Parker
(Estados Unidos, 2013).
Dirección:
Taylor Hackford.
Intérpretes:
Jason Statham, Jennifer Lopez, Michael Chiklis, Nick Nolte, Wendell
Pierce, Bobby Cannavale.
Guión:
John J. McLaughlin sobre las novelas de Donald E. Westlake.
Música
original: David Buckley.
Fotografía:
J. Michael Muro.
Montaje:
Andrew Weisblum.
Idioma:
Inglés.
Duración:
118 minutos.
Jason
Statham y el eterno déjà vu
Si
hay un tipo encasillado en Hollywood ese es, sin ninguna duda, Jason
Statham. Sus películas son productos de acción cercanos a la serie
B en los que interpreta a un personaje duro pero con su corazoncito,
una especie de Bruce Willis de saldo que se ha hecho hueco en la
industria gracias a su indudable carisma y a su vistosidad en las
escenas de acción.
Esta
vez la cosa va de un ladrón que es traicionado por sus compañeros
delictivos y, obviamente, Parker decide vengarse con la ayuda de una
agente inmobiliaria a la que conoce en el proceso.
Una
vez reconocido que la premisa de la película está más que vista,
hay que preguntarse qué puede hacer que esta película atraiga al
público a las salas. Posiblemente esa fue la misma pregunta que se
hicieron los productores cuando decidieron contratar a Jennifer Lopez
para participar en la película. Su personaje parece haber sido
alargado innecesariamente para que ella tenga una mayor presencia en
la película -no pienso leerme los libros para comprobar si esto es
cierto-, y ella no es que se luzca precisamente.
La
película está cargada de un humor tontorrón totalmente
innecesario; escenas absolutamente ridículas protagonizadas en su
mayoría por JLo y la actriz que interpreta a su madre,
más propias de una sitcom de las que se cancelan a los tres
episodios que de una película de acción.
Al
elenco se suman gente como Nick Nolte, Michae Chiklis, Wendell Pierne
o Bobby Cannavale para intentar que el proyecto sea más atractivo,
pero simplemente sirve para que nos preguntemos todo el rato que hace
toda esa gente ahí, haciendo una película que no va a aportar nada
positivo a sus carreras más allá de un cheque que dudo que haya
sido excesivamente suculento.
La
sensación de estar viendo un producto de serie B es patente desde el
primer minuto de película, pero su director se empeña en intentar
dotarla de una seriedad impostada que no le sienta nada bien;
introduciendo flashbacks innecesarios que no hacen más que lastrar
el ritmo de la película, la cual, debido a su excesivo metraje, nos
hace tener que soportar demasiadas escenas dramáticas sin ningún
peso en la historia a la espera de ver otra vez a Statham repartiendo
mandobles. Y lo cierto es que cuando llega la acción, la película
tampoco consigue engancharnos, puesto que ahí sigue esa sensación
de estar viendo un producto menor.
Por
mucho que el público aprecie la presencia de Statham en una película
de acción, no parece que su tirón en taquilla vaya a durar mucho
más, y su futuro más probable es cohabitar en el limbo
cinematográfico de acción con gente como Van Damme o Seagal; a no
ser que empiece a tomar ciertos riesgos en su carrera y logre
desencasillarse ligeramente. Por ahora no parece entrar dentro de sus
planes, o por lo menos con esta película podemos asegurar que no lo
va a conseguir.
David Sancho
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