A la cartelera española llegaban dos títulos llamados a levantar las paupérrimas cifras del fin de semana anterior. El hombre de acero y Monstruos University recaudan ellas solas más del doble que todo lo conseguido del 14 al 16 de junio. Tres millones para Superman y dos para la precuela de Pixar levantan el ánimo...aunque solo relativamente.
Y es que a partir de aquí, las cifras siguen siendo muy pobres. El tercer lugar es para R3sacón con 0'22 millones. Fast & Furious 6 (0'16) y Trance (0'13) completan el Top 5.
Ninguna película más llega a los cien mil euros. La sorpresa agradable es Hannah Arendt, film alemán que entra en el sexto puesto con noventa mil euros. El gran Gatsby y Un invierno en la playa se sitúan con setenta mil. Cerrando, El mensajero (sesenta mil) y Iron Man 3 (treinta mil).
Man
of Steel (Estados Unidos-Canadá-Reino Unido, 2013).
Dirección:
Zack Snyder.
Intérpretes:
Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Diane Lane, Russell Crowe,
Kevin Costner.
Guión:
David S. Goyer, Christopher Nolan; sobre el personaje creado por
Jerry Siegel y Joe Shuster .
Música
original: Hans Zimmer.
Fotografía:
Amir Mokri.
Montaje:
Kristy Karlson, Lora Kennedy.
Idioma:
Inglés.
Duración:
143 minutos.
EN CONTRA
Por Manuel Barrero Iglesias
2/10
*Atención: Contiene spoilers
En
la reciente entrevista que nos concedía Joe Dante en su visita a
Nocturna, el director de Gremlins aseguraba que el Hollywood
actual se tendía una trampa a sí mismo. La tendencia de los
blockbuster es la de crear filmes-monstruos cada vez más caros, en
los que los clímax deben ser cada vez más espectaculares. Esto
provoca que se cree un público al que ya resulta casi imposible
satisfacer, por más explosiones que haya. Radiografía exacta de lo
que es El hombre de acero, al menos en una hora final
convertida en un vendaval de fuegos artificiales que no llevan a
nada. Bueno sí, al hastío y la saturación de la destrucción
innecesaria.
Tras
el rotundo fracaso que supuso aquel soporífero Superman Returns
de Bryan Singer; Warner vuelve a relanzar al héroe con un este
trabajo que lleva la firma visible de Zack Snyder, y la mano
en la sombra de Christopher Nolan. Recordemos que este último
revolucionó el género de superhéroes con su Batman Begins,
en la que se daba máxima prioridad al conflicto interno y
sufrimiento del héroe. Una tendencia que han seguido muchos otros, y
que también asoma la patita en este reboot. Aquí el problema es que
los esfuerzos en pos de la trascendencia resultan estériles.
El
dilema se reduce a lo problemático que puede resultar salvar el mundo,
pudiendo incluso volverse en contra del superhéroe. Es decir, la
incomprensión que sufre el diferente, hasta el miedo que puede
despertar. Algo que se escenifica de forma recurrente en las
cansinas conversaciones con su padre adoptivo, rematando con la
ridícula secuencia del tornado. Un conflicto dibujado con trazo
grueso y sin ninguna profundidad.
Y
que se abandona de forma precipitada para dar paso a esa película
ruidosa en la que unos alienígenas invaden La Tierra, con lo que al
hombre de acero no le queda más remedio que dar la cara. Quizás uno
sea un tradicional, pero mucha de
la gracia que tiene Superman radica en su interacción con los
humanos. La ocultación de la identidad a través de ese
personaje antagónico (magnífica la teoría que Tarantino desarrolla
en Kill Bill) es la base del encanto del personaje. Y por mucho
que al final de este film se ponga las gafas, ya todo el planeta sabe su
identidad. No tiene ningún sentido hacer ese guiño a lo clásico.
No lo tiene tras el escándalo montado. Y después de que Lois Lane
sea la primera en asociar los nombres de Clark Kent y Superman.
Señores,
ustedes querían reinventar el mito. Háganlo, pero sean consecuentes
con su decisión. Y es que la coherencia es algo que brilla por su
ausencia en este barullo. ¿Le damos ese toque Nolan? Sí, pero a
lo mejor la gente se aburre, así que montamos una traca final
interminable para que lucir efectos -algo que también ocurre en un
prólogo interesante, pero alargado en exceso; una demostración de
poderío visual más que un sacarle todo el provecho a la historia
entre manos-. Lo que nos queda es un film qué no sabe adónde va
ni de dónde viene.
Muchos
defienden que estamos ante la película que le hacía falta al héroe
para actualizarlo. No. El hombre de acero es el film
que podría haber sido y no es. Una magnífica oportunidad para
modernizar un mito que queda sumido en la más absoluta vulgaridad.
Atrapado en un blockbuster del montón, con un guión tan lamentable
como cualquier otro.
A FAVOR
Por David Sancho
7/10
Si
había un superhéroe que necesitase una nueva adaptación al cine,
ese era Superman. En los 70 y 80 tuvo adaptaciones más que
decentes: la primera película es la mar de entretenida, y la segunda
es cumplidora -mucho mejor es el nuevo montaje que sacó a la luz
Richard Donner tras el estreno de la película de Bryan Singer en
2006, película que es infumable, casi tanto como las dos películas
que sucedieron a las de Donner-.
