Como muchas otras, su carrera se inició en el teatro, siendo aún adolescente. Debutó en los escenarios en 1948, y la década de los cincuenta fue especialmente activa en ese terreno. A partir de los setenta, se centró mucho más en su carrera cinematográfica.
En este medio debutó de forma testimonial en 1953 con Puebla de mujeres y Así es Madrid. Fue en la siguiente década cuando su nombre empezó a tomar protagonismo en la gran pantalla. Usted puede ser un asesino (1961), Plácido (1961), La gran familia (1962), Amador (1966) o Las que tienen que servir (1967) fueron algunos de los títulos destacados en aquellos años.
Más prestigio aún en la siguiente década: El bosque del lobo (1970), El discreto encanto de la burguesía (1973), El amor del capitán Brando (1974), Tamaño natural (1974), La adúltera (1975), Mi hija Hildegart (1977), o La escopeta nacional (1978)
El crimen de Cuenca (1980), Patrimonio nacional (1981), Nacional III (1983), Bearn o la sala de muñecas (1983), Las bicicletas son para el verano (1984), ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984). La vaquilla (1985), o Cara de acelga (1987) jalonan una década especialmente fructífera para la actriz.
En estas últimas dos décadas, aparte de retomar los escenarios, también ha hecho bastante televisión. Pero también ha seguido colaborando con Berlanga hasta el final: Todos a la cárcel (1993) y París Tombuctú (1999). Su último papel cinematográfico fue en la producción francesa Janis y John (2003). La actriz madrileña fallece a los 80 años debido a una insuficiencia cardíaca.
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