Dirección
y guión: Judd Apatow.
Intérpretes:
Paul Rudd, Leslie Mann, Maude Apatow, Iris Apatow, Jason Segel, Megan Fox.
Música
original: Jon Brion.
Fotografía:
Phedon Papamichael.
Montaje:
David L. Bertman, Jay Deuby, Brent White.
Idioma:
Inglés.
Duración:
134 minutos.
6/10
La
comedia familiar se hace adulta
Woody
Allen estrenó Annie Hall cuando tenía 41 años.
Tras toda una vida dedicado en exclusiva a la comedia, llegó la
necesidad de darle algo más de seriedad a su cine. Y así nació esa
genial mezcla entre drama y comedia, de las que han surgido sus
mejores filmes. Judd Apatow estrenó Hazme reír a
esa misma edad, también después de dedicar toda una vida al
humor puro y duro. En el que es su mejor trabajo hasta el momento, el
director imprime un poso amargo que funciona a la perfección con los
toques cómicos marca de la casa.
La
mítica barrera de los 40, en la que la crisis existencial toma una
forma que asusta. En el caso de Apatow, esa preocupación siempre ha
sido muy explícita en todas sus obras como director. Tratadas más
de forma humorística y/o tangencial en sus dos primeras comedias, el
asunto ha ido ganando importancia hasta llegar Si fuera fácil,
cuyo significativo título original es This Is 40. El film
gira alrededor de la madurez y sus dificultades, empezando con sus
dos protagonistas cumpliendo la cuarentena.
La
película es una especie de spin off de Lío embarazoso, de la
que coge los personajes más autobiográficos de toda la filmografía
de Apatow. No en vano, la familia de la ficción está formada por
las verdaderas mujer e hijas del director, quien delega en Paul Rudd
como alter ego. Unas presencias que funcionaban muy bien (eran lo
mejor) en Lío embarazoso, y que vuelven a hacerlo aquí. El
autor fábrica su película más íntima, en la que se respira verdad
por los cuatro costados.
Involucrar
a su propia familia en su obra es una decisión arriesgada, con la
que el cine de Apatow sale ganando. Leslie Mann demuestra
sobradamente su talento en el primer protagonista que le regala su
marido. Las dotes interpretativas de Rudd son bastante más
limitadas, pero la tremenda química con Mann le convierten en el
compañero ideal. Y qué decir de Maude y Iris, dos niñas a las que
su padre consigue extraer toda la naturalidad del mundo.
En
Si fuera fácil los problemas son reales y
tangibles. La comedia familiar al fin tiene una voz que la dignifica,
alguien que no trata a sus espectadores como descerebrados. Al
Judd Apatow director le sienta bien la madurez. Siguen los retazos de
comedia gamberra (atención a la aparición de Melissa McCarthy),
pero es indudable el peso que ya ha tomado en su obra el poso
dramático. Tras retratar de forma certera la estupidez humana en
Hazme reír, ahora nos trae un retrato inmisericorde del
individuo y la familia. Y es que el autor tiene esa rara habilidad de
saber retratar la naturaleza humana en todo su esplendor. Es decir,
en toda su miseria. Aunque siempre desde el humor y el cariño.
Manuel
Barrero Iglesias
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