El
Norte de Europa es otro de los destinos dentro de Docs Barcelona
desde donde se nos aproxima una mirada auto-reflexiva y de conjunto
de la sociedad ideóloga del Estado
del bienestar.
La utopía desde nuestras miradas sureñas se descompone
progresivamente en resquicios de desprecio, frustración o recelo en
torno a un debate tan antiguo como presente: la igualdad racial y
étnica. El verdadero talón
de Aquiles
de los nórdicos se revela la máxima preocupación de dos de estas
propuestas que, abordadas bajo formas o visiones que nada tienen que
ver entre sí, comparten una misma preocupación sobre el concepto
del inmigrante.
Palme
es
un documental “al uso” sobre el político de la socialdemocracia
sueca del bienestar público. Más allá de justificaciones
personales de la figura pública, la película recoge el testamento
ideológico de todo un movimiento que puso en tela de juicio las
relaciones internacionales durante décadas. Un gran trabajo de
documentación, más periodística que cinematográfica, para un
resultado con un valor verdaderamente testimonial de una época. Como
las mejores clases de historia del profesor más cautivador, el
relato atrapa entre las vicisitudes de la segunda mitad del XX sueco
convertido en una esclarecedora reconstrucción de la política
internacional occidental.
Una trabajada pre-producción con un resultado final muy aceptable,
por completo, pero al mismo tiempo convencional dentro del género.
Por
otros caminos explora la búsqueda de la identidad Finnish
blood Swedish heart,
en una road movie más propia de la ficción por todos conocida
formalmente, pero donde los personajes son auténticas almas errantes
en torno a una frontera. Perdidas entre lo que fueron y lo que podían
haber sido, buscando a la desesperada ese pasado que se presenta como
un obstáculo para su evolución emocional. Siguiendo un
planteamiento de entrada acorde con su protagonista, un famoso
guitarrista de rock de Finlandia viaja con su desconocido padre en un
antiguo coche familiar lleno de tensión y silencio hasta el lugar
que acogió su infancia. Conducidos por la música en la que el
sueco-finés ha volcado todos esos sentimientos que nunca ha sido
capaz de exteriorizar, la
pretendida road
movie musical
se erige en realidad como una ruta de sentir contenido aplastado por
molestos insertos musicales de lo más hortera con unas letras tan
descriptivas como innecesarias que expulsan del relato al espectador
de forma intermitente.
Una reflexión sobre el sentimiento de pertenencia, no obstante,
mucho más profunda y llena de matices que la propuesta inaugural,
donde a diferencia de aquella lo que no sabemos pero imaginamos nos
obliga a participar en la reconstrucción de una identidad
desarraigada y llena de contradicciones.
Sara
Martínez Ruiz
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