La
película de Singer dejó tan mal sabor de boca que se hacía
necesario que alguien más capaz se pusiese a los mandos para
devolver algo de dignidad al superhéroe. Y parecía que la tripleta
formada por Zack Snyder, Christopher Nolan y David
S. Goyer (casi todo el mundo se olvida de este último cuando
habla de la película) era la elección perfecta. Especialistas
consagrados en el cine de acción y superhéroes, desde el momento en
que fue anunciada su colaboración en este proyecto, las
expectativas se convirtieron en desorbitadas. Lo cierto es que
aunque la película no consigue colmarlas, todo lo que uno podía
esperar de este proyecto está ahí. El problema es que lo está de
manera desproporcionada.
Algo
que aportaron Nolan y Goyer al nuevo Batman fue sobretodo una
mayor profundidad, la sensación de estar viendo cine de calidad, y
no sólo una película veraniega para pasar el rato. Esa sensación
la podemos encontrar por momentos en el nuevo Superman, pero de vez
en cuando choca con el otro gran pilar sobre el que se sustenta la
película, las espectaculares escenas de acción.
La
acción en la película es tan colosal, tan grandiosa que puede
acabar por agotar al espectador. Todo es de unas proporciones
titánicas. Lo que en Batman eran persecuciones y peleas cuerpo a
cuerpo, aquí son ciudades viniéndose abajo y luchas interestelares
sustentadas en unos efectos especiales simplemente increíbles.
Ni
la acción, ni el desarrollo de los personajes e historia,
decepcionan por completo; pero es cierto que uno se queda con la
sensación de que la película hubiese subido un par de peldaños
recortando algunas explosiones y derrumbamientos en pro del
desarrollo de algunas relaciones que podrían dar muchísimo juego
(aunque finalmente se queden a medio camino).
Especialmente
interesante es la relación entre Superman y su padre adoptivo, una
relación de amor puro en la que se nos muestra el instinto de
protección del padre sobre el hijo por encima de todo. En el otro
extremo tenemos la relación de Superman con Lois Lane,
desaprovechada e incoherente, desarrollada a trompicones y sin
resultar creíble en ningún momento. Bueno, uno se lo cree
porque son Superman y Lois Lane, y tienen que acabar juntos. Pero
nunca se da ese momento que justifique que esas dos personas vayan a
tener una relación romántica más allá de los pectorales de él.
No hay un sustento dramático para la relación y da la sensación de
que los guionistas han pensado que no le hacía falta.
Puede
parecer, por lo dicho hasta ahora, que El hombre de acero me
parece una mala película. Para nada es así, ya que más allá de
sus defectos, nos encontramos ante un monumento al cine de acción
del siglo XXI; un espectáculo visual acongojante sustentado por un
guión nada desdeñable y un reparto de absoluto lujo. Cierto es
que podíamos esperar más de la película, pero creo que para
empezar no está nada mal.
Intérpretes:
Patrick Chesnais, Jeanne Lambert, Miou-Miou, Jacques Weber, Sally
Micaleff.
Guión:
Jean Becker, François d'Épenoux, Marie-Sabine Roger; sobre la
novela de Eric Holder.
Fotografía:
Arthur Cloquet.
Montaje:
Jacques Witta, Franck Nakache.
Idioma:
Francés.
Duración:
92 minutos.
Bienvenidos a la vida
Parece
tener predilección Jean Becker por las historias que unen a dos
personas que habitan mundos opuestos. Una fórmula que suele dar
buen resultado ante la audiencia (ahí tenemos el éxito de
Intocable), aunque tan establecida que resulta complicado
encontrar sorpresas en el tratamiento de estos relatos, los cuales
suelen tender a la amabilidad. A Becker le salió bastante bien
Conversaciones con mi jardinero -gracias, sobre todo, al
personaje que bordó Jean-Pierre Darrousin-, volviendo a la misma
receta en Mis tardes con Margueritte.
Insiste
en Mi encuentro con Marilou el director con una
relación marcada por una enorme diferencia sociocultural, a la que
en este caso hay que añadir la desigualdad generacional. Un
pintor anciano, deprimido y al borde del suicido. Una adolescente
casi marginal, a la que su madre -maltratada por su novio- ha echado
de casa. En el peor momento de sus vidas, ambos personajes terminan
ayudándose casi por necesidad.
Como
es previsible, el inicio de desconfianza acaba en una relación de
profundo cariño y respeto mutuo. Y aunque el film no se sale de
lo esperado, sí hay que destacar la forma de retratar los
sentimientos del pintor respecto a Marilou. Una actitud paternal
mezclada con la admiración por su belleza (hasta tal punto que
vuelve a disfrutar con el pincel). Pero nos referimos a belleza en el
amplio sentido de la palabra. Esa vitalidad juvenil, la
despreocupación, incluso la inocencia. Hasta la física, por qué
no. Pero no hay connotación sexual ninguna en este embelesamiento,
al contrario, el protagonista se convierte en la figura paterna que
la joven necesita.
