Tres filmes que quizás hubieran funcionado mejor como cortometrajes que en formato largo (de hecho, ninguno de ellos sobrepasa la hora y media). La Sección Oficial comienza con un thriller que decepciona tras inicio prometedor. Dark Visions se inaugura con un retrato desesperante de la juventud drogadicta. Y en Madness, una comedia gamberra sobre zombies y matrimonio.
Por Manuel Barrero Iglesias
Home Sweet Home (David Morlet, 2013) Sección oficial
Podría haber sido un buen
cortometraje, como ejercicio de estilo, quizás. Pero tras un inicio
prometedor, el film se desarrolla de forma muy torpe, supeditado en
exceso al giro final. Los primeros minutos nos muestran la
preparación minuciosa del invasor antes de que sus víctimas
retornen al hogar. El tenso alargamiento (con algún truco obvio, eso
sí) nos hace albergar incluso la esperanza de ver alguna vuelta
tuerca en el género.
Pero no, a partir del primer ataque,
Home Sweet Home no aporta nada nuevo al género de psicópata que
asalta domicilio conyugal. Es más, los personajes caen en alguna
incongruencia que hace chirriar demasiado el invento. Una película
que no es Funny Games, aunque utilice palos de golf. Ni siquiera se acerca a parecerse.
Toad Road (Jason Banker, 2012) Dark Visions
Jóvenes que viven afectados de forma
rutinaria por las drogas. El film se centra en el viaje de una chica
con ansias de experimentar todo lo posible. Su introducción en el
grupo la lleva desde el uso psicotrópicos hasta el deseo de visitar
Toad Road, un sendero que atraviesa las siete puertas del infierno,
según cuenta la leyenda.
Toad Road gana la batalla de la
credibilidad en un primer tramo de asombroso tono documental
(recordemos que los actores prestan sus nombres a los personajes).
Jason Banker se introduce hasta el fondo en este mundo que se evade
de la realidad constantemente. En el último tramo llega ese viaje
trascendental que sumerge al film en ese ambiente alucinógeno. Y
que, todo sea dicho, resulta más cargante y menos estimulante que lo
anterior.
A Little Bit Zombie (Casey Walker, 2012) Madness
Esta película canadiense se apunta a
la moda de las comedias zombies. Con elementos en común con la
mayoritaria Memorias de un zombie adolescente, este trabajo nace con
vocación (y medios) de serie B. Pero volvemos a tener la figura del
zombie auto consciente que lucha por dejar de serlo. Y también hay
historia de amor, aunque en este caso el lado cursi es obviado del
todo.
A Little Bit Zombie consigue sus
mejores momentos (aunque también los peores) a partir de una serie
incontable de chistes y situaciones cómicas. Algunos punzantes y de
gran corrección política, aunque otros mucho más pueriles e
inofensivos. Hay de todo en esta irregular cinta que también ironiza
sobre el matrimonio y su parafernalia adyacente.
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