Dirección: Michael
Bay.
Intérpretes: Mark
Wahlberg, Dwayne Johnson, Anthony Mackie, Tony Shalhoub, Ed Harris.
Guión: Christopher
Markus, Stephen McFeely; basado en los artículos de Pete Collins.
Música original:
Steve Jablonsky.
Fotografía: Ben
Seresin.
Montaje: Tom
Muldoon, Joel Negron.
Idioma:
Inglés.
Duración: 129
minutos.
Idiotez en Miami
Hay
quien habla de esta película como la gran obra personal de Michael Bay. Supongo
que serán las ganas de reivindicar a un director denostado, que eso siempre
queda bien. Los hay que aún van más allá, y han defendido siempre la firma
autoral del director. Allá ellos. Aunque los entiendo mejor. Al fin y al cabo,
Bay tiene un estilo reconocible. Para quien esto escribe, detestable en fondo y
forma. Pero ya sabemos que hay gustos para todos.
Lo
que no entiendo muy bien es que alguien defienda Dolor y dinero como un cambio
de registro, cuando es más de lo mismo. Michael Bay en estado puro. Menos presupuesto,
pero los mismos vicios de siempre. A su habitual estilo desesperante le pone
una pizca de ínfulas a lo Scorsese. Lo que no es capaz de disimular nunca es su
carácter reaccionario.
Es
inevitable pensar en Fargo (1996) cuando uno está viendo esta película. Ambas versan
sobre el reverso del sueño americano, sobre aquellos que buscan el éxito por la
vía rápida (e ilegal). Chapuceros que acaban enredando la madeja hasta que todo
explota en sus narices. Básicamente, la estupidez humana. Y recordemos que
ambas están basadas en hechos reales.
Hasta
ahí, los parecidos con la obra maestra de los hermanos Coen. Luego, cualquier similitud
es pura coincidencia. Sustituyan la sátira inteligente y el humor negro por la
comedia gruesa y/o tontorrona. Olvídense de la minuciosa construcción de
personajes para saludar al estereotipo burdo (especialmente ridículo es el
personaje que interpreta Dwayne Johnson). No faltan a su cita las necesarias
dosis de acción y las tías buenas en bikini como simple adorno.
Es
cierto que el film tiene alguna lectura interesante. La ambigüedad moral desde
la que se relatan las andanzas de estos tres mosqueteros del culturismo hace que nuestro nivel de atención suba durante algunos tramos. Pero a
Michael Bay le pierde su tendencia a la vacuidad y su incapacidad para el humor
inteligente. Al final, Dolor y dinero termina siendo una película tan estúpida
y hormonada como sus propios protagonistas. Y yo no podía parar de pensar qué hubiera sido de este material en manos de otro director.
Manuel Barrero Iglesias
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