El sábado fue nuestro último día en
el Festival. Por la mañana, una interesante y muy cercana rueda de
prensa en la que se dio a conocer el palmarés. Y a primera hora de
la tarde, celebración por todo lo alto del espíritu de un Festival
como éste. Proyección de Gremlins, presentada por el mismísimo Joe
Dante, que tras el film charló un rato con los presentes en la sala.
Tras ello, proyección de lo último del Hideo Nakata. Y para
clausurar el Certamen, el estreno mundial de The Conjuring, con una
sala abarrotada. Mientras tanto, nosotros veíamos Shiver.
Por Manuel Barrero Iglesias
Gremlins (Joe Dante, 1984) Classics
Poco más se puede decir
sobre una película que forma parte de ese cine que ha marcado a toda
una generación. Indiscutible clásico del fantástico, el gran
mérito de Joe Dante fue conseguir dar ese tono de comedia gamberra
que también le sentó al film. El mismo director nos recordó que el
guión era mucho más oscuro originalmente, pero sobre la marcha se
fue transformando hasta lo que ya conocemos todos.
La brillante música de
Jerry Goldsmith y ese encanto irreemplazable de los muñecos en el
set; algo imposible de sustituir por el digital, a pesar de todos los
avances que se consigan. Una película que pone la Navidad puesta
patas arribas. Si es que hasta el momento en el que la chica narra
cómo murió su padre tiene su punto de negrísimo humor.
The Complex (Hideo
Nakata, 2013) Panorama
En esta película Nakata
amplifica alguno de los peores vicios que acusaba la obra que le la
fama (The Ring). Es cierto que el director sigue sabiendo crear
atmósferas inquietantes, pero también es cierto que The Complex no
tiene un efectismo tan sólido como el que poseía su film de
referencia. Por supuesto, volvemos a tener fantasmas peligrosos y
niños que dan miedo. Pero no hay un mínimo de coherencia interna que mantenga cohesionado un relato que se deshace como papel mojado con cada giro de guión.
Shiver (Julian Richards,
2012) Panorama
Film de asesino en serie que aporta más bien poco al subgénero. Extraña fascinación la que provoca el trabajo de John Jarrat, en el límite entre lo genial y el ridículo. La película tiene algún giro surrealista, terminando por derrotar todo atisbo de verosimilitud.
Film de asesino en serie que aporta más bien poco al subgénero. Extraña fascinación la que provoca el trabajo de John Jarrat, en el límite entre lo genial y el ridículo. La película tiene algún giro surrealista, terminando por derrotar todo atisbo de verosimilitud.
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