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Jurassic
Park (USA, 1993).
Dirección:
Steven Spielberg.
Intérpretes:
Sam Neill, Laura Dern, Jeff Goldblum, Richard Attenborough, Joseph
Mazzello, Ariana Richards.
Guión:
Michael Crichton, David Koepp, basado en la novela de Michael
Crichton.
Música
original: John Williams.
Fotografía:
Dean Cundey.
Montaje:
Michael Kahn.
Idioma:
Inglés.
Duración:
127 minutos.
Trendy
Park
Es
abrumadora la facilidad con la que la tecnología puede cambiar la
manera de pensar, sentir y moverse de toda una sociedad.
Sobrevivir hoy, 2013, sin smartphone es una tarea casi tan titánica
como la de cualquier superhéroe que se precie. Es difícil imaginar
el día a día con la tecnología de hace 20 años: levantarse con el
clásico despertador infernal, consultar el periódico en papel de
camino al trabajo (por supuesto, nada de leer los titulares del día
en Twitter acompañando al café matutino) o soportar un atasco sin
comentar en Facebook la foto de los tropecientosmil coches que te han
mantenido colgado durante interminables minutos, obligándote incluso
a buscar una cabina telefónica para avisar de tu retraso.
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Por
eso sorprende tanto el efecto actualizante de Jurassic
Park, vista con la perspectiva de las dos décadas más
trepidantes de la historia (que sepamos hasta ahora…).
Partiendo de unos efectos especiales entrañablemente naifs y al
mismo tiempo todavía más que efectivos, hilvanados de forma
totalmente vigente con todo tipo de gráficos noventeros, hasta
esas gafas superfluas y esas modas horteras que tanto nos gustan
cuando nuestro ojo se acostumbra a ellas, volver al parque jurásico
es viajar de vuelta a zona conocida en la que concretamente hoy nos
sentimos de nuevo totalmente cómodos.
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De
la mano de Williams, cuyos primeros acordes hacen recordar con
satisfacción los motivos para volver a sentarse delante de esa
pantalla, vale la pena contribuir a que fluya el crédito en
Hollywood. Igual que la información busca una excusa para
convertirse en actualidad, Jurassic Park encontró la suya en
la incorporación del 3D que, como suele ocurrir, no deja de ser eso,
una maravillosa excusa para dejarse arrastrar de nuevo por la
sobriedad taquillera de los noventa. Todo un respiro después de
un verano de explosiones, efectos súper ruidosos y destrucción.
Sara
Martínez Ruiz
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