Riddick
(USA, 2012).
Dirección y guión:
David Twohy.
Intérpretes:
Vin Diesel, Jordi Mollà, Katee Sackhoff, Karl Urban, Nolan Gerard Funk, Dave
Bautista.
Música original:
Graeme Revell.
Fotografía:
David Eggby.
Montaje:
Tracy Adams.
Idioma: Inglés.
Duración:
119 minutos.
Riddick
de Riddickulo
Sin
haber visto ninguna de las tres películas, me levanto por la mañana sabiendo
que por la tarde tengo que ver Riddick
y que sería conveniente ponerse al día antes de hacerlo. Veo las dos primeras
películas con toda la ilusión del mundo -no sé el motivo-, pero tenía la
impresión de que iba a encontrarme ante un digno producto serie B. Lo cierto es
que eso es lo que da la primera película: resultona, pero nada del otro mundo.
En cambio, en la segunda la cosa se les va de las manos. Su director y
guionista no sabe qué hacer con un presupuesto más abultado y peca de excesivo.
Tras ver las dos películas leo los datos técnicos de la tercera entrega y veo
que vuelven a contar con un presupuesto reducido, lo cual, visto lo visto, me
parece una buena noticia. Aunque también es cierto que sospecho que se debe más
al fracaso comercial de la segunda entrega que a una voluntad de los
productores por volver a los inicios.
Todo
empieza con Riddick herido y abandonado en un planeta hostil. Conforme avanza
la película vemos su lucha por la supervivencia intercalada con la explicación
de cómo ha llegado allí, es decir, nos enlazan el final de la segunda entrega
con el inicio de ésta, para posteriormente contarnos sus esfuerzos por
conseguir salir de allí.
La
película está bien estructurada, pero
deja una sensación de desconexión entre sus partes, como si fuesen ideas
sueltas que ha tenido el director y que no ha sabido muy bien como darle
sentido global. Si viésemos la película haciendo zapping un domingo por la
tarde, podríamos creer que se trata de películas distintas si no fuese por lo
inconfundible de su horrible fotografía.
Mi
duda acerca de los motivos que hay en la reducción de presupuesto queda
disipada rápidamente. Se nota que hay
espíritu de superproducción pero no los medios necesarios para llevarla a cabo,
lo cual suele siempre acabar en lo mismo, un gran ridículo. Hay momentos
que dan vergüenza ajena, pero especialmente unos cromas más allá de la serie Z,
que no veía desde la aberrante serie televisiva Ringer.
Por
otro, lado diálogos e interpretaciones están a la altura del resto de la
película. Vin Diesel está a lo suyo, ya nos hemos acostumbrado a eso que hace
él y que en ningún caso lo podremos llamar interpretación. Tal vez lo mejor
entre el reparto sea Katee Sackhoff, siempre cumplidora; mientras que en el
lado opuesto nos encontramos con un
Jordi Mollà que abraza el ridículo y no lo suelta. Qué alguien me explique
por qué los peores son siempre los que llegan a Hollywood.
Pero
hay que ser justos con el reparto y decir que las líneas que les ha tocado
recitar no dan para mucho más, y es que resulta
casi imposible distinguir lo que es un chiste de lo que no lo es en este
engendro cinematográfico.
El
material de los comics me comentan que daba para algo sustancialmente más interesante
-nunca lo sabré-, pero lo que sí queda claro tras ver el proceso de degradación
de esta saga es que, o la matan ya, o nos matarán a nosotros.
David
Sancho
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