No es común que un futbolista de primera división abandone el fútbol con solo 23 años. Pues eso fue lo que hizo Elías Querejeta para dedicarse a la producción cinematográfica, tras jugar seis temporadas en la Real Sociedad.
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En una época dominada por Ozores, el landismo y demás, Querejeta dio voz a directores con cosas que contar. Especialmente prolífica fue su relación con Carlos Saura: La caza (1966), Stress-es tre-tres (1968), La madriguera (1969), El jardín de las delicias (1970), Ana y los lobos (1973), La prima Angélica (1974), Cría cuervos (1976), Elisa, vida mía (1977), Los ojos vendados (1978), Mamá cumple 100 años (1979), Deprisa, deprisa (1981), Dulces horas (1982).
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Ya en la democracia, Querejeta siguió dando voz a nuevos directores con personalidad propia. Con Montxo Armendáriz hizo Tasio (1984), Las cartas de Alou (1990) e Historias del Kronen (1995). Y con Fernando León de Aranoa también sus tres primeros filmes: Familia (1996), Barrio (1998) y Los lunes al sol (2002). En el nuevo siglo se ha volcado bastante en el género documental, con títulos como La espalda del mundo (2000), Asesinato en febrero (2001), Condenados al corredor (2003), Invierno en Bagdag (2005), Goodbye, América (2006) o Cerca de tus ojos (2009); del que también es director, y el cual fue su último trabajo.
Por supuesto, también produjo los filmes de su hija: El último viaje de Robert Rylans (1996), Cuando vuelvas a mi lado (1999) y Siete mesas de billar francés (2007).
A los 82 años fallece un productor básico, que con sus películas consiguió varios premios en el Festival de Berlín en los años 60.
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