Dirección:
Zack Snyder.
Intérpretes:
Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Diane Lane, Russell Crowe,
Kevin Costner.
Guión:
David S. Goyer, Christopher Nolan; sobre el personaje creado por
Jerry Siegel y Joe Shuster .
Música
original: Hans Zimmer.
Fotografía:
Amir Mokri.
Montaje:
Kristy Karlson, Lora Kennedy.
Idioma:
Inglés.
Duración:
143 minutos.
EN CONTRA
Por Manuel Barrero Iglesias
2/10
*Atención: Contiene spoilers
En
la reciente entrevista que nos concedía Joe Dante en su visita a
Nocturna, el director de Gremlins aseguraba que el Hollywood
actual se tendía una trampa a sí mismo. La tendencia de los
blockbuster es la de crear filmes-monstruos cada vez más caros, en
los que los clímax deben ser cada vez más espectaculares. Esto
provoca que se cree un público al que ya resulta casi imposible
satisfacer, por más explosiones que haya. Radiografía exacta de lo
que es El hombre de acero, al menos en una hora final
convertida en un vendaval de fuegos artificiales que no llevan a
nada. Bueno sí, al hastío y la saturación de la destrucción
innecesaria.
Tras
el rotundo fracaso que supuso aquel soporífero Superman Returns
de Bryan Singer; Warner vuelve a relanzar al héroe con un este
trabajo que lleva la firma visible de Zack Snyder, y la mano
en la sombra de Christopher Nolan. Recordemos que este último
revolucionó el género de superhéroes con su Batman Begins,
en la que se daba máxima prioridad al conflicto interno y
sufrimiento del héroe. Una tendencia que han seguido muchos otros, y
que también asoma la patita en este reboot. Aquí el problema es que
los esfuerzos en pos de la trascendencia resultan estériles.
El
dilema se reduce a lo problemático que puede resultar salvar el mundo,
pudiendo incluso volverse en contra del superhéroe. Es decir, la
incomprensión que sufre el diferente, hasta el miedo que puede
despertar. Algo que se escenifica de forma recurrente en las
cansinas conversaciones con su padre adoptivo, rematando con la
ridícula secuencia del tornado. Un conflicto dibujado con trazo
grueso y sin ninguna profundidad.
Y
que se abandona de forma precipitada para dar paso a esa película
ruidosa en la que unos alienígenas invaden La Tierra, con lo que al
hombre de acero no le queda más remedio que dar la cara. Quizás uno
sea un tradicional, pero mucha de
la gracia que tiene Superman radica en su interacción con los
humanos. La ocultación de la identidad a través de ese
personaje antagónico (magnífica la teoría que Tarantino desarrolla
en Kill Bill) es la base del encanto del personaje. Y por mucho
que al final de este film se ponga las gafas, ya todo el planeta sabe su
identidad. No tiene ningún sentido hacer ese guiño a lo clásico.
No lo tiene tras el escándalo montado. Y después de que Lois Lane
sea la primera en asociar los nombres de Clark Kent y Superman.
Señores,
ustedes querían reinventar el mito. Háganlo, pero sean consecuentes
con su decisión. Y es que la coherencia es algo que brilla por su
ausencia en este barullo. ¿Le damos ese toque Nolan? Sí, pero a
lo mejor la gente se aburre, así que montamos una traca final
interminable para que lucir efectos -algo que también ocurre en un
prólogo interesante, pero alargado en exceso; una demostración de
poderío visual más que un sacarle todo el provecho a la historia
entre manos-. Lo que nos queda es un film qué no sabe adónde va
ni de dónde viene.
Muchos
defienden que estamos ante la película que le hacía falta al héroe
para actualizarlo. No. El hombre de acero es el film
que podría haber sido y no es. Una magnífica oportunidad para
modernizar un mito que queda sumido en la más absoluta vulgaridad.
Atrapado en un blockbuster del montón, con un guión tan lamentable
como cualquier otro.
A FAVOR
Por David Sancho
7/10
Si
había un superhéroe que necesitase una nueva adaptación al cine,
ese era Superman. En los 70 y 80 tuvo adaptaciones más que
decentes: la primera película es la mar de entretenida, y la segunda
es cumplidora -mucho mejor es el nuevo montaje que sacó a la luz
Richard Donner tras el estreno de la película de Bryan Singer en
2006, película que es infumable, casi tanto como las dos películas
que sucedieron a las de Donner-.
