Keep
The Lights On (USA,
2012).
Dirección:
Ira Sachs.
Intérpretes:
Thure Lindhardt, Zachary Booth, Paprika Stern, Sebastian La Cause,
Julianne Nicholson.
Guión:
Ira Sachs, Mauricio Zacharias.
Música
original:
Arthur Russell.
Fotografía:
Thimios Bakatakis.
Montaje:
Affonso
Gonçalves.
Idioma:
Inglés, danés.
Duración:
101 minutos.
Encendiendo
las luces
Ira
Sachs supera con esta película esa etiqueta de “cine gay” para
construir una historia de amor universal. Como sí ocurre en la
mayoría de filmes que exploran relaciones homosexuales, aquí no hay
tensiones por una difícil salida del armario. Ni siquiera surge el
conflicto en una posible hostilidad del entorno. El Nueva York de
hace un par de décadas no era lugar para ir escondiéndose, y así
nos ahorramos toda la parte contestataria. Además, no hay mejor
formar de reivindicar que a través de la normalización.
Y
decíamos que ésta era una historia de amor universal, ya que
cualquiera (independientemente de su condición) se puede identificar
con ella. Y como suele ocurrir, lo cósmico suele surgir de lo más
íntimo. Así es esta obra, cuyo fuerte componente autobiográfico se
deja notar en la autenticidad del relato. Una honestidad que nos
hace sentir casi como si fueran nuestros el amor y la frustración.
Todo fluye de manera natural, conectando con el espectador a través
de la veracidad.
Mucha
de la fuerza del film reside en el trabajo de Thure Lindhardt,
quien se tiene que echar la película sobre sus espaldas (al igual
que su personaje lo hace con la relación). Una manera de afrontar su
rol quizás no muy ortodoxa, pero que funciona la mayoría de las
veces, dando esa verdad que necesita. Un riesgo superado con nota, a
pesar de algún momento tambaleante.
También
era un reto complicado mostrar una relación de una década en algo
más de hora y media. El uso que hace el autor de las elipsis es
modélico, escogiendo para mostrar momentos que no tienen por qué
ser los más dramáticos. Sachs elige con mucho acierto los
instantes que contarán la historia, alternando lo cotidiano con lo
grave. Pero siempre huyendo de lo tremendo.
Un
film que habla del amor desde las propias entrañas del mismo, con
sus luces y sus sombras. Tanto la ternura como el dolor caben en
esta historia que habla sobre las dificultades que una relación
puede encontrar en el camino. A veces, no es suficiente con amarse, y
existen múltiples factores que pueden dinamitar una relación
destinada a ser feliz y duradera.
Manuel
Barrero Iglesias
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