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Mama (España-Canadá, 2012).
Dirección:
Andrés Muschietti.
Intérpretes:
Jessica Chastain, Nikolaj Coster-Waldau, Megan Charpentier, Isabelle
Nélise,Javier Botet.
Guión:
Neil Cross, Andrés Muschietti, Bárbara Muschietti .
Música
original:
Fernando Velázquez.
Fotografía:
Antonio Riestra.
Montaje:
Michele
Conroy.
Idioma:
Inglés.
Duración:
100 minutos.
Amor
de madre
El
origen de este film lo encontramos en el cortometraje del mismo
título realizado en 2008 también por Andrés Muschietti. Una pieza
de apenas tres minutos que llamó la atención de Guillermo del Toro,
actual gurú del cine fantástico. Un ejercicio de estilo que utiliza
el plano secuencia con precisión, recurriendo al terror inmediato y
primario, dando importancia a la fuerza visual, especialmente la de
un fantasma deforme.
Los
mayores hallazgos del largometraje también tienen que ver con los
cuerpos distorsionados. Es cierto que la figura materna no es
nada novedosa, pero el trabajo corporal de Javier Botet hace que
cumpla su función de forma muy efectiva. Eso sí, atención especial
a la primera aparición de las niñas tras cinco años de vida
salvaje. Hablamos de los momentos más terroríficos del film, los
que menos tienen que ver con lo paranormal, y que consiguen
estremecernos gracias al potente impacto de sus imágenes.
Pero
como esto es un largometraje, hay que desarrollar una historia. Y el
refrito que nos han preparado resulta intragable. El argumento es
una mala copia de cualquier cuento gótico de segunda fila. Sin ir
más lejos, Mamá recuerda demasiado a La mujer de negro,
novela que fue llevada al cine el año pasado por James Watkins. Una
trama muy parecida trasladada a la actualidad, y que busca de forma
la descarada la complicidad del público a través de personajes tan
obviamente “guays” como el de Jessica Chastain.
Muschieti
se preocupa mucho más por introducir elementos atractivos para la
audiencia que por la coherencia interna de su trabajo. Los hechos
se suceden de forma aleatoria e incongruente, con el único propósito
de llevar la película hasta donde el director quiere. La
correspondiente ración de sustos completan la receta perfecta para
captar la atención de los menos exigentes
Con
todo, el desenlace es el que acaba provocando el bochorno, ya que la
escasa congruencia que aún quedaba termina saltando por los aires.
Un desbarajuste que hace imposible destacar el brillo de algún que
otro acierto visual.
Me
parece lícito que se busque asustar al espectador por la vía
rápida; lo que no soporto es que intenten tomarme el pelo con una
retahíla de referentes mal calcados, dentro de un guión sin pies ni
cabeza.
Manuel
Barrero Iglesias
Totalmente de acuerdo contigo.
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