Becker
y su oficio nos narran esta historia con mucha sensibilidad, haciendo
que el trayecto nos resulte agradable. Eso sí, no esperen ningún
sobresalto que le dé un poco de emoción al viaje. Y, cuidado, que a
veces hay algún elemento chirriante que puede perturbar la armonía
del espectador. Hablamos de la joven Jeanne Lambert, que ofrece un
trabajo muy irregular en el que no siempre consigue la
naturalidad que persigue esta obra.
Esta semana destacamos el estreno de Laurence Anyways, tercera película del canadiense Xavier Dolan, calificado por algunos como uno de los nuevos enfant terrible. Ahora llega con un trabajo de casi tres horas de duración, en el que un profesor de inglés con novia estable decide contar a los más allegados su planes para cambiar de sexo.
Desde Estados Unidos llegan dos títulos que prometen rescatar a la taquilla española de la tristeza en la que se sumergió la pasada semana. Pixar recupera a Mike y Sully en Monstruos University, precuela de Monstruos, S.A. Mientras, Warner vuelve a recuperar a Superman tras el fracaso que supuso la adaptación de Bryan Singer. Ahora es Zack Snyder el que dirige El hombre de acero, un producto de acción espectacular y de contenido muy escaso.
El cine francés también estrena dos filmes esta semana, aunque de naturaleza muy diferente a los anteriores. Tras su paso por San Sebastián Olivier Assayas estrena comercialmente Después de mayo, film sobre jóvenes franceses a principios de los años 70 buscando su lugar tras mayo del 68. Jean Becker nos trae Mi encuentro con Marilou, bonita historia de amistad entre un veterano pintor deprimido y una adolescente abandonada.
La alemana Margarethe von Trotta dirige Hannah Arendt, biopic sobre la filósofa judía que se centra en sus trabajos a partir del juicio a Adolf Eichmann. Su teoría sobre la banalidad del mal le valió la enemistad de muchos judíos (amigos incluidos).
El único estreno español de la semana es La lapidation de Sain Étienne, Premio Fipresci en la pasada Seminci, sobre un anciano que se resiste a abandonar su domicilio, en el que habitan los recuerdos de su difunta esposa.
Ya está aquí. Era inevitable que llegara el "peor fin de semana de la historia" en la taquilla española. En un año en el que las cifras parecen no tocar fondo, los 2'2 millones son unos números de difícil superación (por abajo). Aunque como están las cosas, cualquiera sabe. R3sacón vuelve a ser líder por tercera semana consecutiva, aunque con la irrisoria cantidad de 0'42 millones. Fast & Furious 6mantiene el segundo puesto, con 0'36.
El primer estreno que encontramos es Trance, que debuta con 0'29 en el tercer puesto. El mensajero (0'17) y El gran Gatsby (0'15) completan el Top 5. En sexto lugar, otro estreno, el de Un invierno en la playa (0'1). A partir de aquí ningún film supera los cien mil euros.Iron Man 3 y Los Croods consiguen ochenta mil. Cierran Objetivo: La Casa Blanca y 15 años y un día con sesenta mil.
Intérpretes:
Barbara Sukowa, Axel Milberg, Janet McTeer, Julian Jentsch, Ulrich
Noethen.
Guión:
Pam Katz, Margarethe von Trotta.
Música
original: André Mergenthaler.
Fotografía:
Caroline Champetier.
Montaje:
Bettina Böhler.
Idiomas:
Alemán, francés, inglés, hebreo, latín.
Duración:
113 minutos.
Adelantada
a su tiempo
El
valor de esta película radica más en el personaje que retrata que
en sus propias virtudes fílmicas (que también alguna que otra
tiene). Hannah Arendt es un trabajo que nos acerca a
la figura de una pensadora libre, una mujer capaz de mirar mucho
más allá de lo que hay delante de sus narices. Y como le ocurre a
muchos de los que se adelantan a su tiempo, a Hannah le tocó sufrir
en sus carnes el desprecio hasta de sus propios amigos.
La
filósofa escribió una serie de artículos tras asistir en Jerusalén
al proceso en el que se juzgaba a Adolf Eichmann, Teniente Coronel de
las SS, responsable de la organización logística de transportes en
el Holocausto. Arendt publicó el libro 'Eichmann en Jerusalén',
cuyo subtítulo es Un informe sobre la banalidad del mal.
La pensadora defendía que los actos de Eichmann no eran fruto de un
mal intrínseco, ni siquiera de su antisemitismo. Sus
conclusiones eran que el militar nazi era un funcionario efectivo que
jamás reflexionaba sobre la naturaleza de sus actos.
Esta
teoría, unida a sus palabras sobre el papel que desempeñaron
algunos de los dirigentes judíos en el exterminio de su propio
pueblo, provocaron que Arendt se ganara la animadversión de gran
parte de una comunidad a la que ella pertenecía. El film se
dedica a ilustrar esa ceguera provocada por el (lógico) odio.
Hasta el punto de no identificar la claridad y lucidez de un
pensamiento diferente, que pretende ir más allá.
