L’écume des jours (Francia-Bélgica, 2013).
Dirección: Michel Gondry.
Intérpretes: Romain Duris, Audrey
Tautou, Gad Elameh, Omar Sy, Aissa Maïga.
Guión: Michel Gondry, Luc
Bossi; sobre la novela de Boris Vian.
Música
original:
Étienne Charry.
Fotografía: Christophe Beaucame.
Montaje: Marie-Charlotte Moreau.
Idiomas: Francés, inglés.
Duración: 125 minutos.
Surrealismo
a ritmo de jazz
Sin duda Gondry era -con
su particular estilo- el más indicado para convertir en carne, hueso y cartón
piedra ‘La Espuma de los días’. Si había alguien a la altura, capaz de crear el
marco adecuado en el que Colin (Romain Duris) y Chloe (Audrey Tautou) pasean su
feliz -y luego trágica- historia de amor, ese era él. Y así, por lo menos en parte, ha sido. La recreación del universo mágico lleno de
artilugios extraños creado por Boris Vian es prácticamente perfecta, incluso la
lleva más allá aportando elementos de su propia cosecha sin desfigurarlo.
Sin embargo, el estilo
visual de la película se come a la historia de fondo; y si bien los objetos
están llenos de vida e imaginación, los humanos son fríos y apáticos, siendo
las emociones que llegan a trasmitir más bien escasas. Lo que les sucede no
llega a producir ni verdadera alegría ni verdadera tristeza. La historia y sus personajes se diluyen en
tan magnífico decorado.
A
pesar de la tibieza emocional constante, el contenido visual que ofrece es tan
potente que es suficiente para entretener y no deja lugar al aburrimiento. Es precisamente cuando
faltan los diálogos y los personajes se convierten en una pieza más del
decorado cuando realmente la película te atrapa.
Todos los temas de la
novela están presentes y en cuanto a la fidelidad no se puede tener queja, pero
no deja de ser meramente anecdótico, pues es la forma y no el contenido el que
se lleva toda la atención. El resultado
final a pesar de esta carencia de alma es totalmente disfrutable y el viaje a
este extraño universo se pasa volando.
M. Lofish
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