Periódico, Shadowboxer) inspirada en una
historia real, y a priori muy prometedora, considerados el reparto y
los temas que trata.
El
Argumento. Cecil Gaines consigue abrirse camino y convertirse en
mayordomo de la Casa Blanca, donde servirá a ocho presidentes
diferentes y será testigo de importantes momentos de la Historia
que se reflejan en la (in)estabilidad de su vida familiar.
Cinematografía:
Andrew Dunn
Cámara:
Arriflex 435 y Panavision Panaflex Platinum Objetivos: Panavision
Primo, Angenieux Optimo
Ratio:
1:85
Formato:
35mm
Negativo:
Kodak Vision 5203 50D, Vision 5207 250D, Fuji Eterna Vivid 8543 160T,
Eterna 8563 250D, Eterna 8573 500T
Tras
ganar el Oscar con Precious, Lee Daniels repite con Andrew
Dunn (Hitch,
Crazy Stupid Love, Gosford Park) como director de la
fotografía para rodar El Mayordomo. Dunn es muy amante del
celuloide ya que, según sus mismas palabras, la película es el
verdadero HD, así que obviamente eligió este formato para el
film, usando diferentes películas fotográficas para adaptarse
mejor a las diferentes situaciones y épocas de la historia.
La
película no tiene un planteamiento de luz bien definido: la
iluminación cambia de escena a escena y con la historia que se
desarrolla a lo largo de 80 años. La luz tiene un aspecto
generalmente natural; pero improvisadamente cambia y se vuelve
teatral para resaltar la dramatización de la escena, con la
presencia de fuertes luces traseras o laterales que a veces poseen un
tono azulado (como la escena de los esclavos ahorcados o del primer
beso del hijo del mayordomo).
El
personaje de Forest Whitaker es un mayordomo que ha de entrar y
servir de manera silenciosa, ser discreto y evitar que su presencia
se note; me gusta como Andrew Dunn ha mostrado ese concepto
visualmente: con la composición, colocando el actor a un lado de la
escena, como si fuera un figurante, y con la luz, iluminándole con
el cono de caída de la luz principal de la escena, exponiendo para
el presidente y sus hombres y dejando al mayordomo medio paso o un
paso subexpuesto.
Durante
las escenas en la Casa Blanca la manera de filmar y de iluminar
son académicas, limpias y nítidas, mientras que fuera del
edificio se permite una cinematografía más artística, por
ejemplo combinando material de archivo con material rodado con Kodak
5207 250D manipulado en producción para equilibrarlo con el archivo
original. Aún así, la menara de rodar es bastante formal a lo
largo de toda le película.
Se
han usado diferentes filtros de difusión en lente para obtener
una imagen menos perfecta y acercar más al espectador a la
historia, pero también para diferenciar los diferentes periodos de
la misma: como se puede notar, se han utilizado diferentes
gradaciones de estos filtros; una difusión muy presente en los
flashback se suaviza gradualmente a la vez que la historia se
desarrolla en el tiempo, hasta llegar al presente donde se eliminan
estos tipos de filtros.
Me
parece una solución demasiado obvia como lo es la fuerte
tonalidad amarilla, color psicológicamente asociado a la familia,
usada en las escenas en la casa del mayordomo.
La
cámara apenas se mueve, limitándose a ser testigo de la historia:
siempre sabemos donde estamos y donde mirar. Una vez más, estilo
muy académico. La elección de las focales de las lentes es
correcta, aunque he echado en falta el uso de lentes Tilt-Shift en un
par de planos donde las líneas convergentes eran demasiado
molestas.
El
Mayordomo es una película
que se mantiene sólo por los temas que trata y puede resultar
interesante para quien no conozca los movimientos y luchas sociales
de las últimas décadas en EEUU; pero es demasiado fría y
distante y se limita simplemente a mostrar lo que pasó en esos
años, ya que casi no simpatizamos con los personajes. La
cinematografía refleja esa distancia: aparte
de algunas escenas, nos muestra una historia en lugar de transmitir
visualmente emociones.
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