Algo
que queda muy claro en la secuencia en la que Hannah decide
finalmente defenderse públicamente de las acusaciones
desproporcionadas que ha sufrido. En un aula, ante jóvenes
estudiantes da un discurso aplastante y demoledor. Su audiencia -que
no ha vivido el Holocausto, con lo cual no está tan contaminada por
el odio- ovaciona a la filósofa. Pero a pesar de dejar clara su
postura de rechazo absoluto al nazismo, Arendt sigue recibiendo el
desprecio de sus coetáneos.
El
film de Margarethe von Trotta retrata esta realidad de forma muy
nítida. Puede que haya exceso didáctico, y que la realización
sea algo plana. Incluso la interpretación de Barbara Sukowa no
siempre es brillante, pero Hannah Arendt es una película
que sirve para que el público se aproxime a una de las mentes
brillantes del siglo pasado. Y como tal, cumple su cometido.
A
la hora de hacer balance general de Nocturna 2013 no podemos obviar
que estamos hablando de una primera edición. Es más, este hecho es
el que determina cualquier valoración que podamos hacer. No debemos
olvidar que en España se celebra el festival de cine fantástico más
importante del mundo. Sitges es un gigante que absorbe gran cantidad
de la producción de género mundial. Todo el mundo quiere estrenar
allí. Y hacerse un hueco dentro de este panorama es algo muy
complicado.
A
pesar de ello, Nocturna ha conseguido traer lo último del japonés
Hideo Nakata. O clausurar con el estreno mundial de The
Conjuring, de James Wan. Silent Hill: Revelation 3D o
La matanza de Texas 3D fueron otros títulos potentes
que pudimos ver fuera de competición. Aunque, sin duda, el evento
más mediático fue la visita de Natalie Dormer, que presentó el
noveno capítulo de la tercera temporada de Juego de tronos,
ante unos fans entregadísimos.
Algunos
de los momentos álgidos se vivieron en las entregas de los tres
Premios Maestros del Fantástico. Especialmente emotiva fue la
entrega del galardón a Joe Dante, seguida por la proyección
de Gremlins, clásico indiscutible. Días antes, ya había
recibido este premio Mick Garris, creador de la serie Masters
of Horror. Entre sus filmes como director se encuentran
Critters 2 o Sleepwalkers. Todavía antes, en la
proyección del film inaugural, el productor Samuel Hadida fue
el primero en recoger este premio a toda una carrera. Presentaba
Silent Hill un hombre también responsable de la saga Resident
Evil. En su trayectoria hay casi medio centenar de títulos entre
los que destacan Amor a quemarropa, Crying Freeman, El
pacto de los lobos, Spider, El aura, o El
imaganirario del Doctor Parnassus.
H. P. Mendoza y Anna Ishida (I am a Ghost) Fotografía: Silvia D.
En
lo que se refiere a las películas a competición, disfrutamos más
con la secciones paralelas que con la oficial. Pero bueno, esto es
algo que suele ocurrir en la mayoría de festivales. Yo me llevé la
satisfacción de encontrar dos joyas. Muy divertida Stitches,
vista en la sección Madness. Y en Dark Visions, I am a Ghost,
singular film que consiguió llevarse el Premio del Público. En la
Sección Oficial triunfó Wither, película sueca de innegable
vocación gore. Un triunfo discutido y sorprendente para una película
irregular, pero de indiscutible simpatía.
Sergio Molina y Luis Rosales Fotografía: Silvia D.
Pero
lo mejor de todo, como no podía ser de otra forma, es el espíritu
con el que nace Nocturna. Un lugar de encuentro en el que público,
prensa y autores están en contacto permanente. Una cercanía
demostrada en cada evento, culminando con una rueda de prensa final
informal y muy próxima, a cargo de Luis Rosales y Sergio Molina
(responsables máximos, junto a José Luis Alemán, de este
tinglado).
¿Y
los problemas? Es imposible que no los haya. Pero consiguieron
reducirlo al mínimo. Tanto en el lado técnico como en el
organizativo, la organización salió bastante airosa. Volvemos a
recordar que estamos ante una primera edición. Y es que Nocturna ha
nacido con fuerza, dando un salto tremendo en su nacimiento. A
cualquier Festival le hacen falta años para consolidarse. Como sigan
así, Nocturna lo va a conseguir mucho más rápido. El aumento
de público se notaba con cada día que transcurría. Así que el
Festival parece preparado para seguir creciendo en su segunda
edición. Eso esperamos todos.
El
primer Palmarés de Nocturna:
- Mejor Cortometraje Nacional: Human Core
- Mejor Cortometraje Internacional: L'Heritage y Death of a Shadow
- Mejor Cortometraje del Público: Mr. Bear
- Mejor Película del Público: I am a ghost
- Mejor Película Madness: A little bit zombie
- Mejor Película Dark Visions: Resolution
- Mejor B.S.O.: Johan Söderqvist por Insensibles
- Mejores Efectos Especiales: Wither
- Mejor Fotografía: Wedigo von Schultzendorff por Forgotten
- Mejor Interpretación: Lauren Ashley Carter por Jug Face
- Mejor Guión: Chad Crawford Kinkle por Jug Face
- Mejor Director: Sonny Laguna y Tommy Wiklund por Wither
Destacamos esta semana el estreno de Insensibles, film que hemos podido ver en las secciones oficiales de Sitges y Nocturna. Un film que trata temas tan variados como la Guerra civil española, el nazismo, infancia, muerte, crueldad humana, el amor...con resultado irregular, pero siempre inquietante. Y con un reparto encabezado por Àlex Brendemühl y Juan Diego.