La
película de Singer dejó tan mal sabor de boca que se hacía
necesario que alguien más capaz se pusiese a los mandos para
devolver algo de dignidad al superhéroe. Y parecía que la tripleta
formada por Zack Snyder, Christopher Nolan y David
S. Goyer (casi todo el mundo se olvida de este último cuando
habla de la película) era la elección perfecta. Especialistas
consagrados en el cine de acción y superhéroes, desde el momento en
que fue anunciada su colaboración en este proyecto, las
expectativas se convirtieron en desorbitadas. Lo cierto es que
aunque la película no consigue colmarlas, todo lo que uno podía
esperar de este proyecto está ahí. El problema es que lo está de
manera desproporcionada.
Algo
que aportaron Nolan y Goyer al nuevo Batman fue sobretodo una
mayor profundidad, la sensación de estar viendo cine de calidad, y
no sólo una película veraniega para pasar el rato. Esa sensación
la podemos encontrar por momentos en el nuevo Superman, pero de vez
en cuando choca con el otro gran pilar sobre el que se sustenta la
película, las espectaculares escenas de acción.
La
acción en la película es tan colosal, tan grandiosa que puede
acabar por agotar al espectador. Todo es de unas proporciones
titánicas. Lo que en Batman eran persecuciones y peleas cuerpo a
cuerpo, aquí son ciudades viniéndose abajo y luchas interestelares
sustentadas en unos efectos especiales simplemente increíbles.
Ni
la acción, ni el desarrollo de los personajes e historia,
decepcionan por completo; pero es cierto que uno se queda con la
sensación de que la película hubiese subido un par de peldaños
recortando algunas explosiones y derrumbamientos en pro del
desarrollo de algunas relaciones que podrían dar muchísimo juego
(aunque finalmente se queden a medio camino).
Especialmente
interesante es la relación entre Superman y su padre adoptivo, una
relación de amor puro en la que se nos muestra el instinto de
protección del padre sobre el hijo por encima de todo. En el otro
extremo tenemos la relación de Superman con Lois Lane,
desaprovechada e incoherente, desarrollada a trompicones y sin
resultar creíble en ningún momento. Bueno, uno se lo cree
porque son Superman y Lois Lane, y tienen que acabar juntos. Pero
nunca se da ese momento que justifique que esas dos personas vayan a
tener una relación romántica más allá de los pectorales de él.
No hay un sustento dramático para la relación y da la sensación de
que los guionistas han pensado que no le hacía falta.
Puede
parecer, por lo dicho hasta ahora, que El hombre de acero me
parece una mala película. Para nada es así, ya que más allá de
sus defectos, nos encontramos ante un monumento al cine de acción
del siglo XXI; un espectáculo visual acongojante sustentado por un
guión nada desdeñable y un reparto de absoluto lujo. Cierto es
que podíamos esperar más de la película, pero creo que para
empezar no está nada mal.
Estupenda fotografía en los flashbacks y paramos de contar. La película se sostiene como Metrópolis en la recta final. Y simplemente añadir que lo de "...un director más capaz" es cuestionable. "Superman returns" (que sí recupera con aventura, emoción y aire retro al héroe) gustará más o menos, pero Bryan Singer ha rodado los dos primeros X-Men. Sólo la secuencia de Magneto en el campo de concentración separado de sus padres es más intensa y emocionante que "Man of Steel" y "300" juntas. Y esta última me encanta. Ahí lo dejo.
ResponderEliminarYo a Singer reconozco que le tengo cierta rabia porque la mayoría de su cine me genera un tremendo hastío. Incluso las películas de X-Men me cansan. La primera me gustó en su momento pero la vi hace poco y me aburrió bastante, sobretodo la estética me pareció algo cutre, no me dijo nada. Su Superman a mi me horrorizó, de verdad, se me hizo insoportable, pero es cuestión de opiniones, yo la vi como la peor peli de superhéroes en años. Y las dos últimas, Valkiria y Jack el caza gigantes, también me dejaron bastante frío.
ResponderEliminarSnyder no es un genio, está claro, pero por lo menos me gusta su sentido del espectáculo. Yo de su filmografía me quedo con Watchmen. Este Superman no me parece redondo ni de lejos, creo que lo dejo claro en la crítica, pero me parece que, limando algunos defectos, es el camino a seguir en próximas películas.