Dirección:
Kim Ji-woon.
Intérpretes:
Arnold Schwarzenegger, Eduardo Noriega, Forest Whitaker, Johnny
Knoxville, Luis Guzmán, Peter Stormare, Zach Gilford, Jaimie
Alexandre, Génesis Rodríguez.
Guión:
Jeffrey Nachmanoff, Andrew Knauer.
Música
original: Alan Silvestri.
Fotografía:
Ji-yong Kim.
Montaje:
Steven Kemper.
Idioma:
Inglés.
Duración:
107 minutos.
5/10
Arnold
ha vuelto
La
vuelta de Schwarzenegger al cine, al menos como protagonista, no ha
creado el revuelo que se podía esperar. Para su “esperado”
regreso ha elegido el debut americano del reputado director coreano
Kim Ji-woon, responsable de películas como Dos hermanas, A
bittersweet life o Encontré al diablo.
La
cosa trata de un narcotraficante mejicano, interpretado por Eduardo
Noriega, que se fuga cuando está siendo trasladado. Mientras, un
sheriff de un pueblo fronterizo intenta disfrutar de su día libre
cuando se empiezan a suceder diversos actos delictivos en este
tranquilo pueblo, crímenes que tendrán como objetivo ayudar a que
el delincuente fugado consiga cruzar la frontera por dicho pueblo,
cosa que el bueno de Schwarzenegger intentará evitar con ayuda de
sus variopintos ayudantes y algunos de los personajes más grotescos
que habitan el pueblo.
Lo
cierto es que la película está mucho más cerca de las coordenadas
que definen el cine del facha austriaco que de la cinematografía del
director coreano. Se trata de una película de acción sin
demasiadas pretensiones y cargada de humor absurdo. Una
pequeña película de acción de bajo presupuesto con una gran
capacidad para la autoparodia, especialmente gracias al personaje
de Arnold, lo cual no quiere decir que los chistes que se hagan sean
graciosos.
La
película está compuesta principalmente por dos tramas: una es la
que protagonizan el narcotraficante fugado y el policía
-interpretado por Forest Whitaker- que estaba a su cargo cuando esto
sucede, la cual se intenta contar de la manera más seria posible; y
por otro lado, los avatares de este sheriff mazado y sesentón que
pelea por mantener la paz en el pueblo junto a (y a pesar de) un
grupo de personajes absurdos destinados a poner el toque de humor a
la película.
Lo
cierto es que ninguna de las dos tramas funciona especialmente bien,
pero por lo menos con la segunda nos llegamos a entretener. Arnold
muestra estar libre de prejuicios y se ve inmerso en escenas
realmente tontorronas que conseguirán sacar más de una carcajada de
entre el público menos exigente. Sigue siendo el actor
limitadísimo que era cuando estaba en lo más alto de su carrera
(eso no ha cambiado), pero por lo menos ahora uno se queda con la
sensación de que él es más consciente de ello y que, por lo tanto,
consigue sacarle más partido.
Lo
cierto es que Schwarzenegger podría haber vuelto con una película
más grande, con más presupuesto y efectos especiales; pero en
cambio ha decidido hacerlo con una
modesta película de acción cargada de humor que nunca llega a
molestar, y que si uno la ve liberado de prejuicios, puede llegar
hasta a entretener.
David Sancho
No hay comentarios:
Publicar un comentario