Estamos ante un fin de semana repleto de estrenos nacionales. Un par de comedias, como son Menú degustación y Somos gente honrada. La primera, dirigida por Roger Gual (uno de los responsables de Smoking Room) es un film coral con un restaurante de lujo de fondo. La segunda tiene como protagonistas a dos parados cincuentones que se encuentran diez kilos de cocaína.
Diego Galán dirige el documental Con la pata quebrada, en el que se repasa la evolución de la imagen de la mujer en el cine español a partir de imágenes de 180 películas desde los años 30. También tenemos un estreno animado con la aventurera Gigantes, de Manuel J. García. El último producto español es Un Dios prohibido, drama ambientando en los inicios de la Guerra Civil.
El estreno mayor de la semana lo tenemos en Trance, thriller dirigido por Danny Boyle, repleto de giros de guión. Protagonizan James McAvoy, Rosario Dawson y Vincent Cassel.
Solo un estreno estadounidense, el film romántico Un invierno en la playa, protagonizado por Greg Kinnear y Jennifer Connelly. Para terminar, Lo que nadie sabe, película danesa de 2008 que ahora llega a nuestras pantallas.
Intérpretes:
James McAvoy, Rosario
Dawson, Vincent Cassel, Danny Sapani, Matt Cross.
Guión:
Joe Ahearne, John Hodge.
Música
original: Rick Smith
Fotografía:
Anthony Dod Mantle.
Montaje:
Jon Harris.
Idioma:
Ingles, francés.
Duración:
101 minutos.
Escondido
en la memoria
Podemos
calificar la carrera de Danny Boyle de, cuanto menos, irregular. Yo
iría más allá, diciendo que el talento del británico está
totalmente desperdiciado en proyectos intrascendentes. Por mucho que
consiguiera una ristra de Oscar con Slumdog Millonaire,
aquella película que no pasaba de simpática. La playa se le
fue totalmente de las manos, su Millones se me atragantó con
toda su magia, fracasó de forma estrepitosa en la ciencia-ficción
con Sunshine, y 127 horas no pasa de ser un ejercicio
resultón. En lo que lleva de siglo solo disfruté realmente con los
zombies de 28 días después.
No
parece que su olfato le funcione demasiado bien a la hora de elegir
proyecto. Algo que podemos ver de forma muy clara en su último film.
Trance es un thriller retorcido de esos que hemos
visto ya cientos de veces. Sin ir más lejos, existen serias
semejanzas con una película aún en cartel, Efectos secundarios
(Steven Soderbergh, 2012). No vamos a negar el excelente pulso de
Boyle a la hora de dirigir toda esta maraña, pero precisamente
por eso más rabia da ver lo pobre del material con el que director
se dedica a hacer sus virguerías.
Es
Trance uno de esos filmes en los que no importa
la coherencia ni la lógica, todo está supeditado a sorprender con
un giro de guión aún más rebuscado que el anterior. Quizás
haya quien se deje impresionar por tanta filigrana, pero si uno se
para a pensarlo solo dos segundos, nada tiene sentido en este juego.
Por no hablar del uso arbitrario y poco riguroso que se hace de la
hipnosis. En una comedia como La maldición del escorpión de Jade
uno puede permitir esas licencias, pero en algo que va de serio queda
muy ridículo.
Así
que tenemos a un director desperdiciando su enorme talento, y a unos
grandes intérpretes dando lo mejor de sí para construir un
sinsentido. Hablando de dar lo mejor de sí misma, atentos al par de
momentos en los que Rosario Dawson se nos muestra en todo su
esplendor. Para quitar la respiración.
Sí,
Trance es una película muy entretenida. Y bien
realizada. Pero su guión es un alambicado castillo de naipes que se
viene abajo con solo soplar un poco. Mala cosa.
"Me interesa mucho la gente que rompe con lo establecido"
Después
de varios trabajos en televisión, Ben Wheatley debutó en el
largometraje con Down Terrace (2009) una cáustica comedia
sobre la familia y el crimen organizado. En 2011 se presentó en
Sitges con Kill List, película ya casi de culto que no deja
indiferente. Ahora estrena por primera vez en nuestro país una
película que también concursó en el certamen catalán,
consiguiendo los premios a la mejor actriz y mejor guión. Hablamos
de Turistas, film con el que el director vuelve al humor negrísimo.
Y ya tiene lista su próxima película, A Field in England,
que muy probablemente presente en Sitges.
-Su
primera película era una comedia negra, la siguiente fue terror
puro. Ahora vuelve a la comedia, y parece que en la siguiente otra
vez al terror, ¿necesita esta alternancia?
