A puerta fría (España, 2012).
Dirección: Xavi Puebla.
Intérpretes: Antonio Dechent, María Valverde, José Luis García-Pérez, José Ángel Egido, Héctor Colomé, Nick Nolte.
Guión: Xavi Puebla, Jesús Gil Vilda.
Música original: Arnau Bataller.
Fotografía: Mauro Herce Mira.
Montaje: Jorge Suárez.
Idiomas: Español.
Duración: 80 minutos.
Vendiendo el alma
Xavi
Puebla ya exploró los males de nuestra sociedad utilizando el
entorno laboral como microcosmos en Bienvenido a Farewell-Gutmann
(2008). Como ya antes lo habían hecho Wallovits y Gual en Smoking
Room (2002), Piñeyro en El método (2005), o Lemcke en
Casual Day (2007). Son muchos los ejemplos, y es que la
alienación producida por el sistema capitalista siempre es un buen
lugar para criticar ese mismo sistema.
Ahora
que la crisis moral se ha extendido y también toca los bolsillos de
los que antes vivían de forma desahogada, el mundo laboral sigue
siendo un buen lugar para retratar la realidad que entre todos hemos
construido. El director sigue a un vendedor durante el par de
jornadas que dura una de estas típicas ferias mercaderas. Salva es
un comercial ya talludo que ve como sus mejores días pasaron. Adicto
al alcohol y abandonado por su mujer, el personaje cumple con todos
los requisitos para caer al abismo del fracaso. Está a un solo paso
de ello, únicamente necesita el último empujón.
A
puerta fría muestra lo implacable que es el sistema con aquellos
que ya no necesita. Los veteranos que antes eran imprescindibles, ya
no valen. Nadie se ha preocupado por el reciclaje. Ni ellos mismos,
ni su empresa. Domina la cultura de la inmediatez, y de ahí nadie es
capaz de salir. Lo asfixiante del sistema queda representado a la
perfección en el personaje de José Luis García-Pérez, alguien que
no está de acuerdo con lo que hace, pero que sin embargo no deja de
hacerlo. Así es la triste supervivencia.
Todo
esto nos lo cuenta el autor a través de la historia particular de un
viejo tigre herido que no se da por vencido, y se revuelve hasta el
final defendiendo su territorio. Antonio Dechent siempre ha sido un
muy buen actor, pero cuando está bien dirigido es un actor mayúsculo
(recordemos cuán enorme estaba en Smoking Room). En este film
nos sorprende con un trabajo lleno de contención, una magnífica
creación de personaje, rezumando una humanidad muy dolorosa.
Estamos
ante un film contado con buen gusto y corrección, aunque a veces se
le vean demasiado las costuras a un guión que puede pecar de
explícito. Eso sí, A puerta fría termina dejando un recuerdo
imborrable gracias a un desenlace coherente, y que revienta el
habitualmente estúpido final feliz. Esa manía, especialmente
hollywoodiense, de dignificar a sus personajes. El autor termina con
un puñetazo de realidad putrefacta, ésa en la que uno no siempre hace lo
que quisiera hacer. Esa realidad que termina por anular al individuo
y sus principios. Así es el tinglado que tenemos montado.
Manuel
Barrero Iglesias
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