Identity
Thief (USA, 2013).
Dirección:
Seth Gordon.
Intérpretes:
Jason Bateman, Melissa McCarthy, Amanda Peet, John Favreau, Genesis
Rodriguez.
Guión:
Craig Mazin
Música
original: Christopher Lennertz.
Fotografía:
Javier Aguirresarobe.
Montaje:
Peter Teschner.
Idioma:
Inglés.
Duración:
111 minutos.
La dificultad de hacer comedia
Al
ver películas como ésta es cuando uno realmente se da cuenta de la
razón que tienen aquellos que hablan sobre la dificultad de hacer
una buena comedia. Y es que apenas un par de momentos de humor físico
son capaces de hacer reír en este film tan insípido. Y si algo
no debe ser nunca una comedia es insulsa. Resulta deprimente ver
pasar las secuencias sin que nada moleste, pero sin que tampoco haya
nada brillante.
La
fórmula de Por la cara es archiconocida. Una road movie que
junta a dos personajes antagónicos para provocar la risa en el
contraste. El típico hombre respetable e impertérrito frente al
huracán femenino que desordena su vida (en este caso, literalmente,
por una suplantación de identidad). Que el personaje femenino lo
interprete Melissa McCarthy nos ahorra, al menos, lo que en otra
circunstancia hubiera supuesto tensión sexual entre los
protagonistas. Hay que agradecer a los autores que nos hayan librado
de tal suplicio.
Lo
que no podemos agradecerles es la construcción de una comedia tan
monótona. Quitando los golpes que se reparten, la pareja jamás
funciona. Primero, por culpa de ese guión paupérrimo. Y segundo,
porque parece que la eficacia cómica de McCarthy es inversamente
proporcional al tiempo que aparece en pantalla. Aunque, de
momento, nos vamos a quedar con la duda. ¿Es incapaz la actriz de
sostener un protagonista, o es culpa de un personaje tan mal escrito?
Es posible que sea una mezcla de ambas cosas.
A
la comedia que trata de ser gruesa le sienta muy mal el
sentimentalismo barato, y eso es lo que acaba estropeando Por
la cara. Mientras el primer tramo va pasando sin pena ni
gloria, a medida que avanza la trama el film se va llenando de
cursilería, hasta unos niveles de azúcar muy poco recomendables. La
(mediocre) comedia gamberra vuelve a perder la batalla ante la (aún
peor) comedia familiar. Y el que realmente acaba perdiendo, es el
espectador que gasta su tiempo en ver algo que tardará en olvidar
dos minutos.
Manuel
Barrero Iglesias
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