Me
gusta el cine, que permite una amplia gama de posibilidades y
géneros. Me gusta el crimen, el terror, la comedia, el arte y
ensayo...no me gustaría que se me encasillara en un solo tipo de
género.
-Sin
embargo, en todos sus filmes siempre está presente el elemento del
crimen, ¿qué es lo que más le interesa de ello?
Creo
que tiene que ver con el hecho del drama. Un asesinato es la cosa más
dramática que puede ocurrir. Aunque espero algún día hacer una
película donde no haya esto. Pero no sé, últimamente he
descubierto que hay mucho misticismo en mis películas. Todo esto
para decir que el hecho de hacer cine y dejarse llevar por una
historia es una cosa muy personal. Uno casi nunca uno pude
controlarlo todo, y muy a menudo consiste en dejarse llevar por el
flujo de las cosas.
-En
Down Terrace había una relación complicada entre padre e
hijo, y aquí en Turistas la hay en una pareja. ¿Le interesa
retratar este tipo de relaciones tortuosas en un ambiente de crimen?
Al
fin y al cabo, esto es lo que interesa al público. No tanto el hecho
de que ser asesinos, sino padres, hijos, maridos, mujeres, amantes...
y los conflictos que nos presentan como tal. Por otro lado, a mí me
interesa mucho la idea de la gente que rompe con lo establecido y
organiza sus propios códigos dentro de la sociedad, pero al margen
de ella. El concepto en sí me parece interesante, aunque es una pena
que desgraciadamente esto muy a menudo lleva al crimen o a la
marginación.
-¿Cómo
fue el proceso de creación de esta película, cuyos guionistas son
los propios protagonistas?
A
mí mujer Amy (que también es escritora y montadora) le llegó el
guión escrito por Alice y Steve. Ella lo reescribió, y a partir de
de ahí empezamos a improvisar. Empezaron a surgir sentimientos que
captábamos en vídeo, y trabajábamos sobre el tono. En los días de
rodaje, siempre yo dejaba un margen para que ellos pudiesen aportar
cosas nuevas. El resultado de todo esto fueron 120 horas de copión,
de las cuales llegamos a un primer montaje de cuatro horas. Y a
partir de ahí, llegamos a la película final de noventa minutos. Eso
fue otra reestructuración, lo que significa un proceso creativo
enorme a muchos niveles, con mucha gente implicada.
-Uno
de los productores de Turistas es Edgar Wright, uno de los
máximos representantes de esta moda británica de combinar el cine
de género con la comedia. ¿Por qué cree que existe esta tendencia
ahora mismo?
Yo
no suelo analizar lo que está pasando, las supuestas tendencias
dentro del cine británico de hoy. Esto quedará muy claro dentro de
veinte años, ahora es todo muy caótico. Por mi parte, no era nada
difícil tratar los elementos de comedia, porque los hay en otros
trabajos míos. En cuanto al porqué del atractivo, creo que es
porque la gente está pasando ahora por un momento de crisis
acuciante. La gente no tiene ganas de ir al cine a ver miseria y
desgracias, prefieren sentarse a ver algo gracioso y amable. En lo
que respecta a Edgar Wright, creo que es un tipo único. No creo que
haya nadie como él ahora en el cine británico. Ver paralelismos
entre Turistas y las cosas que hace él, es una comparación
demasiado halagadora.
-Parece
que sus películas han encontrado su sitio ideal en Sitges, un
Festival muy especial por la comunión entre aficionados y películas.
Ya ha presentado dos películas allí, ¿presentará también A
Field in England, su nuevo film?
De
Sitges solo puedo decir maravillas. Fui por primera vez en 2008 como
espectador, y era la primera vez que iba a un Festival de cine. Fue
asombroso, entrar ahí en el hotel y encontrarme con grandes
cineastas del mundo. Ahí estaba George A. Romero, por ejemplo. El
ambiente es extraordinario, la ciudad fantástica, y la gente muy
amante del cine. Después de esa experiencia he ido a muchos
festivales en el mundo entero, algunos mejores que otros. Pero como
Sitges, nada. En cuanto a mi próxima película, no sé. Creo que es
el tipo que encaja en la filosofía de Sitges, pero yo nunca doy nada
por hecho. Desde luego, si quieren que la presente allí, yo estaré
encantado.
No es común que un futbolista de primera división abandone el fútbol con solo 23 años. Pues eso fue lo que hizo Elías Querejeta para dedicarse a la producción cinematográfica, tras jugar seis temporadas en la Real Sociedad.
Su carrera como futbolista no parecía tener mucho futuro (en seis años, solo jugó 40 partidos), todo lo contrario que ocurrió con su labor como productor. Su nombre ya es historia en nuestro cine, siendo un pilar básico en la renovación del cine español a partir de los últimos años del franquismo.
En una época dominada por Ozores, el landismo y demás, Querejeta dio voz a directores con cosas que contar. Especialmente prolífica fue su relación con Carlos Saura: La caza (1966), Stress-es tre-tres (1968), La madriguera (1969), El jardín de las delicias (1970), Ana y los lobos (1973), La prima Angélica (1974), Cría cuervos (1976), Elisa, vida mía (1977), Los ojos vendados (1978), Mamá cumple 100 años (1979), Deprisa, deprisa (1981), Dulces horas (1982).
