Dirección:
Stephen Chbosky.
Intérpretes:
Logan Legerman, Emma Watson, Ezra Miller, Mae Whitman, Kate Walsh.
Guión:
Stephen Chbosky, basado en su noevla.
Música
original:
Michael Brook.
Fotografía:
Andrew Dunn.
Montaje:
Mary Jo Markey.
Idioma:
Inglés.
Duración:
102 minutos.
8/10
Orgullo
wallflower
Piensen
por un momento en los marginados dentro del cine de institutos.
Seguramente les venga a la mente la imagen de un freak de
características físicas muy definidas. Es cierto que es más fácil
ser un apestado si uno posee ciertos rasgos, pero el cine siempre ha
tendido a exagerarlos casi hasta la caricatura. Y si hablamos del rol
que desempeñan, se suelen mover en los extremos: o elemento cómico
para la burla, o protagonista que ejecuta una venganza sobre los
abusones de turno. Apenas existe el
término medio para un estereotipo al que no siempre se le da la
profundidad que debería. Bueno, hablando de este tipo de
cine, rara vez algún personaje va más allá de lo esquemático.
Es
ahí donde empieza a ganarnos Stephen Chbosky, en la verdad que
desprenden sus inadaptados. No resulta complicado sentirse
identificado con unos personajes escritos desde el cariño y la
honestidad. El novel director adapta su propia novela sin que el
pulso le tiemble, con una delicadeza asombrosa. Y es que un
marginado deja de serlo hasta que encuentra a otros semejantes, gente
de sensibilidad e intereses similares. Ese momento en el que uno
encuentra su lugar, e incluso se siente orgulloso de ser un excluido.
La
adolescencia no siempre tiene por qué ser ese lugar en el que se
crean traumas irreparables. También puede ser un sitio en el que
superar los del pasado. Y eso es lo que ocurre en este film, que se
erige como uno de los más hermosos cantos a la amistad que se hayan
hecho en los últimos tiempos. No en vano, la pubertad es la
primera etapa de la vida en la que uno elige con conocimiento de
causa sus compañeros de viaje. Algo que puede llegar a ser muy
enriquecedor, si es que uno escoge bien.
Las
ventajas de ser un marginado huye del sentimentalismo
barato, y eso que muchas de las subtramas se podrían prestar a ello.
Traumas muy turbios que se desvelan poco a poco, homosexualidad,
historia de amor frustrante... pero todo está contado con una
naturalidad desbordante. Por una parte no se cargan las tintas en el
morbo, y por la otra no se recurre al exceso de cursilería (aunque
hay algún momento que lo roza). La película consigue ser
emocionante, a la par que creíble.
Una
credibilidad que se construye en los pequeños detalles. Un claro
ejemplo lo encontramos en el hecho de que los protagonistas con
conozcan la canción 'Heroes' de David Bowie. El director huye el
típico retrato de listillos repelentes. Y a pesar de ser personajes
con un fuerte interés musical (participación en una perfomance de
The Rocky Horror Picture Show incluido), no conocen la mítica
canción. Un simple detalle que humaniza a estos jóvenes que
empiezan a descubrir los placeres de la vida adulta.
Una
vida adulta que nunca es fácil de afrontar, pero siempre es bueno
contar el apoyo de amigos sólidos. Para superar la timidez no hay
nada mejor que la confianza. Y para ganar confianza, nada mejor que
estar rodeado de gente interesante que te haga sentir importante.
Porque la adolescencia también tiene sus momentos bellos, y puede
funcionar como caldo de cultivo para futuros adultos de provecho.
Manuel
Barrero Iglesias
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