Sightseers (Reino Unido, 2012).
Dirección:
Ben Wheatley.
Intérpretes:
Alice Lowe, Steve Oram, Monica Dolan, Joanthan Aris, Eleen Davies.
Guión:
Alice Lowe, Steve Oram, Amy Jump.
Música
original: Jim Williams.
Fotografía:
Laurie Rose.
Montaje:
Robin Hill, Amy Jump, Ben Wheatley.
Idioma:
Inglés.
Duración:
88 minutos.
Tainted
Love
Por Manuel Barrero Iglesias
Suena el tema que dio fama a Soft Cell, y empieza el viaje de nuestros protagonistas. Una versión de 'Tainted Love' que retrata perfectamente la relación de esta peculiar pareja. Una canción eufórica en su tono pero que habla de un amor podrido. Tina y Chris muestran su pasión con efusividad, aunque su vínculo tenga un fondo más bien purulento. Un par de mediocres unidos por la necesidad (casi desesperación) de cariño. Ambos bordean la marginalidad, terreno al cual emprenden un viaje de no retorno.
Suena el tema que dio fama a Soft Cell, y empieza el viaje de nuestros protagonistas. Una versión de 'Tainted Love' que retrata perfectamente la relación de esta peculiar pareja. Una canción eufórica en su tono pero que habla de un amor podrido. Tina y Chris muestran su pasión con efusividad, aunque su vínculo tenga un fondo más bien purulento. Un par de mediocres unidos por la necesidad (casi desesperación) de cariño. Ambos bordean la marginalidad, terreno al cual emprenden un viaje de no retorno.
Como
ya es tendencia en el actual cine realizado en el Reino Unido,
Turistas adereza el cine de género con la comedia
más negra. Ya en Down Terrace (su ópera prima) Ben
Wheatley urdía un extraño relato en torno a los entresijos de una
organización criminal, aunque centrando la mirada en la relación
padre/hijo. La absurda escalada de violencia en la que se ven
envueltos los protagonistas desemboca en ese delirante tono
tragicómico.
Una
estructura muy similar a la que podemos ver en Turistas, donde
la espiral de asesinatos adorna esta bizarra historia de amor.
Wheatley comienza, de manera muy inteligente, con un primer asesinato
con el que hasta simpatizamos. A partir de aquí, el autor construye
el andamiaje cómico de un film que lleva a sus personajes cada vez
más lejos. Entonces la risa se mezcla con la perplejidad, para
crear así un efecto desconcertante.
El
film evita el agotamiento de la idea inicial gracias a la evolución
de los personajes, especialmente en lo que a Tina se refiere.
Alice Lowe se apodera del film en esta segunda mitad, dándole a su
personaje una enorme dimensión, sin dejarnos de sorprender en ningún
momento. Desde su reacción primera (nadie va a perturbar su ansiada
felicidad de enamorada) hasta ese genial desenlace, Tina experimenta
un crecimiento brutal.
Con
un poco de la negrura cómica de Down Terrace y
otro poco del mal rollo que había en Kill List,
Wheatley consigue su obra más lograda hasta el momento. Una
absurda (en el mejor sentido) comedia macabra sobre un par de freaks
que se vengan de un mundo que siempre les ha ignorado. Un film de
gran madurez que confirma a su director como una de las voces a tener
en cuenta en los próximos años.
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