También produjo a Antonio Eceiza en filmes como Último encuentro (1967), El próximootoño (1967), De cuerpo presente (1967) o Las secretas intenciones (1970). Y, como no, destacar la que está considerada como una de las mejores producciones españolas de la historia, El espíritu de la colmena (1973). Con Víctor Erice repitió en El sur (1983).
Ya en la democracia, Querejeta siguió dando voz a nuevos directores con personalidad propia. Con Montxo Armendáriz hizo Tasio (1984), Las cartas de Alou (1990) e Historias del Kronen (1995). Y con Fernando León de Aranoa también sus tres primeros filmes: Familia (1996), Barrio (1998) y Los lunes al sol (2002). En el nuevo siglo se ha volcado bastante en el género documental, con títulos como La espalda del mundo (2000), Asesinato en febrero (2001), Condenados al corredor (2003), Invierno en Bagdag (2005), Goodbye, América (2006) o Cerca de tus ojos (2009); del que también es director, y el cual fue su último trabajo.
Por supuesto, también produjo los filmes de su hija: El último viaje de Robert Rylans (1996), Cuando vuelvas a mi lado (1999) y Siete mesas de billar francés (2007).
A los 82 años fallece un productor básico, que con sus películas consiguió varios premios en el Festival de Berlín en los años 60.
Nadadora profesional especialista en natación sincronizada, en 1942 comienza su carrera en el cine con Andy Hardy's Double Life. Su lanzamiento al estrellato se produjo con Escuela de sirenas (1944), musical acuático que creó una especie de subgénero en el que ella era la gran estrella. Otros títulos de este tipo fueron Juego de pasiones (1945), El recuerdo de tus labios (1947), En una isla contigo (1948), La hija de Neptuno (1949), o La primera sirena (1952).
A mediados de los cincuenta rompe su contrato con MGM, y prueba suerte con otros registros en filmes como Sombras en la noche (1956) o El hombre de Oklahoma (1957). Se retiró en 1963, con la película, dirigida por su marido Fernando Lamas, La fuente mágica.
Muere a los 91 años de edad la llamada "Sirena de América".
Guión:
Régis Roinsard, Daniel Presley, Romain Compingt.
Música
original:
Emmanuel D'Orlando, Rob.
Fotografía:
Guillaume Schiffman.
Montaje:
Laure Gardette, Sophie Reine.
Idiomas:
Francés, inglés, alemán.
Duración:
111 minutos.
Revisión
superficial
Colorida
revisión del cine americano de los 50 en esta historia de amor
tradicional entre chica de pueblo y hombre de negocios.
Obviamente, él es mayor que ella. Tiene buen corazón, pero no es
demasiado hábil en los asuntos amorosos. La chica es todo inocencia
y honestidad. Una torpe pueblerina que necesita la tutela de su
hombre para triunfar en la vida. Rose conquista con su encanto
natural. Louis porque ofrece seguridad y estabilidad.
Precisamente
es el encanto de Déborah François lo único que hace resplandecer
de verdad una película insustancial y que se evapora al segundo
siguiente de acabar, si no antes. Una sonrisa aquí, una mirada
allá y esos movimientos gráciles son más que suficientes para
conquistar al espectador. A su lado, Romain Duris parece un pelele. Y
no solo por el personaje que interpreta.
Lo
que no termino de saber es cómo encaja en todo esto es esa trama de
superación personal a través del concurso de mecanografía. Como
cualquier americanada de tres al cuarto, el éxito solo se entiende a
través del triunfo competitivo. Hay un pequeño atisbo de
crítica al entorno de la gloria, pero todo se reconduce para que el
amor y la victoria confluyan en un mismo punto de éxtasis total.
Es
decir, una de esas películas buenrollistas que
consigue distraer al público, pero que en el fondo tiene bastante de
reaccionario. Un toque feminista que no es tal, y un supuesto
desprecio por el materialismo que tampoco es real. Así que decir
de Populaire que es una inofensiva comedia
romántica, ya es decir mucho bueno sobre ella.
Siempre
será conocido como el director de Gremlins (1984). Un éxito de tal
calibre marca una carrera. Pero antes de aquel fenómeno, Joe Dante
ya había dirigido Piraña (1978) y Aullidos (1981). Una carrera
siempre unida al fantástico, pero también a la comedia. El chip
prodigioso (1987), No matarás...al vecino (1989) o Matinee (1993)
son algunos otros de los títulos por los que podemos reconocer a
Dante. Últimamente más centrado en televisión (medio que le otorga
más libertad), el director sigue siendo todo un icono. Así lo han creído los organizadores de Nocturna, que en su primera edición le
han otorgado el Premio Maestros del Fantástico por toda su carrera.
Por Manuel Barrero Iglesias
Fotografías: Silvia D.
Aunque
su comienzo en el cine, como ocurre tantas veces fue algo más
circunstancial que vocacional: “Quería dedicarme a la
animación, así que me matriculé en una escuela de Bellas Artes.
