Dos
más dos (Argentina,
2012).
Dirección
y guión:
Diego Kaplan.
Intérpretes:
Adrián Suar, Carla Peterson, Julieta Díaz, Juan Minujín, Alfredo
Casero.
Guión:
Daniel Cuparo, Juan Vera.
Música
original:
Iván Wyszogrod.
Fotografía:
Félix Monti.
Montaje:
Pablo Barbieri Carrera.
Idioma:
Español.
Duración:
103 minutos.
Dos menos dos
Sorprende
este film con un planteamiento fresco y, por momentos, atrevido.
El tema del intercambio de parejas es abordado desde una perspectiva
que aboga por la naturalidad, sin renunciar nunca a la (buena)
comedia. Ese protagonista, prototipo de hombre encorsetado por la
convenciones, provoca los momentos más hilarantes del film.
Un
primer tramo libre de prejuicios, divertido, y muy sensual. Toda
una celebración del erotismo que juega muy bien la baza de la
complicidad entre sus cuatro intérpretes. El director parece
aplaudir la práctica del swinging como un estatus elevado de
madurez, con la que una pareja feliz es capaz de enriquecer su
relación.
Y
decimos “parece”, porque la segunda mitad de la película le
da la vuelta a todo la anterior. Se acabaron la comedia, la frescura
y la espontaneidad. En su lugar, tenemos el más tópico drama.
Para nada descabellado -siempre puede resultar peligroso
mezclar amistad y sexo-, pero absolutamente previsible. Y lo que es
peor, conservador.
Decimos
esto último, porque Kaplan termina moralizando, y su moraleja es
que el intercambio de parejas no es recomendable. No lo decimos por
los problemas que ocasionan estas prácticas a sus protagonistas (que
ya decimos, entran dentro de las convenciones melodramáticas al uso).
Hay una última secuencia deleznable, en la que se retrata con una
grotesca caricatura a los “depravados” que siguen con ese estilo de vida.
El
porqué Kaplan se termina entregando a un discurso tan reaccionario
(tanto en forma como en fondo), no lo entendemos muy bien. Con lo
cuco que le estaba quedando todo.
Manuel
Barrero Iglesias
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