Dirección:
Sacha Gervasi.
Intérpretes:
Anthony Hopkins, Helen Mirren, Scarlett Johansson, Danny Huston, Toni Collette.
Guión:
John J. McLaughlin, basado en la novela de Stephen Rebello.
Música original:
Danny Elfman.
Fotografía:
Jeff Cronenweth.
Montaje:
Pamela Martin.
Idioma:
Inglés.
Duración: 98
minutos.
4/10
Coitus
interruptus
Psicosis es
una de las (muchas) obras mayúsculas que nos regaló Alfred Hitchcock en su
larga trayectoria. Lo que equivale a decir que es una de las más grandes
películas de la historia del cine. Este mini-biopic (al estilo de Mi semana con Marilyn) se centra en el
proceso de gestación y creación de aquel film. Un proceso que se intuye
apasionante, aunque es una lástima que Sacha Gervasi no profundice más en ello.
Los ligeros apuntes que vemos al principio (ese Hitchcock hipotecándose porque
nadie cree en el proyecto) nos hacen disfrutar, pero finalmente el film nos
deja con la miel en los labios.
Y
es que a medida que transcurren los
minutos, la mirada de Gervasi se aparta de la creación de la obra para posarse
en la relación que el director británico mantenía con su esposa. De hecho,
podemos decir que Hitchcock es un homenaje a Alma. Una mujer que pagó el
precio de convivir con un genio (manías y neurosis varias incluidas), pero que
obtuvo la satisfacción de colaborar activamente en la construcción de la
leyenda. Siempre en la sombra, aguantando desvaríos de todo tipo. Pero sin
dejar de apoyar ni un momento a su marido.
Y es Helen Mirren la que
también sostiene esta película, con un trabajo que eclipsa
al de cualquier otro miembro del reparto. Su
delicada creación contrasta con el grotesco Hitchcock de Anthony Hopkins. Ni la
interpretación del actor, ni un maquillaje imposible, ayudan a darle más
consistencia a un personaje que tampoco está muy bien dibujado, acercándose
de forma peligrosa a la caricatura. Resulta curioso como también se pasa de
puntillas por los aspectos más desagradables de la personalidad del director,
suavizando un carácter ya conocido en todo el mundo. En sus esfuerzos por
humanizar, a Gervasi se le termina yendo algo la mano.
El
resto de personajes no dejan de ser meros comparsas (únicamente Janet Leigh
consigue hacer que Scarlett Johansson luzca adorable). Mención especial para un
Bernard Herrman, cuya partitura fue fundamental en la creación del mito Psicosis, y al que se despacha con una
muy breve secuencia. Esas cosas con las que echamos de menos. Queremos saber más de los entresijos de la
película, y menos sobre cuestiones cercanas al mundo rosa. Y tampoco me
valen esas disertaciones con el imaginario Ed Gein. No es solo que abuse de un
recurso ya manido, es que no aporta nada al film. Más bien, incide en ese aire
caricaturesco que sobrevuela durante varios momentos.
Para
el cinéfilo es inevitable disfrutar de un primer tramo placentero, que nos
sumerge en el universo que queremos estar. Pero después de estos primeros momentos
excitantes, nos dejan a medias. Lo cual resulta muy frustrante.
Manuel Barrero Iglesias
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