Fui a algunas clases de cine, pero no muchas. Tiempo después,
algunos amigos se fueron a California para trabajar con Roger Corman,
del que yo era fan. Necesitaban un montador y me preguntaron si
quería apuntarme. Solo había editado en 16 mm, nunca en celuloide,
pero acepté porque pensaba que podría aprender algo. Empecé
haciendo trailers, lo que me pareció sencillo, porque había visto
muchos. ¡Y antes de que me diera cuenta estaba codirigiendo una
película! Luego volví a los trailers. Y después hice Piraña,
que se convirtió en éxito, así que no me hizo falta quedarme con
Corman. Tuve mucha suerte. Nadie podría tener ahora esa trayectoria,
me parece imposible”.
Una
trayectoria que se disparó gracias a Gremlins, uno de esos
ejemplos de tremendo éxito inesperado: “Nadie pensó que
estuviéramos haciendo un blockbuster. Sucedió de repente, y yo
estaba tan sorprendido como el resto. Estrenamos en el momento
oportuno, en el verano correcto; las películas contra las que
competíamos fueron las apropiadas, y nos convertimos en un fenómeno.
Creo que la cinta se hizo mucho más famosa porque nuestro
presupuesto era pequeño, y nadie esperaba nada de nosotros”.
Esto
nos lleva a hablar de la diferencia entre los blockbuster de antaño
y los de ahora: “Compara los presupuestos del Superman
de Richard Donner y el que está a punto de estrenarse.
Ahora todo es más grande, hay más acción, el clímax es más
espectacular. Las nuevas tecnologías permiten crear cosas que no
podían ocurrir antes, pero al final el espectador se cansa de ver lo
mismo una y otra vez. Los estudios se tienden una trampa a sí
mismos, porque deben gastar más dinero cuando lo que quieren es
justo lo contrario, gastar menos y obtener más beneficios. Pero no
pueden porque los chavales quieren más y piensan «esta
peli no tiene tantas peleas ni tantas explosiones como la anterior,
así que no me gusta». Están creando un público al que no pueden
satisfacer, y eso es bastante desafortunado”.
Una
de esas nuevas tecnologías es el 3D, que Dante ya ha utilizado en su
film Miedos:
“Me gusta el 3D, y considero que puede usarse de forma inteligente
en películas alejadas de la animación. Me alegra que El
gran Gatsby
se haya rodado en este formato, a pesar de ser un drama. La
vida de Pi
es otro buen ejemplo. Pero solo me gusta el 3D cuando se graba en 3D,
no me interesa convertir de un formato a otro. Creo que el 3D tiene
un gran futuro, pero el público se decepciona cuando ve una copia
mala. Hay muchas proyecciones de mala calidad, y al final la gente
acaba con dolor de cabeza. Es algo bastante cínico: «Convirtamos
esta película a 3D para ganar el doble de dinero».
Me parece una mala idea”.
La
animación es un terreno que siempre le ha interesado a Joe Dante,
habiendo realizado varios filmes que combinan animación y acción
real, tales como Pequeños
guerreros
(1998) o Looney
Tunes: De nuevo en acción
(2003): “Me
gustan varios tipos de animación. Trabajé en Looney Tunes porque
Chuck Jones y yo éramos amigos. El proyecto surgió cuando él había
fallecido, y me daba miedo que lo dirigiera alguien que no disfrutara
con los personajes. Chuck se enfadó bastante por Space Jam, así que
intenté dirigir una película que fuera lo opuesto a ella. El
problema fue que a la gente involucrada no le gustaban los dibujos,
así que la situación fue bastante difícil. Tardamos año y medio
en hacerla, se discutió bastante acerca del contenido...el proyecto
se desinfló y se convirtió en algo problemático. Al final, se
produjeron una serie de batallas por una película de la que nadie
estaba satisfecho. La cinta es buena técnicamente y creo que fuimos
fieles a los personajes, pero se trata de una sucesión de ideas que
no encajan en una misma película.
Otro
medio que Joe Dante ha transitado con frecuencia es la televisión.
Su primera experiencia allí fue Police
Squad!,
la serie que más tarde daría lugar a la saga Agárralo
como puedas:
“No
solo fue mi primera experiencia en televisión, sino también la
primera en un estudio de cine. Conocía a los hermanos Zucker porque
trabajamos en Rock
& Roll High School.
Ellos se encargaron del primer capítulo y me pidieron que grabara el
segundo. Fue la primera vez que utilicé el vídeo, y me pareció
estupendo porque te permitía estructurar la comedia de forma que
podías identificar los chistes según el fotograma. Nos lo pasamos
bastante bien, así que volvieron a llamarme para el sexto y último
episodio. Pero el proyecto fracasó porque se habían esforzado tanto
en que pareciera una serie de polis de los 60 que la gente pensaba
que lo era de verdad, ¡así que cambiaban de canal sin saber que era
una comedia! Era muy, muy divertida, más que las películas. Se
burlaba de las convenciones de la televisión, de los títulos de la
época, de los anuncios... algo que no podías hacer en las
películas. La idea funcionaba mejor como corto que como
largometraje. Así que nunca estuve demasiado interesado en dirigir
los largos.