After
Earth (Estados Unidos, 2013).
Dirección:
M. Night Shyamalan.
Intérpretes:
Will Smith, Jaden Smith, Sophie Okonedo, Zoe Kravitz, Isabelle
Fuhrman, Kristofer Hivju, Sacha Dhawan, Chris Geere, David Denman,
Monika Jolly.
Guión:
M. Night Shyamalan y Gary Whitta sobre una historia de Will Smith.
Música
original: James Newton Howard.
Fotografía:
Peter Suschitzky.
Montaje:
Steven Rosenblum.
Idioma:
Inglés.
Duración:
100 minutos.
Caro
desperdicio de talento
El
nuevo proyecto de M. Night Shyamalan parte de una idea de Will Smith
-posteriormente escrita por el propio Shyamalan y Gary Whitta-, por
lo que la película no deja de ser un encargo. Además encontramos a
Jada Pinkett Smith en la producción y al hijo de éstos como
protagonista, por lo que parece un encargo encaminado a promocionar
la carrera del niño, un regalo de los padres. Uno de los caros.
Lo
más triste de todo esto es la presencia de Shyamalan tras la cámara,
director que hace diez años hacía pensar que iba a ser uno de los
grandes. Qué diablos, tras El sexto sentido, El bosque y (sobre
todo) El protegido, yo le consideraba ya una apuesta segura.
After
Earth no tiene nada específico que la haga mala -tal vez no sea ni
una mala película-, pero su problema es que no tiene absolutamente
nada que la haga buena.
Aunque todo tiene sentido, el guión está deshilvanado. En muchos momentos las escenas parecen sueltas, faltando darles un par de vueltas para conectarlas entre sí. Hay una buena premisa y algún
que otro diálogo interesante, pero su vocación de blockbuster le
impide desarrollar personajes y relaciones de la manera que la
historia lo pide; substituyéndolo por una falsa épica que cumple en
algunos momentos, para en otros generar una horrible sensación de
impostura. Visualmente
la película está bien -sólo bien-, nada que no hayamos visto ya. Y,
por supuesto, no hay nada en ese apartado visual que por sí solo
haga a la película merecedora de ser vista.
La
lucha por la supervivencia de ese hijo que trata de hacer que su
padre se sienta orgulloso de él, a la vez que trata de salvarle la
vida daba para mucho más. Pero hay demasiados tiempos
muertos, demasiados parones en el ritmo de una película que pretende
sustentarse en parte en la acción y en el espectáculo visual, por
lo que al final no consigue funcionar ni como superproducción ni
como cine de autor para masas.
La
película, por ambiciosa, se queda a medio camino de todo, sin
encontrar nunca el tono adecuado ni el ritmo que le permita
funcionar. Como digo no es una película mala, pero no tiene nada que
la haga buena. Además me veo en la obligación de bajarle un puntito
por tratarse de otra losa más sobre la carrera de Shyamalan, del que
espero una vuelta a ese cine de corte mucho más clásico que una vez
le hizo grande.
David Sancho
No hay comentarios:
Publicar un comentario