Juerga hasta el fin

3/10

This is the end (USA, 2013).

Dirección y guión: Evan Goldberg y Seth Rogen.

Intérpretes: Seth Rogen, James Franco, Jay Baruchel, Jonah Hill, Danny McBride, Craig Robinson, Emma Watson, Michael Cera, Rhianna, Mindy Kaling, Paul Rudd, Channing Tatum.

Música original: Henry Jackman.

Fotografía: Brand Trost.

Montaje: Zene Baker.

Idiomas: Inglés.

Duración: 107 minutos.

Que el fin del mundo nos pille de fiesta

La mayoría de los tipos que están de moda en la nueva comedia americana se encuentran presentes en esta película. Tras el guión y la dirección, Seth Rogen y Evan Goldberg, los cuales ya se van haciendo un nombre gracias a haber firmado guiones de películas como Superfumados, The Green Hornet, Los amos del barrio y -sobretodo- Supersalidos.

Por lo general, el trabajo como guionista de estos dos me resulta bastante anodino, solamente en Supersalidos consiguieron hacer algo que mereciese la pena ser visto. Pero ahora se lanzan también a la dirección y se rodean de un puñado de amigos, por lo que les doy un voto de confianza y veo la película todo lo libre de prejuicios que me es posible.

Y lo cierto es que la cosa no empieza nada mal. Con ritmo, buenos chistes y un Michael Cera que arranca las primeras carcajadas gracias a una interpretación de sí mismo pasadísima de rosca y diametralmente opuesta a la imagen que tenemos de él.

Pero las buenas vibraciones no duran demasiado. Los buenos momentos nos los proporciona la fiesta -a la que están invitados un puñado de famosos- que aparece al inicio de la película y que tiene lugar en la casa de James Franco; pero llega un momento en el que empiezan a pasar cosas extrañas que acaban desencadenando el supuesto fin de mundo. Entonces los que sobreviven se atrincheran en la casa de Franco y luchan por su supervivencia.

A partir de ahí todo es sal gorda, humor de chichinabo que rara vez consigue arrancarnos siquiera una sonrisa. Humor vulgar y facilón del que caracteriza a sus guionistas, y exceso de efectos especiales que se les acaban por ir de las manos, sobrecargando una película es más efectiva cuando se muestra simplemente honesta y autoparódica.

Una comedia más que no encuentra nunca su tono ni su ritmo, y que pone excesivas esperanzas en su, a priori, atractivo reparto. Pero al final no es más que un par de chistes graciosos perdidos entre un mar de estupidez.

David Sancho